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“El Ejército tiene la misma estructura que con el Franquismo”, afirma Gonzalo Segura en su nuevo libro

El exmilitar posa con su nuevo libro, que acaba de salir al mercado.

Fermín Cabanillas

“Este libro no lo quiso escribir nadie, o nadie se atrevió a dar el paso al frente que se necesitaba para escribirlo”. El exteniente Luis Gonzalo Segura acaba de editar El libro negro del Ejército Español, un libro que puede marcar, más todavía, un antes y un después en su tortuosa relación con las Fuerzas Armadas españolas, pero que, sobre todo, supone un análisis profundo y personal de un Ejército que “en pleno 2017, tiene todavía la misma estructura que cuando vivía Franco”.

Lo explica a eldiario.es/andalucia con un ejemplar de un libro que acaba de llegar a su casa, recién llegado de Akal, la editorial que ha apostado por un volumen que roza las 900 páginas, y que, sin orden cronológico alguno, comienza llevando al lector al 26 de mayo de 2003, cuando se estrellaba el YAK-42 en las faldas de las montas de Trebisonda. Para el exteniente, aquella tragedia, en la que murieron 62 militares españoles, fue una muestra de que, en temas de Defensa, “el enemigo está en casa”.

“Fue un suceso en el que todos o casi todos callaron”, sentencia el exmilitar, desposeído, precisamente, de sus galones por sus dos libros anteriores, Un paso al frente y Código Rojo, en los que denunciaba “abusos, acosos y privilegios anacrónicos” de los militares de rango superior españoles. Quizá por eso, aunque antes la actitud era la misma, desde Defensa no se entra a valorar este libro, ni siquiera por sus dimensiones ni cantidad de casos que recopila, siguiendo, ante la llamada de este medio, la norma de no entrar a enjuiciar lo que Gonzalo Segura realiza al margen del estamento militar.

Porque, como él mismo defiende, “es la primera vez en la historia de España que se escribe un ensayo crítico del mundo militar desde semejante perspectiva, y queda demostrado, y esto es muy importante, que las denuncias realizadas eran ciertas”, en referencia a sus dos libros anteriores, aunque con matices: los dos precedentes eran novelas, y lo que ahora denuncia son lo que contaban esas novelas pero sin el filtro de presuntos relatos de ficción.

Ha sido un trabajo intenso, de una dura recopilación, pero dice que “durante mucho tiempo, tanto detractores como altos mandos militares o ministeriales así como magistrados del Tribunal Supremo, jurídicos militares, jueces o fiscales han basado su acusación en que lo expresado era ficción (al tratarse de novelas el vehículo usado para la denuncia), por lo que ello constituía un insulto, pero ahora se demuestra que lo narrado era cierto, que existen patrones evidentes en cuanto a acoso y agresiones sexuales, robo, malversación, fraude, negligencia, maltrato de la tropa, prevaricación generalizada e incluso un patrón claro de homicidios por negligencia en diferentes circunstancias”.

Todo el mundo ha podido verlo antes

Para el autor del libro, dentro de lo positivo que ha resultado sacar adelante el libro, hay un punto negativo, porque “hay unas 1.700 referencias que cartografían únicamente la punta del iceberg, pues hay mucho más que no ha podido llegar a los medios, pero que supone un punto de partida clave para que los ciudadanos puedan saber lo que pasa en el mundo militar y cambiarlo”. Lo negativo, dice, es que una buena parte de las referencias han estado al alcance de cualquier persona que, con un mínimo de curiosidad, las ha podido reunir para estudiarlas convenientemente, pero nadie lo ha hecho.

Eso sí, ahora “ya no es que un teniente afirme que pasa esto o aquello, sino que se muestran pruebas, una tras otra, de las aberraciones que se cometen o se han cometido en el ámbito militar, por lo que este libro debería marcar un antes y un después, suponer una investigación profunda de lo que sucede en nuestra milicia, pero ocurrirá justamente lo contrario, seré denunciado, represaliado, el libro terminará siendo atacado o silenciado”.

Críticas concretas a personas concretas

De momento, el libro acaba de salir, dividido en cuatro partes: “Las entrañas”, “Las cloacas”, “La Placenta” y “La forja”, citando no sólo problemas relacionados con la escasa calidad del material o el trato humano a los soldados, sino capítulos dedicados a Pedro Morenés, al que califica como “El Señor de la Guerra” o la transición española, punto en el que se dedica a analizar lo que llama “el entramado mafioso de Juan Carlos I”.

Con todo, lamenta la escasa autocrítica que hay en España con casos como los que él denuncia, “cuando el poder no quiere que los ciudadanos sepan lo que acontece para que no quieran cambiarlo”, espetando que “envidio cómo en Estados Unidos ante las denuncias de acoso sexual de un productor han salido actores, actrices o directores pidiendo perdón por no haber hecho lo que tenían que hacer aunque sabían lo que sucedía. En España algo así no pasará con nuestra cúpula militar, que seguirá engañándose una y otra vez. Ellos sienten este libro o la información que se pueda narrar como un ataque hacia ellos en lugar de una oportunidad para regenerar la milicia”.

El libro acaba de salir al mercado, y es toda una declaración desde la portada, con un montaje en el que, de mayor a menor altura, se aprecia a Francisco Franco, Juan Carlos I y Felipe VI. Su contenido no parece destinado a dejar indiferente a nadie.

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