La clínica de Irak que se construyó con dinero recaudado desde Toledo
En noviembre de 2014, el arzobispo caldeo de Mosul, en Irak, Amez Shimoun Nona, presentaba en Toledo la campaña de recaudación para una clínica en la zona de Alqosh que hoy es ya una realidad. Se trata de un proyecto gestionado por Cáritas Diocesana de Toledo y que, según aseguran desde la diócesis, podrá atender hasta dos mil familias. La inversión total del proyecto ha sido de 50.000 euros, para una clínica de medicina general donde trabajan un médico y una enfermera, encargados de atender a las familias numeradas.
Javier García-Cabañas, secretario general de Cáritas en Toledo, explica que la motivación del proyecto comenzó una vez iniciada la guerra en Siria. “Pensábamos en cómo podíamos ayudar a las familias desde aquí y contactamos con el obispo de una diócesis que ya no existe para ver qué era lo más prioritario y centrarlo así en una petición desde Irak o Siria”, señala García. Cáritas Toledo entró así en contacto con el que era obispo del Alqosh, donde las familias refugiadas que vivían sin cobertura sanitaria eran muchas. Fue así como recibieron la propuesta para la construcción de una clínica para dos mil familias de refugiados.
A través de un asesor iraquí en Madrid, pudieron traducir y mediar para formalizar planos y presupuestos de la 'qardag', o clínica de la caridad. Finalmente, Cáritas Toledo se compromete a la totalidad de la construcción del centro. Los primeros veinte mil euros, afirma García, vinieron directamente de los fondos de Cáritas, que también se ocupó de equipar el centro. Una vez construida y equipada la clínica, sin embargo, no se acaba la relación entre Toledo y Alqosh, ya que la diócesis pretende establecer un “puente misionero” para que personal sanitario voluntario viaje a apoyar la clínica.
La iniciativa está dentro del programa 'Cristianos Perseguidos' que, pese a su nombre y según afirma García, se extiende a todos los refugiados. De este modo, el secretario general de Cáritas Toledo señala que antes de los refugiados que entran por el este, otros salían de la zona de conflicto por aeropuerto o el norte de África, llegando a España donde debían quedarse de forma irregular. En Toledo, Cáritas acogió a una familia irakí que luego partió a Alemania y a cinco familias sirias, dos cristianas y tres musulmanas.
Estos últimos se encuentran todavía en Toledo, donde se han acogido al programa de vivienda que ofrece la institución y también reciben apoyo para regular su situación laboral, aprendizaje del idioma y también apoyo jurídico y mediación para la escolarización de los niños. “Hemos seguido intentando traer familias de los familiares que están en Toledo, pero ha resultado imposible. Estamos siempre a la espera de que el Gobierno mueva ficha, lo de los refugiados está muy parados”, afirma García, quien señala que las campañas se renuevan cada año, para no olvidar la situación en los países en guerra.