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Balcón Rock, el primer festival que se ve y se baila desde las habitaciones de un hotel

Los balcones hacen las veces de anfiteatro

Néstor Cenizo

Málaga —

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Una tarde de finales de verano, un director de hotel y el propietario de un sello discográfico con reconocido pedigrí rockabilly, también director y programador de festivales, charlaban de lo negro que se les presentaba el panorama en la terraza del Vik Gran Hotel Costa del Sol cuando miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que estaban en un escenario perfecto, pero vacío. Donde había balcones de habitaciones sin huésped vieron palcos y la idea salió sola. “Empezamos a mirar ángulos y nos dimos cuenta de que el edificio de habitaciones está justo enfrente de otro edificio, cuya azotea, en la segunda planta, usábamos de chill out. Ahí montaremos el escenario. Es perfecto”, cuenta Francisco Díaz, el director del hotel, unas horas antes de que arranque el Balcón Rock, que se celebró este sábado. No es el primer concierto en una azotea, pero quizá sí el primer festival que se vive desde los balcones.

Guillermo Jiménez, propietario de Sleazy Records, lleva un buen puñado de años organizando el Rockin Race Jamboree, un festival que va por su 26ª edición, y que en la última reunió a unos 20.000 asistentes. Además del escenario principal en el auditorio, el festival llena de rockabilly las plazas y el paseo marítimo de Torremolinos. También sitúa un escenario en el Hotel Barracuda, y de ahí surgió la idea. “Llevamos tres o cuatro años haciendo una sorpresa: de una habitación salía una banda, sin que el público supiera nada. La fiesta estaba en la piscina y de repente había un show desde una habitación”, cuenta Jiménez, que pensó: “¿Y si lo hacemos al revés?”. En tiempos de alerta sanitaria, hay que hacer de la necesidad virtud.

Había que dar la vuelta al escenario: hacer de las habitaciones un anfiteatro. El Vik Gran Hotel, en La Cala de Mijas, permitía cumplir las restricciones anti-COVID. Hay distanciamiento porque el público estará en su balcón, a unos ocho o diez metros del escenario. El límite de aforo está garantizado: un máximo de 200 personas. El festival termina a las 21.30, pero la entrada incluye la noche de hotel. En cada habitación se permite un máximo de cuatro personas, por debajo del límite de seis recomendado por la Junta de Andalucía. Y en cada planta se coloca un vigilante para garantizar el cumplimiento de estas normas.

La provincia de Málaga tiene una incidencia acumulada a 14 días de 176 casos por 100.000 habitantes, muy por debajo de la media nacional (361,66) y de la de Andalucía (327,17), que en los últimos días ha empeorado mucho su situación. Aunque pusieron límites más estrictos que los vigentes para dar un “margen” ante posibles nuevas restricciones, Díaz y Jiménez han pasado unos días en vilo, atentos a las nuevas medidas que cada día se anuncian. La incertidumbre ha obligado a varios clientes a cancelar su viaje desde Madrid, explica el director del hotel. Con todo, ha sido un éxito. El viernes por la tarde estaban reservadas 56 de las 60 habitaciones con vistas al escenario, más del 90%. En el resto del hotel la ocupación ronda el 8%, según explica su director.

“Llevamos mucho tiempo encerrados”

La Perra Blanco Trío, Pike Cavalero y Tito Ramírez, además de DJ El Lagran, conforman el cartel del Balcón Rock. Son habituales de El Sótano, el programa de referencia de Radio 3. Para Pablo Jiménez, motivos suficientes para acudir a la llamada. Habituado a disfrutar de unos 20 o 30 conciertos al año, lleva desde el 7 de marzo en el dique seco. “Este es mi primer concierto con un bebé, y no sé si más adelante a la niña le gustará meterse en conciertos. Es pasar un fin de semana, con hotel y música en directo, sin que sea perjudicial para ella porque va a estar en una habitación con sus padres y atendida”.

También Marisa Ramos irá con una niña, aunque algo mayor. Elia tiene cuatro años. “Le hemos explicado que en un concierto las personas normalmente se ponen delante del escenario y que esta vez tenemos que estar lejos, pero que vamos a disfrutar igualmente”. Desde que comenzó la pandemia, le han cancelado tres festivales: “Llevamos mucho tiempo encerrados. Queremos disfrutar de la música, pasarlo bien y no habíamos encontrado nada que ofreciera tanta seguridad”.

“Tenemos que mostrar que la vida continúa”

Esta iniciativa se mira con curiosidad en el sector hotelero de la costa, que necesita revulsivos. El 55% de los hoteles de Málaga están cerrados y aun así, la ocupación en el pasado puente apenas llegó al 25%, según la patronal AEHCOS. Según los datos del INE recién publicados, los hoteles de la Costa del Sol han perdido 1,8 millones de pernoctaciones solo en septiembre.

“La cosa está mal no, fatal”, lamenta Díaz, que cree que el Balcón Rock lanza un mensaje positivo: “No está prohibido un espectáculo ni que trabajes en un hotel. Hay limitaciones que se pueden cumplir. Podemos vivir en la situación en la que estamos”. El evento le ha permitido sacar a una parte importante de la plantilla del ERTE, que afectaba al 80% y se quedará en el 45%. Recuperará camareras de piso, servicio de bar o técnicos.

La iniciativa tiene el respaldo del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, y no se descarta repetir la experiencia si todo sale bien. Jiménez ya tiene casi cerrado el cartel del Rockin Race Jamboree 2021, pero asume que tendrá que hacer cambios por las limitaciones de aforo. Baraja hacer un circuito con diferentes escenarios en Torremolinos, incluyendo varios hoteles.

“Vamos a ver el sol y a disfrutar, que hace tiempo que no disfrutamos. Tenemos que mostrar que estamos abiertos y que la vida continúa. No podemos quedarnos parados”, dice el director pocas horas antes de convertir su hotel, quién se lo iba a decir, en un escenario para rockabillies.

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