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Fertiberia proyecta para la próxima década convertir 720 hectáreas de fosfoyesos en un “pulmón verde” para Huelva

El presidente de Fertiberia, Javier Goñi, durante la presentación.

Fermín Cabanillas

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Restore 20/30, el proyecto de Fertiberia “regenerar” las balsas de fosfoyesos que la empresa ha ido acumulando durante décadas en las marismas de Huelva, ya es una realidad. Sobre el papel, la empresa ha presentado este jueves el “hito histórico” que supone para la firma unos trabajos “que serán ejemplo para futuras generaciones” y que, en la práctica, supone soterrar 720 hectáreas de residuos químicos apilados, en algunos casos, a 500 metros de viviendas de la capital onubense.

Es cierto que las balsas están formadas por unas 1.200 hectáreas de residuos, aunque Fertiberia solo reconoce como propias las 720 sobre las que va a trabajar, en una labor que generará un centenar de puestos de trabajo con un inversión en torno a 65 millones de euros.

Horas antes de presentar el proyecto, la empresa informaba de que ha obtenido las garantías financieras necesarias para cubrir el importe del proyecto de “regeneración de los apilamientos de fosfoyeso”, constatando “su compromiso a largo plazo con una iniciativa que considera esencial y estratégica en su nuevo plan de negocio”.

Según detalla la compañía, desde el pasado mes de junio ha dedicado sus máximos esfuerzos a materializar la formalización de los avales financieros en el menor plazo de tiempo posible. Para ello, selló una primera operación por valor de 36,1 millones de euros por un “pool” de entidades lideradas por Santander (de los cuales 32,5 millones son a favor del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y otros 3,6 millones, a favor de la Junta de Andalucía). 

En paralelo, inició una negociación con otras entidades que, al no ser los financiadores habituales de la compañía, han requerido un tiempo adicional para el análisis detallado de su situación patrimonial. Este proceso ha permitido obtener garantías sobre los 29 millones de euros restantes con una entidad internacional, con lo cual Fertiberia ha superado los 65 millones de euros en avales, cubriendo así la totalidad del presupuesto del proyecto de restauración.

En el acto celebrado hoy en la sede de la Federación Onubense de Empresarios, el presidente del grupo Fertiberia, Javier Goñi, ha definido los trabajos que se van a realizar como “un proyecto pionero y estratégico para la compañía”, en “una ciudad y una provincia muy importante para nosotros”, citando la inversión de más de 30 millones de euros en los últimos cuatro años en sus dos plantas en la provincia. Han contribuido a crear unos 500 puestos de trabajo.

“No es peligroso”

Una de las claves que ha manejado siempre Fertiberia en torno a los fosfoyesos se ha repetido en la presentación de este jueves: no son peligrosos. Lo ha sostenido el responsable del proyecto, Juan Ramón Miró, que que asegura que es “un subproducto de la fabricación de los fertilizantes reconocido como residuo no peligroso”.

La empresa, ha dicho Miró, “realizará una iniciativa que será pionera en el mundo”, apostando por un sellado perimetral que evitará que el agua entre en contacto con la zona sellada, “un sistema de nivelación y de escorrentía de aguas pluviales, para que no existan erosiones en la cubierta vegetal”, todo ello “con un riguroso sistema de control”.

Mientras Goñi ha dicho que todavía no hay plazos para iniciar los trabajos, Miró ha reconocido que el documento inicial que se planteó es de 2014, y se ha ido perfeccionando en los últimos años para adaptarlo a lo que ahora se quiere poner en marcha.

La empresa defiende que cuenta con el respaldo de numerosas investigaciones científicas, asegurando que el soterramiento que plantea es la mejor opción y así está defendido por expertos. Técnicamente, pone el acento en que se trabajará con la máxima seguridad, e incluso se ha planteado la posibilidad de un gran terremoto mientras se trabaja en el proyecto, y se ha calculado que el efecto sería controlado en función a cómo se ha diseñado el plan.

La empresa defiende no solo que se taparán -apilarán- las balsas de una forma sostenible, sino que, además, se conseguirá para la ciudad de Huelva “un pulmón verde” cuando terminen los trabajos, con la idea de introducir las 720 hectáreas apiladas en el paraje natural Marismas del Odiel.

En cifras, resta importancia a la cantidad de balsas que se encuentran pegadas a la ciudad de Huelva, porque “solo representa el 2 %” de superficie simular en todo el mundo. Por contra, sostiene que hay 52 países en el mundo donde se ha aplicado, con éxito, lo que ahora se va a aplicar en las balsas onubenses.

Avales e inversión

Con todo, la inversión para sacar adelante los trabajos parece garantizada. Fertiberia ha conseguido avales a favor del Ministerio por valor de 62,3 millones (el 95 % del total). Y dado que la Audiencia Nacional ha requerido la aportación de garantías distintas de las constituidas ante la Junta de Andalucía, cuyo importe de 3,6 millones apenas supone un 5% del total de los 65,9 del proyecto, Fertiberia ofrecerá garantías líquidas adicionales por dicha cantidad.

El proyecto cuenta con una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y para ello ha contado con proveedores técnicos y científicos de primer nivel internacional, como Ardaman Associates (firma estadounidense que ha clausurado con éxito más de 60 balsas en todo el mundo) y las firmas españolas Eptisa e Inerco. 

Si todo va conforme a lo previsto, en 2030 las zonas actualmente ocupadas por los apilamientos de fosfoyesos volverán a integrarse en el entorno de la marisma, a través de la revegetación y reintroducción de especies vegetales y animales autóctonas.

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