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Los independentistas ven en el relevo de Rajoy la oportunidad para iniciar una negociación

El portavoz del PNV, Aitor Estebán, camina por el Congreso junto al del PDeCAT, Carles Campuzano

Arturo Puente

Abonados al mal menor, los independentistas ya tienen decidido que, salvo imprevistos drásticos, apoyarán a Pedro Sánchez para que se convierta en presidente del Gobierno. Ni ERC ni el PDeCAT tienen confianza en el PSOE, a quien han visto plegado a la estrategia del Gobierno en todo lo referente a la crisis catalana. Pero sí consideran que la salida de Rajoy puede abrir una grieta que facilite el diálogo y quién sabe si una negociación.

Mientras la plana mayor del PDeCAT se reunía en Barcelona, el president Quim Torra enviaba un mensaje conciliador a Sánchez desde Bruselas, a donde ha acudido para visitar a los exconsellers Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret. “Nuestra voluntad es la de dialogar, por lo que estamos esperando oír lo que Sánchez tiene que decir”, ha indicado. Desde la formación mantienen que la decisión final se tomará el jueves, una vez escuchado el tono del PSOE.

“Pueden acabar de estropearlo o arreglarlo”, explicaba este miércoles una fuente del partido. En el PDeCAT saben que José Luís Ábalos, el diputado que se encargará de presentar la moción de censura por la parte socialista, mantendrá un tono de distancia respecto a los independentistas, pese a lo que esperan escuchar de su boca palabras que denoten un mínimo cambio de actitud respecto a Catalunya.

“España ha vivido un periodo de degradación institucional en la que la respuesta en relación a las demandas de la sociedad catalana ha sido la represión y el autoritarismo, una respuesta en la que ha participado el PSOE”, ha asegurado este jueves el portavoz exconvergente Carles Campuzano a los micrófonos de TV3. Pese a esto, el diputado ha añadido que “la situación catalana necesita negociar y acordar”. “Eso es lo que intentaremos”, ha concluido, considerando la moción “una oportunidad para ello”.

ERC, más decidida a apoyar la moción

Los argumentos no son muy diferentes en ERC, aunque los republicanos se han mostrado a la vez más decididos a apoyar la moción y menos confiados en un cambio de actitud del PSOE. Sin embargo, la razón que aducen para respaldar la moción es de principios: “Echar a ladrones y a carceleros no es una opción, es una obligación”, le espetó este miércoles Gabriel Rufián a Rajoy en pleno hemiciclo.

“No es nuestra guerra y de esto todo el mundo quiere sacar algo”, resume una fuente republicana, que explica el 'sí' casi automático ante la posibilidad de abrir una guerra interna en el que llaman “bloque del 155”. Esta es, de hecho, la victoria previa que observan los independentistas en la moción de censura planteada. Si hasta ahora habían tenido enfrente un bloque pétreo formado por el 70% del Congreso, ahora tendrán a los mismos, pero más divididos.

Mientras, el objetivo de los independentistas es presentarse unidos. El PDeCAT ha sido el partido más activo a la hora de buscar un bloque unitario en la moción con ERC y el PNV. Una unidad de acción nacionalista en Madrid que no se ha percibido en toda la legislatura. Ni en la pasada moción de censura, presentada por Pablo Iglesias, ni en la última aprobación de los presupuestos las tres formaciones lograron hacer converger sus intereses.

Ahora sí podrían hacerlo, a la espera de lo que decida Sabin Etxea, a quien el PDeCAT mirará con el rabillo del ojo. Y, de lograr esta unidad, el bloque sería una de las tres patas en la que descansaría la fuerza del Gobierno de Sánchez, junto al PSOE y al conglomerado de la órbita de Podemos. 22 escaños en total que Sánchez no ha hecho nada por conseguir pero de los que dependerá su llegada a Moncloa.

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