Poeta en el cuartel: un guardia civil publica su cuarto poemario
A José Manuel Miranda Alonso no le gusta “dar la brasa” a sus compañeros de la Guardia Civil para que lean sus poemas, porque diferencia claramente sus dos facetas: como miembro del Instituto Armado adscrito a la Zona/Comandancia de Asturias y como poeta. Sociable, afable y muy cercano, acaba de publicar su cuarto poemario El más puro sentir, bajo el paraguas de la Editorial Círculo Rojo.
Su madre, Carmen Alonso Merayo, era maestra y le inculcó el amor por las letras y la literatura. José Manuel recuerda con gratitud las largas conversaciones que mantenía con ella ya desde pequeño y cómo llegó a la escuela sabiendo leer y escribir gracias a sus clases en casa.
Su inspiración
De su mujer, Olga Suárez Méndez, que ya se ha jubilado como médica, recuerda cómo lo animaba a escribir siempre que le llegaba una idea desde que la conoció cuando él fue destinado al concejo asturiano de San Antolín de Ibias y de su hermana África resalta cómo cuidó a su madre en los últimos años y sobre todo su humildad.
Cuatro libros de poemas
Hablar con él es siempre ensalzar las virtudes de las personas que le rodean porque es un hombre modesto que vuelca en sus poesías lo que le transmiten. Como muestra, no hay más que remitirse a los títulos de sus libros publicados hasta ahora: 'Siempre hay un camino a la esperanza' (Volúmenes 1 y 2), 'Mi vida en verso' y el último que acaba de editar “El más puro sentir”.
Hay una palabra que siempre se repite cuando se habla de José Manuel Miranda: su bonhomía. Y esa es una cualidad que se nota en los primeros minutos de conversación con él.
La pasión por escribir
Natural del pueblo de San Cipriano de Hermisende (Zamora), José Manuel y su hermano César, ya fallecido, siguieron los pasos profesionales de su padre, César Miranda Galán, que se jubiló con la categoría de sargento de la Guardia Civil. De él heredó su pasión por ayudar a los demás, mientras que debe a su madre su inclinación por la poesía.
“Mi madre también escribía poesía. Mi afición por escribir viene de ella, porque desde pequeño ya me interesaba todo lo que me contaba. Era muy inteligente y con ella hablaba de filosofía y religión sobre todo”, explica.
Recitando desde pequeño
Esa afición por la faceta literaria le llevó a escribir artículos en Dignidad Digital y posteriormente recopiló todas las publicaciones en su primer libro 'Siempre hay un camino a la esperanza', del que posteriormente publicó un segundo volumen.
Tiene buena memoria y recita sin pausa las poesías que le gustaban ya de pequeño. Entre otras, rememora uno de los poemas que más le gustaron y que le trae muy buenos recuerdos infantiles, como 'El molino', de Antonio Fernández Grilo.
Un mensaje
En sus poemas siempre lleva un mensaje implícito, donde resalta la importancia de valores como los cuidados a las personas mayores, la atención en las enfermedades -entre otras, la de su tío político Emilio, con el alzheimer-, la jubilación, el respeto a las personas mayores, los sentimientos religiosos y la labor de los profesionales sanitarios, entre otros.
José Manuel asegura que su mujer le sigue animando cada día a seguir manteniendo viva su ilusión por escribir: “Olga valora la poesía con rima, con soneto. Cuento hasta las sílabas, son fórmulas poéticas que parecía que habían desaparecido”, comenta.
La familia
El matrimonio tiene dos hijos, Javier y José Manuel, que no han seguido la estela literaria de José Manuel. Él se siente muy orgulloso de la familia, a la que dedica muchos de sus poemas.
“Javier es diseñador gráfico y vive en Asturias, mientras que José Manuel se decantó por Turismo y dirección de hoteles y está residiendo en Shangai. Uno eligió el arte, porque pinta cuadros, y el otro escogió los viajes y ahora estudia chino”, dice orgulloso.
Siempre activo recogiendo ideas
Reconoce que no tiene referencias especiales entre los grandes poetas: “A mí me puede gustar mucho una poesía de un poeta famoso, pero no toda su obra o me puede gustar un poeta desconocido y no toda su obra. Por ejemplo, me gustan estilos diferentes como Machado y Pemán o Miguel Hernández y Pedro Muñoz Seca”.
Apunta que es un hombre precavido porque inscribió sus libros de poemas en el Registro de la Propiedad Intelectual y, con el último poemario recién publicado, ya está empezando a pergeñar ideas de cara a la preparación del siguiente.
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