José Julián Romero, constructor investigado en la ‘Operación Nazarí’, aumenta su deuda con Hacienda
Si hay un nombre que ha destacado por encima del resto en cuanto a empresarios en Granada, eses es sin duda el de José Julián Romero. El promotor ha sido hasta la fecha prácticamente el dueño de las grandes operaciones urbanísticas que han tenido lugar en la capital granadina. Desde que en 1994 constituyese J.J. Romero Consulting S.L., ha llevado a cabo algunas de las obras más importantes de la ciudad.
Pero ahora se encuentra en una situación que nada tiene que ver a los viejos tiempos de gloria. José Julián Romero aparece, de nuevo, en la lista de morosos que ha hecho pública Hacienda esta misma semana. Una lista que solo incluye a aquellas personas o empresas que le deben al erario público más de un millón de euros. En el caso del constructor granadino, la cantidad es mucho mayor que esa.
Debe 6.242.350,03 millones de euros. Una cuantía que lo coloca en uno de los puestos de privilegio de esta lista ya que es una de las deudas más elevadas de los más 4.500 nombres que aparecen en esta enumeración. De hecho esa cifra es ligeramente superior a la que ya debía en la anterior lista que publicó Hacienda en diciembre de 2015. Entonces la deuda del empresario ascendía a 5.694.310,05, medio millón de euros menos que ahora.
José Julián Romero es considerado uno de los hombres fuertes del urbanismo en Granada desde hace más de dos décadas. Suyas son buena parte de las obras que han tenido lugar en la capital pero también suyos son diversos escándalos de corrupción en los que su nombre ha aparecido. El último de ellos, destapado en abril, la 'Operación Nazarí' que acabó incluso con la dimisión forzosa del hasta entonces alcalde de Granada, José Torres Hurtado.
Llegó a ser investigado y detenido por la UDEF y ya en ese momento el propio José Julián calificó lo sucedido de “total despropósito” y se defendió explicando que él había actuado con “total transparencia”. Aunque lo cierto es que para entonces ya llovía sobre mojado. No era la primera vez que el constructor aparecía vinculado a una operación urbanística de dudosa legalidad.
Desavenencias con el Ayuntamiento de Granada
Hace dos años su nombre aparecía también en la causa sobre el conocido como Palacio de Hielo por un supuesto caso de prevaricación junto con el exedil de urbanismo, García Royo. En aquella ocasión, Romero sostuvo su defensa sobre el hecho de haber sido víctima de una coacción ya que, según él, el Ayuntamiento de Granada le había obligado a firmar aquel convenio urbanístico que acabó siendo investigado por la Fiscalía, porque en caso contrario, “me iban a expropiar”.
Pero no es tampoco el único caso. Su trayectoria hunde sus raíces muchos años antes. Su empresa, J.J. Romero Consulting ya forma parte de una operación urbanística que aún hoy en día sigue en los juzgados. Aquella operación ha derivado en una multa de más de 13 millones de euros del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía al Ayuntamiento de Granada que se encuentra a la espera de que el nuevo equipo de Gobierno del PSOE recabe información para tratar de esquivar el pago. Lo que se investiga de aquel caso es que el empresario cedió al consistorio terrenos que no eran de su propiedad para beneficiarse y poder construir un edificio de viviendas en la zona norte de la capital.
Considerado uno de los hombres fuertes de Granada, su presencia en la sociedad granadina ha sido un hecho hasta hace pocos años. Justo cuando explotó la burbuja inmobiliaria pareció explotar también la suya cogiendo el testigo otro de los empresarios de la construcción investigados en la 'Operación Nazarí' y amigo personal de Romero, Roberto García Arrabal. Desde ese momento sus apariciones han sido contadas y sus supuestas desavenencias con el Ayuntamiento de Granada de Torres Hurtado se han escenificado en público.
De hecho las dudas sobre dichas desavenencias parten del juzgado de instrucción número 4 de la capital granadina. En él se investigó en 2008 un viaje a Japón que el empresario en teoría pagó de su bolsillo para viajar junto con el entonces gerente de urbanismo, Manuel Lorente. El juez que instruyó el caso consideró “sospechoso” dicho viaje aunque no vio delito en aquello pese a que consideró que no era éticamente apropiado.
La situación en la que se encuentra actualmente el empresario es complicada. Está en el centro de varias tramas urbanísticas que investiga la justicia e incluso ha llegado a tener una aventura deportiva que también acabó abruptamente. José Julián Romero llegó a ser presidente del Club Baloncesto Granada, equipo que militó en la máxima categoría nacional. El club acabó desapareciendo por problemas derivados de impagos de nóminas a jugadores, presupuestos desequilibrados y mala gestión administrativa siendo Romero su presidente y principal gestor.