Miguel Ángel Sanz, presidente de FAPAR: “Nuestro objetivo es que no haya ningún perjuicio para el alumnado”

“Si alguien se va a quedar atrás, esperamos. Por el derecho a la educación, por solidaridad, por equidad, por empatía. No a avanzar materia lectiva hasta que se recuperen las clases presenciales”. Son los mensajes que ha difundido estos días la Federación de Asociaciones de padres y madres de alumnos de Aragón, FAPAR. Su presidente es Miguel Ángel Sanz, (Zaragoza, 1972).

¿Qué opinión tienen en la Federación de Asociaciones de padres y madres de alumnos de Aragón sobre las clases online que se están impartiendo por la crisis sanitaria?

No es la manera más adecuada de impartir las clases; aunque, visto cómo se está desarrollando, el alumnado se ha adaptado muy bien porque ya lleva tiempo trabajando con las nuevas tecnologías. Claro, falta el contacto entre profesor y alumno en muchos de los casos porque no todo están siendo clases online. Mucho trabajo que se está haciendo actualmente es enviar trabajos y corregirlos. Hay profesores que están utilizando la metodología de dar clase a través de plataformas digitales, pero otros no. Por eso, creemos que habría que estudiar mejor el sistema.

¿Depende de las etapas educativas que sea más o menos efectivo?

Sí, hay mucha diversidad. En las primeras etapas, los alumnos están recibiendo más apoyo de la familia porque les falta el profesor, que es su referencia, y cuando tienen alguna duda tenemos que estar las familias encima para echarles una mano. En secundaria, son más autónomos, aunque pueden tener algún tipo de duda también. Ahí, lo que vemos es que ha habido un poco más de sobrecarga de tareas.

¿Había alternativas mejores con los centros cerrados?

Lo que vemos es que no ha habido una manera única de afrontar la situación, sino que cada uno se ha ido adaptando a las plataformas. Algunos ya estaban utilizándolas, a otros se las han recomendado, pero no hay una unificación en cuanto a cómo se está trabajando. No sabemos cuál es la mejor forma; sí preferimos las plataformas en las que el profesor interactúa con el alumnado y, como en una clase normal, el alumnado puede preguntar, el maestro responde... vemos que es la opción más operativa. Aunque también reconocemos que, con la premura con la que se tomaron estas medidas, no podemos pedir mucho más. Dentro de la excepcionalidad, nos tenemos que adaptar a lo que se está haciendo, valoramos los esfuerzos. Nuestro objetivo principal tiene que ser que no haya ningún tipo de perjuicio para el alumnado. 

¿Son suficientes las medidas que se han tomado para cerrar la brecha tecnológica con las familias más desfavorecidas?

Por lo que sabemos, se está haciendo un arduo trabajo para intentar que las familias que no tuvieran medios, los tengan lo antes posible. Sabemos que tienen ordenadores que están poniendo a disposición de las familias, tienen tarjetas telefónicas para que puedan tener conexión a Internet... Creo que el Gobierno de Aragón está haciendo todos los esfuerzos.

¿Qué le parece la propuesta de favorecer la promoción de los alumnos, a pesar de que algunos arrastren asignaturas para el próximo curso?

Con la situación que tenemos en estos momentos, lo más adecuado es flexibilizar el currículum, las evaluaciones; dado que no podemos saber el grado de obtención de las competencias por parte del alumnado. Creemos que es lo más adecuado, como medida excepcional. Lo que nos parece más importante es trabajar como una evaluación continua: que unamos los dos primeros trimestres, que han sido presenciales, con este último, que se realiza desde los hogares, y, sobre todo, con el refuerzo del curso que viene. Trabajamos con un horizonte más amplio que este curso que finaliza en septiembre.

¿No habrá alumnos que el próximo año se encuentren con una carga lectiva que les resulte inasumible?

Puede existir ese peligro, pero este último trimestre se va a trabajar en diagnosticar la situación del alumnado. Esperamos que con este último trimestre de diagnóstico y con lo que trabajemos en verano, podamos poner los recursos necesarios para que el alumnado sienta lo menos posible la problemática que hemos tenido. Todas las partes tenemos que poner todo lo posible de nuestra parte para que esta brecha sea lo menor posible para el alumnado.

¿Qué haría falta para conseguirlo?

 Principalmente, empieza a haber una demanda por parte del profesorado pidiendo más plantilla para el curso que viene, para hacer frente a estos refuerzos. Entendemos que tenemos que desarrollar todo tipo de programas de refuerzo que sean posibles, como algunos que ya se están realizando estos años anteriores, aunque no habían llegado a todos los centros. Tenemos que hacer todo lo posible para que lleguen, bien sea con el nuevo profesorado que se incorpore o con el trabajo del resto de profesorado, del que también esperamos su implicación. 

En algunas comunidades sí tienen previsto abrir los colegios en julio, ¿qué le parecería aquí?

En principio, aquí no se plantea como medida de refuerzo y nosotros vemos bien que se planteen los refuerzos a partir del curso que viene. Entendemos que tiene que haber un descanso tanto para el alumnado como del profesorado. El mes de julio valoramos que se apliquen las medidas de conciliación como el programa “Abierto por vacaciones”, que es un programa que ya existe en Aragón y que se tiene que hacer todo lo posible para que se pueda implantar en todos los centros donde sea necesario. Las demandas de conciliación se empiezan a plantear desde ya. De hecho, esta semana que se ha vuelto a activar la actividad económica, nos vuelven a llegar demandas por problemas de conciliación, porque los colegios cubren también una función social en cuanto a la conciliación. Ahora mismo, están cerrados; mientras las autoridades sanitarias no lo recomienden, no podemos pedir su apertura. Está pasando lo mismo con guarderías o centros de tiempo libre. Pero entendemos que hay un problema que tenemos que resolver entre todos.