Dimiten seis miembros de la dirección de la CUP tres días antes de que empezara a renovarse
La voladura controlada de la dirección de la CUP –renovación, en palabras del partido– ha sufrido un episodio de efectos orgánicos limitados pero que evidencia el mal ambiente interno que se respira en la CUP. Seis de los 15 miembros del Secretariado Nacional, el órgano de dirección de la formación asamblearia, han anunciado este viernes su “dimisión irrevocable”, a tres días de que se iniciara el proceso de sustitución de todos sus miembros.
Los dimisionarios (Ester Rocabayera, Guim Pros, Joel Jové, Omar Diatta, Roger Castellanos y Tomàs Sayes) están en la órbita de Poble Lliure, la organización de la Izquierda Independentista más partidaria de investir a Artur Mas y de tramitar los presupuestos de Junts pel Sí. “Rechazamos la propuesta de una dimisión conjunta de todo el Secretariado”, han indicado en un comunicado. Asimismo, han cargado contra las “actitudes maquiavélicas y sectarias” de miembros de la CUP.
Un comunicado de la CUP había anunciado a principios de esta semana que el Secretariado Nacional de la formación iniciaría el próximo lunes día 20 su renovación. Los dimisionarios han discrepado sobre el posicionamiento oficial del partido y han asegurado que “el relato sobre la renovación del secretariado no ha sido consensuado”.
Además de las discrepancias orgánicas, los dimisionarios también han criticado el 'no' a Artur Mas y a los presupuestos ya que, a su juicio, “nos alejan de la estrategia independentista que habíamos asumido programáticamente”. “No queremos que se nos malinterprete. No somos partidarios de Artur Mas”, han matizado.
Las dimisiones han llegado pese a las llamadas a mantener la unidad interna que voces destacadas de la CUP, de dentro y de fuera del grupo parlamentario, habían hecho en público y en privado las últimas semanas. Fuentes cupaires tildan las dimisiones de “escenificación” y consideran que “están más enfocadas hacia el exterior de la CUP que no hacia su interior”. Recuerdan asimismo que el próximo lunes se iniciará el proceso de relevo del Secretariado.
En un comunicado oficial, la CUP ha lamentado las dimisiones y ha señalado que “todos los procesos de debate y de decisión se han hecho con todas las garantías democráticas”. Asimismo, la CUP ha explicado que los dimisionarios no acudieron a la reunión del Secretariado del lunes que acordó iniciar los trámites para hacer efectiva su renovación.
Dos visiones del proceso
Con las dimisiones se vuelve a evidenciar el tira y afloja interno que vive la CUP desde las negociaciones para la investidura. La mayoría de la militancia de la CUP no forma parte ni de Poble Lliure ni de Endavant (la organización más contraria a Mas y a los presupuestos), pero las corrientes representadas por estas dos organizaciones de la Izquierda Independentista sí ejemplifican las dos posturas sobre las alianzas y tempos del proceso soberanista.
Por un lado, una parte de la CUP considera que se debe ampliar la base social independentista por la izquierda y por ello denunciar la tendencia al autonomismo de Convergència. La otra opina que se debe fortalecer el movimiento popular independentista de forma transversal y apuesta por arrastrar a Convergència hacia el independentismo no dándoles nunca una excusa para retroceder, incluyendo pactar con ellos aunque esto signifique sacrificar determinadas reivindicaciones sociales.
Tras aprobarse en la Asamblea Nacional de Esparreguera, 11 de los 15 nuevos miembros del Secretariado serán elegidos a través de candidaturas colectivas, y 4 de candidaturas individuales, y se escogerán por primera vez por vía telemática. No se prevé que este cambio beneficie en especial a ninguna corriente interna, ya que si ningún equipo consigue un mínimo del 65% de los votos se pasará a distribuir las 11 plazas de manera proporcional a los votos obtenidos por cada candidatura. Las conversaciones para tejer una lista de consenso se mantendrán pese a las dimisiones, apuntan las mismas fuentes.
