La constructora de la Ciudad del Transporte de Guadalajara pide abrir una cantera junto a las obras

La empresa High Innovation Obras y Servicios SL, una sociedad constructora propiedad del empresario Juan José Cercadillo, que actualmente desarrolla las obras de la llamada ‘Ciudad del Transporte’ entre los términos municipales de Guadalajara y Marchamalo ha solicitado a la Junta de Castilla-La Mancha permiso abrir una cantera en los terrenos colindantes a la futura instalación de la que pretende “extraer zahorras naturales así como explotar el paquete de limos arenosos y arcillosos existentes”.

Lo haría en tres parcelas que actualmente tienen uso agrario (pastos) durante un periodo 11 meses (dependiendo del desarrollo y plazo de entrega de la obra colindante a la explotación, según matiza) y el destino de la extracción será “exclusivamente” las propias obras de construcción de la Ciudad del Transporte, fundamentalmente como materiales de relleno.

La empresa justifica la necesidad por “no ser titular de ninguna explotación en la actualidad de donde pueda extraer los materiales que necesita” y para abaratar costes, aunque se cita la existencia de graveras “a relativa distancia”.

La cantera se ubicará a algo más de un kilómetro de las terrazas del río Henares, en su margen izquierda y junto a la vía del tren y la carretera CM-101 que une Fontanar con Guadalajara. “Las distancias son lo suficientemente grandes para que la explotación pase desapercibida a simple vista”, señala el documento.

Además, añade, la zona de explotación futura se encuentra muy próxima a la ciudad de Guadalajara y según de la red European Air Quality Index la calidad del aire en la zona es “aceptable”.

La empresa define en el documento presentado ante la Junta los elementos del medio natural que pueden resultar afectados y propone algunas medidas correctoras que “amortigüen los impactos”.

La cantera, asegura, no afecta a ningún elemento natural protegido y “no son previsibles” riesgos para la salud aunque se contemplan impactos como la eliminación de cobertura vegetal en la zona, afecciones a la fauna (el estudio dice que el terreno está asociado, entre otras especies de animales, a las aves esteparias) tales como atropellos, desplazamiento de poblaciones o destrucción del hábitat.

Sin embargo, contemplan regenerar la zona durante la posterior fase de restauración, una vez no sea necesaria la extracción. En su propuesta no se prevé el uso de explosivos que hubiese derivado en impactos vinculados al ruido, a una gran cantidad de polvo en suspensión y a cuestiones de seguridad.

“El impacto sobre la flora y fauna será mínimo pues la zona a explotar es relativamente pequeña en comparación con otras de similar índole. Además, en la zona las áreas con la suficiente cobertura vegetal son muy pobres y poco desarrolladas, características que no permiten la existencia permanente de especies en peligro que pudieran ver perturbado su ciclo biológico”, recoge el documento.

Antes promover la explotación, la empresa investigó sobre la existencia de los recursos mineros que se pretende extraer realizando 18 catas con retroexcavadora. “Aparentemente, las parcelas han estado siempre destinadas a uso agrícola o agrícola-ganadero y no presentan relación directa con ningún curso de agua superficial, el arroyo más próximo es el arroyo de Dueñas, que se encuentra unos 300 metros al norte”. El promotor cree que la escorrentía producida por la extracción se alejaría del arroyo y que se podrían mover hasta 283.000 m3 de materiales.

Hasta el próximo 24 de julio está abierto el proceso de información pública sobre este proyecto de explotación y del estudio de impacto ambiental que ha presentado Minería & Medio Ambiente Consultoría (MINERMA).