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Pere Aragonès, vicepresidente catalán: “Más allá del BOE y de lo que diga el Estado, la realidad es que hemos tenido que comprar nosotros el material”

Aragonès, en su domicilio durante el confinamiento

Neus Tomàs

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Pere Aragonès (Pineda de Mar, 1982) lleva 21 días encerrado en una habitación de su casa. El vicepresidente catalán está pendiente de recibir el alta médica tras haber dado positivo en coronavirus.  En esta entrevista asegura que el 90% de los suministros sanitarios que se han tenido que comprar en Catalunya para hacer frente a la pandemia los ha adquirido la Generalitat. Y defiende la gestión que se está haciendo en las residencias después de que el president Torra haya afirmado que en este ámbito “hay cosas que la Generalitat no ha hecho bien”.

¿Por qué Catalunya es la segunda comunidad con más contagiados y muertos por la pandemia?

En primer lugar, al tener 7,5 millones de habitantes, Catalunya es una de las comunidades más pobladas del Estado, pero también es una de las que tiene más apertura al exterior, mucho comercio industrial, y una concentración de población especialmente en zonas urbanas. Todo ello hace que los riesgos de transmisión comunitaria puedan ser mayores. Lo mismo ha pasado en territorios económicamente muy dinámicos como Madrid y el País Vasco.

Muchos familiares, profesionales y ayuntamientos denuncian la falta de medios en las residencias de ancianos. El president Torra ha reconocido que no lo han hecho bien. ¿Usted también considera que han cometido errores?ha reconocido que no lo han hecho bien.

Tenemos a toda la red de atención a la dependencia trabajando por encima del 100%. Es una red pública pero también hay residencias privadas y otras que son privadas con plazas concertadas por la Generalitat. Hay 64.000 personas atendidas en residencias y entre estas hay 1.221 diagnosticadas de coronavirus. Es un universo poblacional que cumple muchos criterios de vulnerabilidad. La media de edad de las personas que están en residencias es de 84 años y un 90% de los residentes tiene patologías de riesgo.

Desde la Generalitat hemos suministrado material de protección a las residencias, sean públicas o privadas. Hemos reforzado el personal, en un momento en que hay mucha escasez e incluso hemos pasado a tutelar algunas residencias privadas. Hemos aprovechado hoteles en zonas más densamente pobladas para poder practicar los aislamientos cuando se detecta un caso y hemos empezado a utilizar la infraestructura médica de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social.

¿O sea que usted considera que no podrían haber hecho más?

Siempre todo se puede hacer mejor pero estamos destinándole todos los esfuerzos y recursos. Y quiero agradecer la colaboración de los ayuntamientos porque es esencial.

Pero el president Torra ha afirmado que no lo han hecho bien. Usted y él no están diciendo lo mismo.

En todo caso lo que destaco es el enorme esfuerzo que estamos haciendo. La voluntad siempre es mejorar. Con muchos más recursos seguiremos mejorando. Por ejemplo, ya hemos empezado a preparar los test rápidos en las residencias. Por lo tanto, no ir solo al diagnóstico sino aplicar medidas de anticipación. Lo estamos haciendo pese a que no hemos recibido los test que debían llegar del Ministerio. Es una situación que desborda la capacidad del sistema. Siempre todo es mejorable, pero yo me quedo con el compromiso de seguir mejorando en lugar de entrar en una crítica que creo que no nos ayudará.

Se refería al material que no ha llegado. Catalunya y otras autonomías se han quejado de que la centralización de compras por parte del Ministerio ha comportado que falten suministros pero el Gobierno central lo niega.

La realidad ha desmentido la recentralización. El BOE puede publicar que hay una central de compras y que incluso ellos tienen poderes para proveerse e incautar material que no esté distribuido. Más allá del BOE y de lo que diga el Estado, la realidad es que hemos tenido que comprar nosotros el material. A través de la empresa Logaritme, la central de compras del sistema de Salud de Catalunya, ya tenemos la capacidad, el conocimiento y los instrumentos, en un mercado que en estos momentos está muy alterado a nivel mundial. La realidad es que el 90% de los suministros que se utilizan en Catalunya los ha obtenido la Generalitat actuando por nuestro lado.

La Generalitat insistió mucho en que había que confinar Madrid pero el Gobierno no lo hizo. Ahora hay algunos epidemiólogos que consideran que habría que aislar Barcelona y el área metropolitana y ustedes no lo están haciendo.

Yo siempre derivaré a la opinión de los expertos, epidemiólogos y del ámbito de la salud pública. Cuando pedíamos un confinamiento más estricto, no nos referíamos solo a las entradas y salidas del territorio sino a una restricción de las actividades, que es por lo que al final ha acabado optando el Gobierno. No pedíamos que se confinase Madrid para que no llegasen personas contagiadas a Catalunya sino también para que gente de Catalunya, un territorio con un nivel de contagio importante, no fuese a otras zonas del Estado y se produjesen más contagios. En ningún caso se planteó como una medida nacionalista o para poner fronteras sino para proteger el entorno. Queríamos confinar Catalunya para no afectar a nuestro entorno.

Usted es el vicepresidente económico. Muchos empresarios consideran que un confinamiento tan estricto comportará la ruina de muchas pequeñas y medianas empresas. ¿Qué les respondería?

Lo fundamental es salvar ahora las vidas para poder seguir ganándonos la vida en el futuro. Ahora son necesarias medidas mu estrictas y de impacto en la reducción de la movilidad y del grado de confinamiento. Es mucho peor no tomar estas medidas y seguir arrastrando una situación de contagio a una parte importante de la ciudadanía durante meses y meses. Se necesitan medidas muy duras para recuperar la actividad económica en la nueva normalidad, porque no volverá la normalidad anterior.

En el Govern hemos tomado decisiones en tres ámbitos, teniendo en cuenta nuestra capacidad, la de un gobierno que es una comunidad autónoma. Primero, hemos aplazado el pago de todos los impuestos que cobra directamente la Generalitat. Segundo, hemos impulsado medidas de crédito y aval público directo a empresas, sobre todo, pequeñas y medianas empresas, y a autónomos para que tengan acceso a liquidez. Y tercero, la Generalitat es el primer poder en contratación en Catalunya y lo que hemos hecho es que en aquellos que no se están ejecutando por parálisis de la actividad, seguimos pagando el equivalente al sueldo de los trabajadores.

En el caso de los autónomos, el Govern ha anunciado 7 millones de euros para ayudarles.Teniendo en cuenta que no da ni para pagar una cuota mensual al 5% de los autónomos catalanes, ¿cree que es suficiente?

Estamos trabajando para incrementar esta dotación. Y lo que quiero lamentar es que el Gobierno español ha decidido unilateralmente recortarnos en un 50% una de las vías que teníamos para incrementarla, el fondo de políticas activas para la ocupación.

¿Es el momento para poner en marcha una verdadera renta garantizada de ciudadanía? La competencia es de la Generalitat, pero presupuestariamente, a pesar del aumento de 125 millones, todavía está muy lejos del nivel de rentas similares como la vasca.

Ya me gustaría tener el sistema de ingresos del País Vasco. Dicho esto, creo que debemos diferenciar dos cosas. Una prestación es la de una renta mínima para la población sin ingresos, que es como se configuró la renda mínima de ciudadanía, y la otra es una garantía de ingresos universal que es necesaria en un momento de parada de la actividad económica. Esta es en paralelo a la renta, que será muy importante no tanto ahora sino en el posconfinamiento. Habrá gente que habrá perdido el trabajo o que no lo podrá recuperar con el mismo nivel retributivo.

Lo que hemos planteado es una renta básica para el conjunto de Europa mientras dure esta situación. Igual que hubo medidas de apoyo a los bancos en el 2008 y 2012, ahora hay que ayudar a las familias. Esto debe estar financiado por el BCE. Que lo que se hizo con lo bancos, se haga ahora con los ciudadanos. La austeridad no es el camino para superar una crisis.

¿Los presupuestos que diseñó el Govern y que aún no están aprobados definitivamente. sirven todavía?

Los que seguro que no sirven son los aprobados en el 2017 y prorrogados el 2020. Los presupuestos del 2020 pueden servir mucho más. Nos permiten elevar el techo de gasto en todos los departamentos en 3.000 millones. Específicamente en el ámbito de Salud son 900 millones más. Si nos ponemos a hacer unos presupuestos nuevos no los tendremos hasta dentro de seis meses. En un momento en que nadie se atreve a pronosticar escenarios macroeconómicos y en el que los márgenes de posibilidades son muy grandes. Es evidente que habrá que hacer reasignaciones y poner más dinero en sanidad y el ámbito asistencial, emergencias así como en la reconstrucción económica y social. Como también es evidente que las reglas de estabilidad presupuestaria no sirven.

¿El Gobierno central les ha dicho que esas reglas ya no sirven?

La respuesta que nos da el Ministerio de Hacienda es que está claro que los objetivos de estabilidad presupuestaria han quedado superados. Pero nosotros queremos que esto quede formalizado y que se dote de instrumentos de liquidez a las autonomías porque somos las que estamos haciendo el trabajo en el ámbito de la salud.

Con este confinamiento tan estricto se han limitado libertades esenciales de los ciudadanos. ¿Puede ser un peligroso precedente?

Será muy importante el diseño que hagamos de la salida del confinamiento. Los modelos que hay en la China son fundamentalmente de control social tecnológico. Estos en muchos aspectos son incompatibles con nuestro sistema de libertades y garantías. El confinamiento es una medida extraordinaria y debe ser temporal. Y no es igual para todo el mundo. No es igual para quien tiene un jardín, para quien está solo y con una persona a su cargo, o para quien está diagnosticado y aislado. No sirven las recetas de la anterior crisis porque hay que poder salir de esta en igualdad de condiciones para todos.

El conseller de Polítiques Digitals, Jordi Puigneró, ha planteado que se dé algún tipo de acreditación a los ciudadanos.

Ahora estamos centrados en hacer frente a la emergencia. A medida que se vayan levantando las medidas de confinamiento y se puedan levantar las restricciones y recuperar la actividad, habrá que poner medidas de prevención de nuevos brotes. Estamos estudiando todos los escenarios. Pero hay que hacer compatibles las medidas de control para evitar nuevos brotes con la garantía de las libertades y garantías de los ciudadanos.

Le parecería bien que hubiera una especie de DNI vírico como ha propuesto el doctor Oriol Mitjà?

Más allá del titular de lo que podría ser esta medida habría que hablar de su alcance, con qué datos y con qué prevenciones antes de implementarse. Es difícil pronunciarse cuando solo conocemos el concepto de la medida.

¿Se atreve a pronosticar cuándo acabará el confinamiento?

Quien debe determinarlo son las autoridades sanitarias y epidemiológicas. Esto no lo decidiremos por una cuestión de oportunidad política. A partir de aquí habrá que aplicar medidas para evitar nuevos brotes. La salida deberá ser paulatina. Probablemente el confinamiento se alargará unas semanas más.

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