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Convergència lo da todo para mantener el escaño del alcalde defensor del monumento franquista

Francesc Homs y Ferran Bel hablan durante un acto ante la mirada de Artur Mas

Arturo Puente

Desesperación es una palabra que podría resumir el estado de ánimo de los convergentes en la recta final de la campaña hacia el 26J. Según las últimas encuestas surgidas este lunes, dentro del plazo legal para publicarlas, el partido de Artur Mas podría perder hasta dos de los ocho escaños conseguidos en diciembre pasado. Los asientos que bailan para los nacionalistas son uno por la provincia de Barcelona y otro por la de Tarragona. Este último, correspondiente al alcalde de Tortosa, Ferran Bel, recientemente famoso por haber defendido mantener en su localidad un monumento de apología franquista, es el escaño en el que Convergència está centrando su campaña para amortiguar en lo posible un batacazo que ya se ve seguro.

La formación nacionalista considera que es más fácil mantener el único diputado conseguido por Tarragona que la cuarta por Barcelona, por lo que ha apretado en el primer territorio. Tras un fin de semana en el que el partido realizó un gran mitin con Artur Mas en la localidad de su candidato tarragonés, Tortosa, este lunes dos consellers, Jordi Jané y Meritxell Borràs, además de la exconsellera Irene Rigau, han celebrado actos en tres municipios de la provincia.

Antes que ellos, Artur Mas ya había celebrado actos al inicio de la campaña en tanto en Reus como en la capital, y el conseller Josep Rull acudió el domingo al delta del Ebro. El recorrido tarragonés de los principales líderes se cerrará el martes, con un acto en Cambrills, en el que volverán a participar los números uno de Tarragona y Barcelona.

Todo esfuerzo es poco para asegurar un escaño clave para la fuerza de los convergentes fuera del Área Metropolitana, sobre todo en un momento donde en el territorio barcelonés cosechan unos resultados más deficientes que nunca antes. Según las encuestas, Convergència tendría difícil revalidar los ya de por sí pobres cuatro escaños sacados por Barcelona el 20D. En 2011, los nacionalistas obtuvieron nueve asientos por la provincia, y nunca en toda su historia habían bajado de los seis. El competencia electoral de CDC en el territorio urbano parece, a las puertas de este 26J, más mermada que nunca.

En ese contexto, no perder el escaño de Ferran Bel por Tarragona se ha convertido en un objetivo prioritario. Además de la multitud de actos por la provincia en los que se han volcado todas las caras conocidas a disposición del partido, Convergència ha desarrollado una estrategia paralela para intentar arañar cada voto de los tarragoneses: artículos de Artur Mas en la prensa local. El expresident y líder del partido ha escrito en publicaciones como el semanario L'Ebre, sobre la defensa del río ante los proyectos de trasvase, o en El Diari de Tarragona, sobre su defensa del corredor del Mediterráneo y los beneficios que este reportaría en las comarcas del Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre.

Uno de los principales obstáculos que le han surgido a Convergència en la carrera por conservar el escaño de Ferran Bel es precisamente la situación que el candidato a diputado y alcalde mantuvo sobre el monolito franquista de su municipio. Bel ha sido el principal defensor de mantener el monumento en la consulta popular celebrada sobre el asunto, en el que los tortosinos apostaron por la reinterpretación y no por su retirada en cumplimiento de la ley de Memoria Histórica.

Ante esta polémica, diversos opinadores del entorno convergente se han mostrado abiertamente contrarios al voto a Convergència en Tarragona. La columnista y tertuliana Pilar Rahola ha criticado con vehemencia la actuación del candidato a diputado sobre el monolito. También figuras públicas como el escritor Quim Monzó, quien ha sido uno de los críticos más activos de Bel desde su cuenta de twitter.

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