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Cerco al principal medio de transporte de la droga: las 'narcolanchas', prohibidas por decreto

Una narcolancha intervenida por la Guardia Civil.

Francisco J. Jiménez

En el Campo de Gibraltar esperan que la promesa realizada por el ministro del Interior del Interior, Juan Ignacio Zoido, de prohibir las narcolanchas se lleve a efecto lo antes posible. A nadie mínimamente relacionado con la lacra del tráfico de drogas se le escapa que estas embarcaciones son las que más daño hacen para introducir hachís procedente de Marruecos.

Y es que las fuerzas del orden saben que se enfrentan al vehículo más difícil de combatir en este momento en el marco del narcotráfico. También han sido usados durante muchos años pateras, barcos recreativos y barcos pesqueros, pero las lanchas, también conocidas como gomas, transportan el 80% de la droga y tienen la ventaja de que no están sujetas a los controles de las embarcaciones que para descargar o cargar mercancías tienen que acudir a un puerto y eso supone pasar controles aduaneros. Además, también se usan con frecuencia para el contrabando de tabaco.

Normalmente se compran en Reino Unido y Francia, pero también se han descubierto lugares donde se construían a medidas, como sucedió en la Operación Festejo, en la que fue detenido el dueño de un astillero con sede en Puerto Real (Cádiz), que se dedicaba a la fabricación de estas embarcaciones.

Hasta hace años la gran referencia en el mercado estaba en el astillero británico Crompton Marine, cuyo dueño también fue detenido por estar vinculado con el narcotráfico. Ahora es sencillo encontrar en internet embarcaciones que usan moldes de esta marca y que son semirrígidas de 12 metros que suelen llevar tres motores. Para aumentar el rendimiento se les suele echar queroseno, que aunque acorta la vida del motor sirve para ganar en potencia. La velocidad que pueden alcanzar es de unos 60 nudos (120 kilómetros por hora), lo que les permite cruzar el Estrecho y plantarse con la mercancía desde Marruecos en poco más de 45 minutos.

Son embarcaciones que están hechas para plataformas del mar del Norte, capaces de rendir en condiciones de navegabilidad adversas y que alcanzan grandes velocidades incluso con 2000 kilos de peso en su interior. El precio puede rondar los 200.000 euros, una cantidad que es fácilmente asumible en una industria que permite que se recupere esa inversión sólo en un viaje.

La promesa de Zoido

Zoido anunció hace unos días que el Gobierno aprobará un decreto para prohibir las narcolanchas y aunque ya advirtió de que el proceso no llegará “de la noche a la mañana”, sí hizo hincapié en que afectará a la embarcaciones que sean susceptibles de ser utilizadas con el objetivo del narcotráfico y del contrabando. La gran novedad es que serán incautadas donde quiera que se encuentren, tengan o no cargamento alguno en su interior. Además, posteriormente no se venderán en subastas, algo que se ha hecho durante mucho tiempo y que posibilitaba que regresaran al mundo de la droga.

Puestos en contacto con el Ministerio del Interior, la información que se maneja sobre la aprobación de estas medidas concretas contra las narcolanchas es que “todavía están en estudio” y que, por el momento, no han sido llevadas al Consejo de Ministros.

Pero, ¿ilegalizar estas embarcaciones puede acabar con el problema? Fuentes policiales consultadas por este periódico aseguran que “será un paso importante, no cabe duda, pero al final será desvestir a un santo para vestir a otro. Esto no tendrá solución mientras que se siga produciendo hachís en Marruecos porque ya buscarán otros métodos para introducirlo en España, camino de Europa”.

Valga el ejemplo de que hace unas fechas agentes de la Policía Nacional han localizado y recuperado en La Línea un vehículo SUV de alta gama en el que transportaba 510 kilos de hachís. El vehículo fue interceptado en el Barrio de San Bernardo y el conductor huyó del lugar tras ser apoyado por más de 200 vecinos que increparon la actuación de los agentes, que ante la gravedad y violencia ejercida contra ellos tuvieron que hacer varios disparos al aire.

Otro de los compromisos del ministro Zoido es aumentar los efectivos policiales en la zona, algo que será esencial para combatir el problema en igualdad de condiciones.

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