Limpiadoras de un hospital de Granada denuncian que no tienen uniformes limpios en plena crisis del coronavirus

Las limpiadoras del hospital público Virgen de las Nieves de Granada (el 97% de la plantilla son mujeres) están cansadas de trabajar sin los medios necesarios. En plena crisis del coronavirus, las trabajadoras se están encontrando que carecen de uniformes de trabajo limpios y que los pocos que aún quedan se están agotando. La empresa, CLECE S.A., se niega a lavárselos, aseguran. a pesar de que en 2014 tuvo lugar una inspección de trabajo que le obligaba a hacerlo. Casi seis años después, las limpiadoras han decidido volver a presentar otra denuncia ante Trabajo porque llevan semanas sin que se laven sus uniformes.

La situación se ha agravado por la crisis del coronavirus. Esto hace que quienes trabajan en un centro hospitalario estén intranquilos por si acaban contagiados por el Covid-19, que no deja de propagarse y que en el Virgen de las Nieves ya cuenta con varios pacientes infectados. Hasta que la pandemia se ha instalado de forma definitiva en España, algunas limpiadoras estaban lavándose la ropa en casa, pero el miedo a contagiar a sus familias y a sus entornos domésticos han hecho que las bolsas con uniformes sucios se estén acumulando en las instalaciones donde tienen el material de limpieza.

Manuel de la Blanca, miembro del comité de empresa de la limpieza hospitalaria del Virgen de las Nieves y sindicalistas del SAT, es uno de los que firman la denuncia ante la Inspección de Trabajo. Sostiene que “las compañeras han tenido que depositar sus ropas en el suelo porque la empresa se ha negado a recoger a las mujeres sus uniformes sucios”. Tras varias semanas, “la ropa sigue acumulándose, ante la negativa de la empresa y en plena crisis por el Covid-19”. Lo que ha llevado a que algunas limpiadoras estén planteándose ponerse un chándal, “porque apenas tienen monos de trabajo”.

El sindicalista denuncia la inoperancia de CLECE en ese sentido y a la hora de atender sus reclamaciones: “Llevo cuatro meses de sindicalista y prácticamente desde el primer mes he estado intentando reunirme con ellos y a día de hoy nada”. Recuerda que la empresa debe lavarle la ropa a todos los trabajadores sin excepción, porque así lo recogió la inspección de trabajo de 2014 que encomendaba a CLECE a que a partir del primer trimestre de aquel año llevara a cabo esa tarea para todos sus empleados. Algo que hasta ahora sólo se ha cumplido con los empleados que tratan con los residuos, que son todos hombres. “Alguna que otra compañera sí echaba la ropa a lavar, pero eran minoría”, explica Manuel de la Blanca.

“Lo que ocurre es que ahora por la crisis del coronavirus nos han dado muchos cursillos y nos hemos mentalizado. Por eso, la mayoría de compañeras echan la ropa a lavar para evitar llevársela a sus casas, pero la empresa se niega a lavarla y la acumulan en cuartos”, denuncia el sindicalista. Unos hechos que califica de “intolerables” ya que también asume que se trata de una clara discriminación por género.

La respuesta de la empresa

Este medio se ha puesto en contacto con CLECE para contrastar la denuncia que hacen las trabajadoras y la respuesta no cubre sus demandas. Según las fuentes consultadas, “la ropa de trabajo se le está lavando a los empleados que están en contacto con los residuos biosanitarios, con el resto no estamos obligados a hacerlo”. En ese sentido, Manuel de la Blanca recuerda que también hay trabajadoras que están en contacto con esos materiales y a las que tampoco se les están lavando los uniformes.

En CLECE explican que se limpia la ropa de “los trabajadores que realizan manipulación y trasiego de residuos hospitalarios y especialmente los de naturaleza biosanitaria porque el procedimiento es así”. Recalcan que para el resto de empleados “no está estipulado” y que “cada hospital tiene su forma de funcionar”. Sobre ese punto, fuentes consultadas de la dirección del centro hospitalario Virgen de las Nieves, en el que trabajan estas limpiadoras, afirman estar al corriente de la situación, pero se limitan a remitirse a las declaraciones que pueda hacer la empresa al respecto. “El asunto está en la Inspección de Trabajo”, matizan.