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Collboni se queda solo con el PP y no logra aprobar las pistolas eléctricas para la Guàrdia Urbana de Barcelona

Collboni, en un acto de la Guàrdia Urbana

Oriol Solé Altimira / Pau Rodríguez

Barcelona —
27 de junio de 2025 13:35 h

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Junts ha querido enfatizar la minoría del gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y ha tumbado una de las medidas estrella del Ayuntamiento en materia de seguridad. Pese a apoyar la adquisición de pistolas eléctricas para la Guàrdia Urbana, Junts ha votado en contra del reglamento sobre su uso, que ha salido rechazado del plenario municipal. El único apoyo ha sido el de los concejales del PSC y del PP, insuficiente para su aprobación.

La marcha atrás de Junts supone una sorpresa, ya que en la comisión de Seguridad sí habían apoyado la compra de Taser, pese a que el reglamento incluía permitir su uso en menores de edad y en supuestos desaconsejados por organismos internacionales, lo que había provocado el rechazo de entidades de derechos humanos y de salud mental.

El portavoz de Junts en el consistorio, Jordi Martí, ha alegado la falta de diálogo con los sindicatos policiales como el motivo para votar en contra del reglamento, aunque al mismo tiempo se ha mostrado a favor de las pistolas Taser. En suma, un movimiento táctico en clave política y que no implica ni mucho menos que la adquisición de pistolas eléctricas para la Guàrdia Urbana quede en un cajón. Tan solo se retrasa unos meses.

El retraso impuesto por Junts en la compra de Taser se suma al abandono de las negociaciones con el gobierno municipal para reformar el 30% de vivienda protegida, lo que deja sin opciones a Collboni para sacar adelante la medida este curso, y difícilmente en lo que queda de mandato.

Sobre las Taser, el reglamento definitivo que no ha podido ser aprobado este viernes ha incorporado algunos cambios reclamados por las entidades de derechos humanos, como la prohibición de uso en personas inmovilizadas o esposadas en dependencias policiales o cuando muestren una resistencia “meramente pasiva” a las órdenes policiales.

Por el contrario, se mantiene la posibilidad de usarse en menores o personas con trastornos psiquiátricos o con aparente consumo de sustancias. Como ocurre con todos los reglamentos de cuerpos como los Mossos d'Esquadra y policías locales que han generalizado la compra de Taser en los últimos años, el documento no contempla uno de los principales peligros de este tipo de armas: dispararla a alguien con patologías cardíacas, que no se pueden saber a simple vista de los agentes.

El texto se ha tumbado por los votos en contra de Junts, Barcelona en Comú y ERC. Vox se ha abstenido y solo han votado a favor el gobierno del PSC y el PP. El teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle, ha defendido que el reglamento es “garantista” y que permitirá un uso de las Taser “proporcional, justificado y supervisado”.

“Sin la aprobación del reglamento, la Guàrdia Urbana no puede disponer de 22 Taser ni de 222”, ha alertado el portavoz del PP, Daniel Sirera. El regidor de BComú Marc Serra ha criticado que el reglamento “pone en riesgo a la ciudadanía y a la propia Guàrdia Urbana”, mientras que desde ERC, Jordi Coronas ha criticado el documento por “imprudente” y por permitir el uso de pistolas eléctricas en menores.

La oposición aprieta de nuevo al PSC

La sesión de este viernes ha evidenciado de nuevo la falta de apoyos de Collboni de cara al segundo tramo de mandato. Antes de dar inicio al plenario ordinario se ha celebrado uno extraordinario, convocado por Junts y Comuns, en el que la oposición ha considerado que el Gobierno municipal se encuentra en una situación de “debilidad” y sin capacidad para llegar a acuerdos.

El texto de reprobación se ha aprobado con los votos de Junts, Comuns, PP y Vox. ERC, que mantiene mejor sintonía con el Ejecutivo de Collboni aunque renunció a entrar en él, ha optado por la abstención

PSC y Junts, las dos principales fuerzas municipales (con 10 y 11 concejales, respectivamente), se han acusado mutuamente la ruptura de las negociaciones por la reserva del 30% de vivienda protegida. Esta semana el partido que lidera actualmente Jordi Martí Galbis se levantó de la mesa al considerar que no hay posibilidad de acuerdo para flexibilizar la normativa.

La encargada de intervenir en el debate por parte del gobierno, la teniente de alcaldía de Urbanismo Laia Bonet, le ha reprochado a Junts que renuncien a revisar las políticas de vivienda protegida “a la primera de cambio”. Bonet ha sacado incluso a pasear al exalcalde y excandidato de Junts Xavier Trias para insinuar que con él el resultado de las conversaciones habría sido favorable. “En la escuela Trias usted suspendería”, le ha espetado Bonet a Martí.

Jordi Martí ha reprochado a Collboni que incumple “sus palabras y promesas” y le ha acusado de hacer “publicidad y propaganda sin tener ningún proyecto real de impacto” para la ciudad.

Por su parte, la líder de Barcelona en Comú, Janet Sanz, ha acusado a Collboni de “esconderse y no rendir cuentas” tras superar el ecuador de mandato y ha asegurado que la ciudad ha “perdido dos años”. “El gobierno no para de fracasar”, ha dicho Sanz, quien ha reprochado al gobierno municipal no tener ni presupuesto aprobado ni acuerdos de gobierno destacables. “Lo más grave es su forma de gobernar, que no es transformadora y no tienen un proyecto”, ha afirmado.

Desde ERC, el portavoz Jordi Coronas ha hablado de “falta de ambición” del Ejecutivo de Collboni para resolver los “grandes retos” municipales y ha señalado que algunas de sus políticas principales, como el aumento del recargo turístico, se han impulsado desde Esquerra “pese a no estar en gobierno”. Los republicanos han criticado también el gesto de Junts i Comuns de pedir un pleno extraordinario, ya que han convertido –ha dicho Coronas– “la pataleta en reprobación”.

A su vez, el presidente del PP en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, ha acusado al PSC de gobernar “como si fueran los Comuns”. Sirera ha apuntado que el gobierno de Collboni es “el más débil” de la historia y el más “arrogante” que se recuerda. Pero también ha criticado a Junts y BComú porque, según ha dicho, lo que les molesta es que Collboni no gobierne con ellos.

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