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Barcelona clama por la liberación de los “presos políticos” y reivindica la legitimidad de Puigdemont

© SANDRA LÁZARO

Sergi Franch / Carla Benito / Sandra Vicente

“Si me hubiesen dicho que estaría en una manifestación así, nunca lo hubiese creído”, exclamaba Lluís, uno de los miles de manifestantes que se encontraba este sábado en la multitudinaria manifestación que ha llenado la calle Marina de Barcelona. Lluís no es independentista. Tampoco había acudido hasta hoy a ninguna de las manifestaciones que la ANC y Òmnium Cultural ha convocado en todas las Diades del 'procés'. Pero esta es especial: es “la Diada Nacional por la libertad”. 

El tono festivo de la manifestación con castellers, 'gegants', grallas y música en las últimas horas de luz a la tarde ha cambiado mientras oscurecía la noche con la lectura de los mensajes de los miembros del Govern encarcelados. Se respiraba entonces la indignación y la tristeza por una realidad a la que a los catalanes les cuesta asumir: la existencia de “presos políticos”, y el president y el Govern fuera de Catalunya.

La convocatoria ha reunido 750.000 personas, según los datos de la Guàrdia Urbana de Barcelona. Algunos de estos manifestantes han llegado esta mañana a Barcelona mediante los 947 autocares fletados.

La disposición de la manifestación ha situado a los familiares de los encarcelados en la cabecera “de honor” a modo de homenaje, sosteniendo la pancarta con el lema “Libertad presos políticos. Somos República”. En la convocatoria, se han conjurado para pedir la liberación de los exconsellers encarcelados las entidades y partidos independentistas, junto a representantes que no forman parte del arco soberanista. 

Entre ellos, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que se ha dirigido a la manifestación con el cuarto teniente de alcaldía de Derechos y Ciudadanía Jaume Asens. Precisamente Asens visitó a Bruselas este viernes al president de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, para transmitirle el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona al “Govern” legítimo. 

Precisamente, la legitimidad de Puigdemont como president -contra lo que dice la aplicación del 155- o el restablecimiento de las instituciones flotaban en las reclamaciones. Entre los gritos más escuchados, “és Puigdemont, el nostre president”, “no esteu sols”, “presos polítics, llibertat” o un sonoro “fuera las fuerzas de ocupación” cada vez que el helicóptero de la Policía Nacional se acercaba a la manifestación.

Sin ninguna coreografía prevista para la ocasión, una vez ha anochecido sobre la marcha, los manifestantes han encendido espontáneamente las linternas de sus teléfonos para dibujar el recorrido. Una opción sin los efectos secundarios de la manifestación celebrada el pasado 17 de octubre en el Paseo de Gracia para protestar contra los encarcelamientos de Sànchez y Cuixart dónde la cera de las velas que cayó en el asfalto obligó a cortar la Diagonal durante 24 horas.  

Una imagen visual de la que ha dado buena cuenta TV3 que ha mantenido la cobertura de la manifestación pese al recurso del PP a la Junta Electoral Central, que en los minutos finales de la protesta se ha conocido que ha sido desestimado.  

Ha abierto la parte final de la manifestación el discurso que el músico y compositor  Pau Casals hizo en las Naciones Unidas. “Cataluña tuvo el primer Parlamento democrático mucho antes que Inglaterra” decía Casals en la ONU tal y como se ha recordado desde el escenario situado en la Avenida Icària. Tras la intervención “enlatada” de Casals, se ha levantado un clamor: “Puigdemont, president”. 

Una llamada a la unidad

En el final de las intervenciones, las palabras que han dirigido los consellers encarcelados y los mensajes de apoyo de los que se encuentran en Bruselas han sido ovacionadas. Entre los asistentes, una ausencia por recomendación de su abogado: la de Carme Forcadell para quien el portavoz “accidental” de Òmnium Cultural ha tenido palabras de apoyo. 

Durante dichas intervenciones, han sido muchos los que han transmitido mensajes relativos a los comicios de diciembre, como la exconsellera de Agricultura, Meritxell Serret quien, desde Bruselas afirmó que “el 21D vamos a ganar la libertad de nuestro país y de nuestros presos políticos”. También el exconseller preso Josep Rull ha recordado que “no se puede encarcelar la voluntad de todo un pueblo” y ha reivindicado que “somos el gobierno legítimo de Catalunya porque lo decidieron los catalanes”.

El exconseller de Justicia, Carles Mundó, ha recordad en su mensaje que “los problemas políticos nunca se han solucionado en los tribunales”, mientras que las exconselleras presas en Alcalá-Meco, Dolors Bassa y Meritxell Borràs han recordado que tras ser compañeras de Govern, ahora lo son de celda por “un país donde quepa todo el mundo y valga la pena vivir”. 

En referencia al Estado español, el ex vicepresidente, Oriol Junqueras, ha afirmado que “nuestros sueños son sus pesadillas” y el exconseller de Sanidad, Toni Comín, ha recordado desde Bruselas a sus compañeros de Govern el trato de la justicia, “ver la diferencia de cómo nos está tratando a nosotros la justicia belga y a vosotros la española”. Así, y en referencia a la Unión Europea, el expresident Carles Puigdemont, ha pedido que “deje de mirar hacia otro lado”.

Tras las intervenciones por vídeo de los consellers en Bruselas, el portavoz “accidental” de Òmnium, Marcel Mauri, ha mandado un mensaje contundente al gobierno español: “Somos los nietos de los que combatieron el miedo dejándose la vida en una dictadura y no, no pasaran”. 

La manifestación ha triplicado la distancia inicialmente prevista para la protesta, llegando hasta la Diagonal y llenando 3,3 kilómetros de la marcha. Queda claro que la reclamación para la libertad de los consellers encarcelados y los dirigentes de la ANC y Òmnium marcará no sólo la fuerza del independentismo, sinó también la campaña del 21D. 

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