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Usuarios de un autobús metropolitano de Granada denuncian aglomeraciones en hora punta

Imagen del interior del bus en hora punta

Álvaro López

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Cuando Granada trata de deshacerse de la segunda ola de la pandemia del Covid-19, aún hay aspectos que se deben mejorar en caso de que la situación vuelva a empeorar de cara al futuro. Algunos, de hecho, dejan en evidencia la falta de medidas para proteger a los ciudadanos en aspectos tan cotidianos como el transporte público. En ese aspecto, la aglomeración de personas que se ve a diario en la línea del autobús metropolitano 156 entre Granada y Las Gabias se parece mucho a las escenas que se pueden apreciar en los metros de Madrid y Barcelona.

Así lo denuncian los usuarios que llevan ya dos años batallando para que ese bus interurbano solucione sus frecuencias y no les obligue a ir hacinados. Mari Carmen es una de las viajeras más habituales de un transporte que pasa por tres pueblos (Las Gabias, Churriana y Armilla) que superan los 60.000 habitantes y es una de las que ha estado desde 2018 luchando porque desde el Consorcio de Transporte Metropolitano de Granada escuchen sus reclamaciones. “El autobús va lleno en hora punta y es imposible que se respete la distancia de seguridad”, señala.

Según esta pasajera, que traslada el sentir de más personas que viajan con ella, “lo que vivimos cada día no es algo nuevo, pero sí ha empeorado con la pandemia”. Como explica, desde que en 2018 redujeron la frecuencia de paso de los buses de esa línea, los usuarios se agolpan en las paradas y “entre las 7 y las 8 de la mañana, los autobuses van llenos y hay paradas en las que ya los conductores no admiten a más viajeros”. Esto provoca imágenes de decenas de personas prácticamente hacinadas en un vehículo en el que ni siquiera el conductor puede mantener metro y medio con los viajeros más próximos.

Sin hueco para más personas

La línea 156 hace el recorrido entre Granada capital y Las Gabias, pero pasa también por Churriana de la Vega y Armilla. Este último es uno de los municipios más próximos a la ciudad de la Alhambra y uno de los más conocidos, por ello arrastra a muchas personas que tienen esta localidad como ciudad dormitorio, pero trabajan en Granada. “Aunque la crisis ha hecho que muchas personas se queden sin empleo, los autobuses siguen yendo llenos”, censura Mari Carmen.

Usuarios como ella mantienen una disputa con el Consorcio Metropolitano de Transportes desde hace dos años pare pedir que les vuelvan a poner las frecuencias de paso que había antes entre autobuses. Hoy pasan cada 25 minutos y antes pasaban cada 20. “En el Consorcio nos dicen que la frecuencia es buena y que tenemos buses suficientes”, explican algunos usuarios. Por su parte, Izquierda Unida ha recogido las reclamaciones de los viajeros calificando la situación de “insoportable”.

La diputada provincial María del Carmen Pérez, denuncia que no se puede tolerar que la Junta de Andalucía mantenga así la línea y que, con el nivel de alerta actual, “siga haciendo propaganda y no se tome en serio la situación calamitosa que sufren nuestros vecinos y vecinas, que a la incertidumbre económica y social se enfrentan todos los días a este tipo de situaciones de caos”. Una opinión que comparte con el parlamentario andaluz de IU, Chus Fernández. “Las medidas sanitarias caerán en saco roto si en el transporte público no se garantiza la distancia de seguridad ni se favorece que los servicios cuenten con garantías sanitarias”.

Y es que más allá del problema sanitario que se produce por la falta de espacio entre viajeros en plena pandemia del Covid-19, se producen otros de forma paralela. Algunos usuarios sostienen que el Consorcio de Transportes no siempre pone autobuses de suelo bajo, por lo que las personas con movilidad reducida tienen problemas para acceder a ellos. Mari Carmen, una de las viajeras habituales, explica que “hay veces que hemos tenido que ver cómo personas mayores se quedan esperando en las paradas porque no pueden subir a los autobuses ya que son autocares que no tienen espacio”.

El Consorcio se defiende

Por su parte, el Consorcio de Transportes se defiende asegurando que, a día de hoy, pese a lo que dicen los usuarios, “no hemos tenido quejas en el Consorcio”. Sí reconocen conversaciones con el alcalde de Churriana que “nos trasladó que había alguna tensión en hora punta entre 7 y 8 de la mañana, cuando en algún momento puntual en días y concretos muy puntuales llegó al 50% de la ocupación”. No obstante, según explican, “hablando con el alcalde conocemos que quizás el problema sea que se desconoce que existe otra línea, la 150, que pasa por el mismo sitio y también tiene servicio en Churriana”.

Desde el Consorcio insisten en que la población debería utilizar el resto de servicios de autobús que hay a su disposición. “En hora punta, si se suma 156 y 150 en una hora pasan 5 autobuses por Churriana. Pero las personas tienen que saber que la 150 tiene el mismo horario y si la 156 está al 50% pueden optar por la 150. En realidad, hay una diferencia de 5 minutos entre un servicio y otro”, indican fuentes de este organismo. Un argumento que no convence a los usuarios que sí dicen conocer estas alternativas, pero que censuran que, a la hora de la verdad, “no son suficientes”.

No obstante, desde el Consorcio se muestran abiertos a tomar cartas en el asunto si se detectan los problemas que llevan años denunciando los usuarios. En ese caso, dicen, “trasladaremos a la empresa que es necesario reforzar el servicio. Pero por ahora no tenemos reclamaciones por la 156 en el Consorcio”. Pero los viajeros no acaban de creérselo: “Conocimiento tienen de los problemas, otra cosa es que nos hagan caso omiso”.

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