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Aragonès insiste en sumar a CUP y 'comuns' a un Govern con Junts: “Daría pánico a quienes no quieren que cambie nada”

El líder de ERC ha pronunciado su discurso en el Espai Serrahima de Barcelona

Arturo Puente

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“Esta intervención es un alegato a favor del Govern del 3 de octubre, de la vía amplia que queremos construir desde ERC con Junts, la CUP y En Comú Podem”. Con esta frase ha resumido el candidato republicano a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, la conferencia que este jueves ha pronunciado desde el espacio Serrahima de Barcelona. Un acto con el que ha abierto la que será la fase central de las negociaciones entre partidos para formar un nuevo Govern. En su discurso, Aragonès ha invitado a todos a centrarse “en el qué y no en el quién”, aunque por su parte ha sido el último intento de atar a la CUP y a los 'comuns' a un pacto de gobierno a cuatro con Junts.

“Se pueden hacer más cosas dentro del gobierno, a pesar de que eso suponga aceptar y digerir muchas contradicciones, que manteniéndose a la comodidad de la oposición”, ha advertido Aragonès, que ha tratado de presentar un proyecto de gobierno estable pero seductor desde la doble óptica del independentismo pactista y la de izquierdas. “Si queremos abrir una nueva etapa, hacer la sacudida que el país necesita, tenemos que salir todos de nuestra zona de confort y no mirar quién sino lo qué”, ha insistido. Desde las primeras butacas seguían sus palabras, además de algunos actores de la sociedad civil, representantes de Junts y de la CUP, pero nadie de En Comú Podem.

Pese a que en estos momentos la formación de Jéssica Albiach ni siquiera está cerca de un acuerdo como el que propone Aragonès, y que la CUP también ha dado muestras de estar poco interesada en entrar al Ejecutivo, el objetivo del líder de Esquerra es mantener la puerta de su proyecto abierta y generar, al menos, una geometría variable que le permita una legislatura más desahogada que la pasada. “Nadie tiene mayoría absoluta”, ha dicho. “Y esto nos obliga a llegar a acuerdos que beneficien a la ciudadanía de Catalunya, como hicimos con los presupuestos de 2020”, ha vuelto a indicar, de nuevo con una apelación a los 'comuns', que apoyaron las últimas cuentas en ausencia de la CUP.

Según ha sostenido Aragonès, un Govern como el que él propone permitiría dar paso a una “nueva Generalitat republicana” capaz de llevar a cabo las “cuatro revoluciones” que ha encumbrado, como son la social, la feminista, la verde y la democrática. Pero para esto, ha indicado, se requiere del concurso de las cuatro formaciones que están de acuerdo con el referéndum y con la libertad de los presos, y que además sumarán en la nueva Cámara una amplía mayoría de casi dos tercios. “¿A quién le da miedo este Govern? Le da pánico a quien quiere que no cambie nada”, ha exclamado.

Aunque la mayoría de los mensajes los ha dirigido hacia los dos partidos a quien está buscando seducir, CUP y 'comuns', el líder republicano no ha evitado las referencias a quien quiere mantener como principal aliado de Govern, Junts. Ante la mirada de Laura Borràs, el que se ha presentado como “aspirante a la presidencia de la Generalitat” ha asegurado que de las negociaciones debe salir “un acuerdo sólido, honesto y generoso”. “Yo estoy poniendo toda la voluntad y energía para el entendimiento”, ha dicho, advirtiendo que el que se forme será el Govern que tendrá en sus manos “el futuro de las nuevas generaciones” pero también el encargado de pilotar una “fase de resolución del conflicto con el Estado”.

Inmediatamente después de mostrar esta voluntad para el acuerdo, el jefe republicano también ha lanzado una advertencia: “Estoy seguro de que nadie jugara la carta de una repetición de elecciones por cálculo electoral”, ha dicho, porque a su juicio nadie entendería un movimiento así en un momento en el que “la crisis no espera”.

Más allá de esto, Aragonès ha marcado las líneas maestras de su Govern, que ha dibujado como actualizado a las necesidades del momento, tanto en el ámbito social y económico, como respecto a la cuestión nacional y la mirada hacia Europa. “No hemos venido a gestionar, hemos venido a transformar, a cambiar inercias y a cambiar el país”, ha proclamado, huyendo de la imagen de político de despacho que en momentos ha proyectado.

Entre sus apuestas para esta nueva etapa, figuran dos nuevos departamentos, ya conocidos, uno de Igualdad y Feminismos y un segundo de Acción por el Clima, de los que por el momento no ha avanzado el contenido. Además ha asegurado que considera que el nuevo Ejecutivo debe “romper con los departamentos estancos”. Una frase que muestra la aspiración de ERC a ir más allá del cambio de carteras con Junts para hacer todo un rediseño de la estructura de la Generalitat, y que les permitirá salir mejor parados en el reparto del poder de lo que podría tocarles sobre el papel.

Más allá de las grandes aspiraciones y de los proyectos novedosos, el discurso de Aragonès este jueves ha subrayado que el nuevo Govern deberá seguir dedicando buena parte de su tiempo a los mismos temas que han protagonizado la legislatura que se cierra ahora, como es la pandemia, la crisis económica, de la que el republicano ha hablado largo y tendido, y del conflicto independentista. Sobre esta última cuestión, que es la que más interesa a Junts pero también a la CUP, el jefe de ERC ha evitado hacer promesas pero ha sacado pecho asegurando que el suyo será un Govern que “sepa utilizar la mayoría” en las urnas “para luchar por la República catalana”.

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