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Un joven denuncia trato vejatorio por su vestimenta en una discoteca de Granada

Imagen de la sala en la que José fue recriminado por su ropa

Álvaro López

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Lo que iba a ser una jornada festiva con sus amigas, se convirtió en un episodio desagradable para José Mena. El joven, de origen cordobés, ha relatado en redes sociales cómo fue víctima de un trato vejatorio por parte del personal de la discoteca Aliatar, ubicada en el centro de Granada. Según su testimonio, le hicieron sentir mal y recibió un trato “machista” por la ropa que llevaba. Desde la sala prefieren no hacer declaraciones.

José, que no ha puesto ninguna reclamación porque no sabía si la normativa le amparaba, cuenta que el pasado sábado acudió a una despedida de solteras con un grupo de amigas a la citada discoteca. Antes de llegar, avisó de que quizá iba a tener problemas porque su indumentaria podría no encajar en el código de la sala. No obstante, acudió para pasar un rato agradable hasta que, después de entrar y ser cacheado sin que a ninguno de sus acompañantes se lo hicieran, se quitó la sudadera que llevaba para quedarse con una camiseta de manga de sisa.

A partir de ese momento, la situación se volvió incómoda porque un miembro de la seguridad de la discoteca se acercó a él para solicitarle que volviese a ponerse la sudadera que cubría su indumentaria. “Tras nuestra indignación, decidí quedarme por no fastidiarle la fiesta a mi amiga, pero el disgusto ya me lo llevé”, explica José. Sin embargo, fruto del calor que hacía en el local, el joven volvió a quedarse en manga de sisa recibiendo de nuevo la reprimenda del personal de la discoteca.

“Esta vez le repliqué que por qué yo no podía estar así mientras había chicas en tirantes y en top, y a ellas no se le decía nada”. Según da a entender en su mensaje, la respuesta recibida por el trabajador no fue la adecuada y este le invitó a ponerse de nuevo la sudadera o a marcharse del local. “De muy malas formas, me advirtió que no me lo volvería a decir”.

El chico reconoce que asumió la “imposición” por no hacer la situación más incómoda para su grupo de amigas. A pesar de ello, considera que fue víctima de un trato completamente vejatorio: “Una vez más sentí ese rechazo por ser diferente. El machismo y homofobia que implora aún en este mundo y que ya va siendo hora de callarnos y decir hasta aquí”. Afirma que lleva “años” sin salir en este tipo de ambientes “hetero” porque la misoginia y la homofobia se palpan “desde el minuto cero”.

“Una vez más nos obligan a agachar la cabeza y asumir que el heteropatriarcado es la forma dominante. Y que 'eso es lo que hay', porque tú forma de ser y de vestir no encaja en ese mundo”, lamenta José. “Queremos ser libres, siendo lo que somos y vistiendo cómo nos plazca”. El joven asegura que cuenta lo sucedido para que la sociedad “no siga mirando hacia otro lado”, al tiempo que confirma que desde la sala no se han puesto en contacto con él. A preguntas de este medio, la sala prefiere guardar silencio para “quitarle hierro al asunto”.

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