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Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Revilla y la importancia del relato

Revilla, "indignado" por el "maltrato" a Cantabria, pide reunión urgente a Rajoy

Marcos Martínez Romano

En política es imposible determinar qué es “la verdad”. Múltiples actores construyen diversas estructuras discursivas que pugnan por dar sentidos diferentes a los mismos hechos. Y cada actor intenta lograr instalar su relato como gafas a través de las que la mayoría vea los hechos que suceden en un territorio dado.

Partiendo de esta base, nos tenemos que preguntar, hoy en día, ¿quién tiene el relato más claro, directo y conciso para explicar las razones de lo que acontece en Cantabria? ¿Quién es capaz de conseguir que su visión particular sea la que más de universalice? Mi respuesta ante estas dos preguntas cruciales es clara: Miguel Ángel Revilla.

Desde hace meses, el presidente de Cantabria sabe perfectamente por dónde tiene que ir. Es consciente de que le beneficia mucho más centrar el tiro en el agravio del Estado con Cantabria que en lo concerniente a la política interna de nuestra Comunidad. Y lo hemos podido comprobar claramente durante los últimos días.

Tanto en la intervención del pasado sábado en La Sexta Noche, como en la del Debate de Orientación Política de Cantabria en el Parlamento, Revilla construyó su relato en base a establecerse como defensor de los intereses de Cantabria pisoteados por el Gobierno central. Aprovechando dos casos que los cántabros perciben como especialmente sangrantes: la no financiación de Valdecilla y la imposibilidad de disponer del agua de nuestro pantano del Ebro.

Y si lo hace, es porque puede permitírselo, dada la ausencia de propuestas claras del resto de partidos de Cantabria en lo concerniente a la relación Cantabria-Estado dentro del marco territorial actual. Y la aún mayor ausencia de horizontes alternativos en lo tocante a la inserción territorial de Cantabria en el Estado en una hipotética reformulación territorial de España, que cada día está más presente en la agenda política a nivel estatal.

Y es que el estatus territorial actual, habiendo sido en su momento ganado a pulso por nuestra gente y habiendo supuesto un avance histórico para nuestro pueblo, es el que genera las condiciones de posibilidad para la aparición y crecimientos de personajes políticos como Revilla. Debido a que provoca que pensemos la política cántabra en una eterna lógica de relación -de dependencia- con Madrid. Relación en la que él puede continuar mostrándose como el único actor capaz de defender los intereses de Cantabria, jugando el papel de mediador entre el pueblo cántabro y el Estado.

Frente a esto, no solo los demás actores políticos de Cantabria carecen de propuestas sólidas, sino que carecen de ningún tipo de relato consistente que pueda conseguir que una mayoría de cántabros miren lo que sucede en nuestra tierra desde un prisma alternativo.

Esto se ha evidenciado en la primera jornada del “Debate sobre el estado de la Región”, en el que habiendo algunas intervenciones muy buenas en cuanto a denuncias de los déficits de la política del Gobierno autonómico basadas en un gran trabajo de recopilación y ordenación de datos, les ha faltado, tanto propuestas alternativas como, sobre todo, estar enmarcadas en un relato que fuera capaz de confrontar con el construido por Revilla.

Con todo esto, nos encontramos actualmente con una sociedad cántabra, que de manera transversal en lo ideológico, se siente cada vez más molesta con los continuos desprecios del Gobierno central hacia Cantabria; con unos partidos de la oposición sin alternativas sólidas y sin relatos claros capaces de desplazar el eje central del debate del frame “que España nos pague lo que nos debe”; y con una desconfianza generalizada de la gente hacia cuatro partidos continuamente enfrascados en confrontaciones internas, frente a lo que Revilla puede sacar pecho mostrando la estabilidad de su partido.

Ante esta situación, ¿qué hacer? Entiendo que, por un lado, es necesario tratar de invertir esta situación pensando en modelos alternativos al marco territorial actual para sacar a Revilla de su espacio de confort y estar en condiciones de disputarle la posición de defensor del Cantabria. Posición que, en la práctica, no pasa de una pataleta continua que cada vez tiene menos efectividad para la vida de los cántabros y las cántabras, pero más efectividad electoral para él. Y, por otro, ser capaces al mismo tiempo de construir narrativas que logren vencer a la construida por el líder regionalista.

Y es que, como decía al comienzo, “la verdad” no se construye con denuncias basadas en una suma de datos, por muy objetivos que puedan ser, ni siquiera con propuestas de futuro basadas en el mayor de los rigores posibles. “La verdad”, no es otra cosa que aquel relato que logre que la mayor parte de una sociedad vea su tierra y lo que en ella sucede, con los ojos de quien lo enuncia. Consiguiendo que los demás, tengan que moverse dentro de esa narración para no quedarse fuera de la disputa política central.

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