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Hacerse autónomo: una elección de riesgo

Sara Berbel

Doctora en Psicologia Social —

La mitad de los autónomos se dieron de baja a los seis meses en 2013. Con esta impactante noticia nos despertamos hace unos días en un país que parece vivir ajeno a los problemas reales de la ciudadanía. Y es que, aunque pocas veces se diga, el colectivo de personas autónomas es uno de los más vulnerables en el mercado laboral actual. Podemos desgranar muchos de los factores que contribuyen a su precariedad tales como la elevada tarifa mensual, la tardanza en cobrar sus facturas cuando efectúan trabajos para las administraciones públicas, el pago adelantado del IVA, la dificultad de acceder a créditos, su poca presencia en internet y las plataformas mediáticas… pero todo ello por sí mismo no explica el alto indice de fracaso de estas iniciativas personales. Para lograr una foto completa debemos ir un poco más atrás, a la raíz de la situación.

Y el origen se halla en la grave crisis económica que ha expulsado a mucha gente del mercado laboral, especialmente a jóvenes y personas mayores de 45 años. Los despidos y la dificultad de encontrar un empleo estable remunerado son, pues, la causa principal del crecimiento de los autónomos. Paralelamente, las continuas invitaciones a hacerse emprendedor -a veces incluso diría que rozando la irresponsabilidad- por parte de actores políticos y económicos, como si emprender fuera la panacea de todos los males. De hecho, cuando se celebran las cifras de emprendimiento anual, pocas veces se tiene en cuenta que la gran mayoría no responden a la creación de empresas sino a personas que se dan de alta como autónomas y que, además, no contratan a ninguna persona trabajadora (el 75% no contrata a nadie en plantilla, según datos de la Confederación de Autónomos de Catalunya).

Es decir, bajo el glamuroso epígrafe de personas emprendedoras estamos ubicando a todas aquellas que, en realidad, escogen esta opción para tratar de autoemplearse desde una posición muy precaria, al no encontrar otro modo de ganarse la vida y sin haber analizado suficientemente los pros y contras de esta elección. Como muchas de ellas han capitalizado, además, la prestación por desempleo, para poder iniciar su negocio, cuando se dan de baja a los pocos meses debido a una situación insostenible, se encuentran con que no tienen ningún ingreso para hacer frente a los gastos cotidianos.

La situación es aún más grave en el caso de las mujeres ya que, del total de emprendedoras, el 70% son autónomas, y sólo el 3% de ellas tienen alguna persona empleada a su cargo. Imaginen si se trata de mujeres responsables de familias monoparentales o con personas dependientes.

De todo ello se desprende, por una parte, que las medidas que se han tomado para ayudar a las personas autónomas no han dado el fruto esperado y resulta urgente implementar otras nuevas. Por otro lado, tal como han destacado algunos gurús del ámbito económico en la reciente celebración del Biz Barcelona, es necesario desinflar la expectativa colocada en el hecho de emprender en un país donde no se educa desde la iniciativa emprendedora ni existe el dinamismo económico y social suficiente para ello. De otro modo, se está condenando a muchas personas al fracaso en un momento en que muchas no pueden permitírselo.

No se trata, en absoluto, de negar posibilidades de éxito a las personas emprendedoras. Hay quienes logran sus objetivos y se realizan personal y profesionalmente empezando como autónomas y creando después pequeñas y medianas empresas, que son, por cierto, las que sostienen nuestra economía. Pero deben saber a lo que se enfrentan y hacerlo en condiciones. Antes de emprender hay que realizar estudios rigurosos sobre el presente y el futuro, sobre la competencia y el mercado, preparar un plan de márketing, de recursos humanos y financiero, estar en disposición de arriesgar capital propio y tener una dosis de coraje y voluntad suficiente para seguir adelante pese a las previsibles dificultades. La inmensa mayoría de personas que se hacen autónomas están, a día de hoy, demasiado solas para lograr todo esto por sí mismas.

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