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SANIDAD PÚBLICA
Las rectificaciones sobre la marcha del Gobierno andaluz no apagan las protestas en contra de la “privatización” sanitaria

Los manifestantes dejan pasar el tranvía por la Avenida de la Constitución de Sevilla.

Antonio Morente

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Al Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno (PP) se le acumula el trabajo en sanidad. Y aunque está realizando cambios sobre la marcha para corregir parcialmente algunas de sus medidas, por ahora no ha conseguido apagar el fuego de la protesta sanitaria. Primero fue la rectificación para asegurar que sólo utilizará la sanidad privada en la atención primaria “cuando la demanda asistencial sea elevada”, y luego el anuncio exprés de que cancelará los contratos a dedo con clínicas privadas tras dos años fuera del marco legal de la pandemia, tal y como adelantó elDiario.es Andalucía. Estos dos frentes siguen abiertos, como también las reclamaciones, que este jueves se han plasmado en una concentración ante la sede del Servicio Andaluz de Salud (SAS) como antesala de la manifestación que las Mareas Blancas han convocado para el 25 de marzo.

Convocados por CSIF, CCOO y UGT, un millar de personas han protestado en la sevillana Avenida de la Constitución para reclamar el blindaje del carácter público de la atención primaria andaluza, a la que ven cada vez más amenazada por las pulsiones “privatizadoras” de la Junta de Andalucía. Arropados por representantes de las formaciones de izquierda (PSOE, IU, Podemos, Adelante Andalucía...), los sindicatos han insistido en la necesidad de un acuerdo para salvaguardar el que es el primer nivel asistencial, un pacto que según ha asegurado este mismo jueves la consejera de Salud, Catalina García, cree que será posible en abril.

Para los sindicatos convocantes, eso no dejan de ser palabras que siguen sin concretarse en hechos con propuestas concretas. Y ese malestar se ha traducido en consignas como “Moreno Bonilla, aumenta la plantilla” o “dónde están, no se ven, las mejoras del PP”, porque se insiste en que por un lado se prometen cosas pero, a la hora de la verdad, lo único que se ha aprobado en los últimos meses ha sido la “orden ofensiva y peligrosa” que le abre las puertas de la sanidad pública a la privada. Así que las protestas se mantienen vivas, porque no se han producido avances sustanciales en la negociación ni tras un rosario de reuniones técnicas y encuentros en la mesa sectorial, en la que también se sientan los sindicatos de enfermería (Satse) y médico (SMA). Ambas formaciones no apoyaban la concentración de este jueves, pero sí comparten el malestar de fondo.

Rectificaciones sobre la marcha

El Gobierno andaluz modificó a última hora el polémico decreto que permite que médicos privados usen centros públicos, y los sindicatos reclaman nuevos cambios por mucho que el pasado lunes se escenificase un acuerdo con empresarios y CCOO y UGT. Un pacto, por cierto, que las Mareas Blancas consideran un error en puertas de su protesta del 25 de marzo (que también secundan estos dos sindicatos), ya que puede transmitir la sensación de que se están encauzando los problemas en materia sanitaria. La última protesta organizada por este colectivo congregó a miles de personas hace cuatro meses.

En medio de esta tormenta, este periódico ha informado esta semana que la Junta de Andalucía contrató a dedo con clínicas privadas por importe de 243 millones de euros hasta junio de 2023, acogiéndose para ello a una legislación puesta en marcha durante la pandemia que llevada dos años derogada. Su siguiente paso ha sido anunciar que se acabó esta vía de contratación, pero para los partidos de izquierda esto no enmienda lo que ya se ha hecho mal, además de interpretarse como un paso más en lo que se considera la “privatización” de la sanidad pública. Por eso este jueves estaban en la protesta sindical, conscientes de que este puede ser el flanco más débil en el gobierno del PP, y por eso estarán en la manifestación de las Mareas Blancas, que respaldará una treintena larga de entidades.

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