Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“Sin paraísos fiscales nunca hubiera habido preferentes en España”

Andreu Missé, periodista y director de 'Alternativas Económicas'

Siscu Baiges

Barcelona —

Andreu Missé (Barcelona, 1947) es uno de esos periodistas que cree que una de las funciones de los profesionales de la comunicación es denunciar las arbitrariedades e injusticias que abundan en nuestra sociedad. Esta convicción es la que le llevó a escribir el libro La gran estafa de las preferentes (Alternativas Económicas, 2016), que se ha presentado este martes en Barcelona.

Un millón de afectados, la gran mayoría gente sencilla que vio en peligro los ahorros de toda su vida, merecían una investigación a la que ha dedicado dos años de trabajo. Un crowdfunding ha hecho posible esta obra de Missé, director de 'Alternativas Económicas'. El libro contradice a quienes dan el periodismo de investigación por muerto y enterrado.

¿Qué eran las participaciones preferentes?

Eran un producto financiero, mezcla de acciones y depósitos. Cuando un banco o una caja ofrecían a una persona este producto, lo vendían como si fuera un depósito. No le concretaban mucho pero le estaban vendiendo una forma de capital que tenía muchos riesgos. Lo podía perder todo, sin vencimiento, ni liquidez. Si tienes dinero en el banco, siempre los puedes ir a buscar. Si lo tienes a plazo fijo, lo puedes ir a buscar cuando venza. Aquí, no. Y no lo explicaban claramente. No tenía garantía del Estado.

Y de ahí La gran estafa de las preferentes La gran estafa de las preferentes

La razón de que fuera una estafa es la forma en que se vendieron. Si te dicen las características de un producto no es ninguna estafa. Pero no lo explicaban así. Todo lo relacionado con el mundo financiero se basa en la confianza. Para la gente normal es imposible entender las técnicas de estos productos, pero también para economistas o abogados. Además, entre los afectados había mucha gente con pocos conocimientos. Cuando se acababa el plazo fijo de estas personas, el banco les proponía que compraran preferentes, haciéndoles creer que era un producto seguro. Aquí está la esencia del engaño.

¿Por qué se crearon las participaciones preferentes?

Porque los bancos no tenían capital. Los bancos necesitaban capitalizarse. Y las cajas aún más, porque por su propia naturaleza no tienen capital. Aquí hay un pecado mortal original: los paraísos fiscales. En 1998 comienza a utilizarlos el BBV y después se apuntan todos. No hay ninguna ley que lo permita. Lo hacen desde paraísos fiscales, con una autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, con el acuerdo del Banco de España y del Ministerio de Economía.

En 2008 estalla la crisis y los fondos de inversiones que tenían preferentes se las quitan de encima. Y las entidades financieras las continúan colocando a los particulares.

Los inversores institucionales se van. No quieren riesgos. El inversor, para financiar un banco, a partir de ese momento, a nivel internacional, pide un 12%, un 14% o un 15%. La razón de fondo del capital es coger dinero de los ahorradores y dejarlo a los que piden créditos pero debe tener una base para cubrir las posibles pérdidas. Con este esquema, cuando estalla la crisis se empiezan a producir créditos fallidos, pérdidas, gente que no puede pagar las hipotecas... El capital va bajando y las entidades financieras necesitan aumentar el capital.

Los inversores clásicos piden un 15% y las preferentes aparecen como una salida. A los particulares se les ofrecen intereses del 7% pero ellos no son especuladores. Son ahorradores, han tenido trabajos muy humildes, no han hecho vacaciones, se han privado de muchas cosas... Han ahorrado 30.000 euros o 40.000 euros. Pero ni así ni con las ayudas públicas que recibieron, los bancos se salvaron. Fueron cayendo: Bankia, Caixa Catalunya, las cajas gallegas,...

¿Por qué estallan las protestas de las personas que habían adquirido preferentes?

Porque la gente va a los bancos a buscar el dinero y les dicen que no se lo pueden devolver. Y trasladan la culpa a Bruselas, que no tiene nada que ver con ello. La Comisión Europea lo estuvo investigando pero su problema es que no tiene poder. En Navidad de 2011 se organizan las primeras protestas, muy aisladas. La gente se planta en las oficinas y se empiezan a crear asociaciones, plataformas. Estamos hablando de un millón de afectados. Docenas y docenas de manifestaciones. Todo esto salía muy poco en los grandes medios. Aparecía en los locales. El Gobierno se hacía el loco. Sólo decía algo cuando se veía muy arrinconado.

Hay dos grandes aspectos a tener en cuenta. Por qué se crearon las preferentes y la importancia de las movilizaciones populares que han permitido recuperar buena parte del dinero que no se quería devolver a los ciudadanos.

Los jueces han jugado un papel importante en este proceso.

Muy importante. Los jueces de lo civil se han concienciado. Es impresionante. Hay decenas de miles de sentencias condenando los bancos. El 90% de las sentencias han sido favorables a los afectados. Han bloqueado los juzgados. Algún magistrado me decía que estaba trabajando para los bancos. Porque, además de las preferentes, han hecho subordinadas, cláusulas-suelo, swaps...

Es un desbarajuste. Los bancos tienen un poder muy grande, sin controles. Se han creado comisiones de investigación parlamentarias muy útiles e interesantes en Cataluña, en Valencia, en Galicia,... pero lo más eficaz han sido las movilizaciones populares. Al principio, los jueces fallaban siempre a favor de los bancos porque les era inconcebible que hubieran hecho las cosas mal. Las movilizaciones les sensibilizaron.

Es, precisamente, la solidaridad con la gente sencilla engañada la que te lleva a escribir el libro.

En el primer número de la revista Alternativas Económicas pusimos este tema en portada. Joaquín Estefanía nos lo propuso. Habían salido algunas noticias en los periódicos pero no se evidenciaba el sufrimiento de tanta gente. Gente que no hablaba porque tenía vergüenza. Temía que la vieran como tonta, egoísta, o que la familia se enterase de su ruina. Primero se lleva muy en secreto, pero cuando comienza a saberse que hay muchos afectados, se da cuenta que son personas normales las que han sido engañadas.

Estamos hablando de cerca de un millón de personas.

Sí. Además de las preferentes, debemos tener en cuenta los efectos de productos similares creados por la CAM o el Banco de Santander. En el caso de Bankia se engañó a la gente tres veces. Primero, las cajas que crearon Bankia les colocaron preferentes hasta 2009. En 2011 salió Bankia a Bolsa y ahora está apareciendo en los medios que los inspectores del Banco de España, a petición de los jueces, hicieron dos informes advirtiendo que el nuevo banco no era viable. Las cuentas que presentó Bankia cuando salió a Bolsa no se correspondían con la realidad.

Y, tercero, les propusieron que cambiaran las preferentes por acciones de Bankia, con el argumento de que les permitiría desbloquear parte de su dinero. Pero las acciones cayeron en picado y los que lo hicieron perdieron el 99% del valor inicial.

La salud de muchas de las personas que han pasado por el trance de las preferentes se ha resentido

Hay un capítulo del libro dedicado a esto. Trata del caso de Mataró, una de las ciudades más afectadas por las preferentes, colocadas, en este caso, por Caixa Laietana. El alcalde convergente fue muy valiente y defendió a fondo a los afectados. Se creó una gran unidad en el pueblo. Estuvieron dos años y medio batallando. Consiguieron que les incorporaran al arbitraje que se hizo finalmente. Una psicóloga ayudó a serenar a los afectados –la mayoría gente mayor y de los barrios más humildes– después de tantos años de movilizaciones y lucha. La gente ha sufrido mucho.

Ya hay dos sentencias de 'daños morales'. Con condenas pequeñas, de 6.000 euros, pero suponen un reconocimiento de que además de devolver el dinero a las personas, se les tiene que pagar por el sufrimiento causado. Esto se ha pasado demasiado rápido. Un afectado de Córdoba me decía que no habían ganado sino que les habían devuelto lo que tenían, después de tres años de lucha. Mucha gente mayor ha muerto con el disgusto de esta cuestión sobre sus espaldas.

La solución del Gobierno fue que se hiciera un arbitraje entre las entidades financieras y los perjudicados

Improvisó un arbitraje en la proximidad de las elecciones gallegas de octubre de 2012 por la presión de los afectados de aquella comunidad. Pero no era un arbitraje de verdad. Un arbitraje es cuando dos personas se ponen de acuerdo para elegir a una tercera para que haga de juez en un conflicto que tienen entre ellos. Aquí no. Se le dijo arbitraje pero no lo era. El banco eligió a las personas que consideraba que podían hacer el arbitraje y luego se legalizó en las Juntas de Arbitraje oficiales de cada comunidad autónoma. Y, ¡oh, casualidad!, el cien por cien de los acuerdos del banco fueron el cien por cien de los acuerdos de las juntas oficiales.

Primero se hizo en Galicia y después en Cataluña y en Madrid. Los tres tuvieron las mismas características. Se encargó a consultoras que trabajan con los bancos que hicieran los arbitrajes. Quien ha tomado las decisiones sobre qué clientes podían beneficiarse de los arbitrajes han sido los bancos mismos.

Una conclusión de esta crisis es que la mejor herramienta de la ciudadanía es la movilización.

Hay un paralelismo entre preferentes y desahucios. Son los dos grandes abusos bancarios de este país. Ambos han provocado grandes movilizaciones. Han causado una gran concienciación de los jueces, que están a favor de la gente. El Tribunal Supremo, contra todos los pronósticos del Gobierno y de todo el mundo, obligó a Bankia a devolver todo el dinero a más de 200.000 personas que habían invertido en acciones en Bolsa. No hay antecedentes de un hecho así en ningún país del mundo.

Los jueces dicen que tomaron conciencia cuando vieron a la gente y conocieron los casos concretos. Hemos asociado a los jueces a un cuerpo muy conservador. Evidentemente lo ha sido, está con el poder establecido pero los jueces han sido un elemento dinamizador del retorno del dinero a los afectados por las preferentes.

El frente penal aún está abierto.

Muchos particulares han ido contra los directores de las oficinas bancarias. Casi todos los procedimientos han decaído porque una cosa es decir que se tiene que devolver el dinero a los perjudicados y otra es enviar gente a la cárcel. Los jueces se lo piensan mucho más. En Estados Unidos, donde han sido durísimos con las multas a los bancos, sólo hay uno o dos directivos bancarios en prisión. En el sector bancario, tienes que haber hecho algo muy gordo para que te envíen a la cárcel.

Hay más de 125.000 personas que fueron rechazadas del arbitraje. Y esta gente sigue pidiendo justicia. También hay muchos que no fueron porque no se enteraron, no sabían qué hacer, no les avisaron. Otros se han enterado de que sus padres tenían preferentes cuando se han muerto.

Estos hechos que denuncia ¿no deberían llevar a cambiar el sistema financiero?

Estamos en un momento, en general pero sobre todo en Europa, en que los bancos tienen un poder desproporcionado en el mundo económico. Durante todo el tiempo que han estado mal no han dado créditos. Solo ha dado créditos la banca pública europea, el Banco Europeo de Inversiones. Se reniega de la banca pública pero es la única que da créditos en los peores momentos.

En Alemania, el 35% o el 40% del sector está aún en manos de cajas de ahorro o bancos cooperativos. Durante todos los años de la crisis, los bancos privados comerciales –Commerzbank, Deutsche Bank,...– han bajado el crédito un 10% o un 15% mientras los bancos cooperativos y las cajas lo han aumentado. Una de las explicaciones por las que Alemania ha aguantado mejor la crisis es porque ha tenido una parte importante del sector financiero que ha estado al servicio de la economía de los ciudadanos.

Hay quien llega a decir que los bancos privados no deberían crear dinero

Pero es que esto es la naturaleza del sistema. Cuando un banco te da un crédito, el dinero te lo gastas comprando algún producto y vuelve a otro banco o al mismo. El tema de fondo es que se trata de un sector que no puede estar tan desregulado como hasta ahora y actuar con tanta impunidad. En estos momentos, los bancos están obligados a hacer las cosas mal. Con el tipo de interés que hay no pueden funcionar. Deben cometer abusos: crear comisiones sin límites, quitar límites en los cajeros, colocar seguros a gente que no los necesita... Los tipos a cero no dejan margen para hacer nada.

Todos los ahorradores están pagando la crisis otra vez. A la gente que había ahorrado toda la vida para tener un 2% o un 3% y con ello complementar la pensión le dicen que le dan un 0,1% o un 0,2% y dentro de cuatro días le harán pagar para guardarle los ahorros. Este sistema no es sostenible. Desde la propia lógica capitalista. No hace falta hacer un discurso anti-sistema.

Ya anuncian nuevos productos. No han escarmentado en absoluto.

No. Se olvida. Está estudiado. Las estafas bancarias se olvidan al cabo de diez años.

Y la denuncia que hace en el libro ¿se olvidará dentro de diez años?

Yo soy un periodista que hace su trabajo. El esfuerzo de verdad lo han hecho las personas que han batallado, que han salido a la calle cada semana, que han ido a protestar al Congreso, al Parlamento, que no han parado de denunciar. Ellas son las verdaderas protagonistas de esta historia.

El sistema financiero parece insensible ante estas luchas.

Están despidiendo gente cada día. Si vas a buscar dinero al banco te enviarán al cajero. O sólo te atienden un par de horas al día. Cada vez tienen menos gente y ofrecen menos servicios. Esto es una gran revolución, una situación insostenible que no puede durar.

¿Y qué hay que hacer?

Lo primero, protestar. Ir a una asociación de consumidores o a las instituciones. Ir a las instituciones, sin embargo, es un drama. Cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores o el Banco de España resuelven a favor de las reclamaciones de los particulares, los bancos no están obligados a cumplir la resolución. Sólo lo hacen en un porcentaje muy bajo de ocasiones. El banco debería aplicarlas automáticamente.

Hay mucho discurso contra la banca pública. José Ignacio Goirigolzarri, el presidente de Bankia, lo está haciendo bien. Devolvió todo el dinero de los inversores en Bolsa. Ahora tiene unas cien mil demandas planteadas. Debería cumplir todas las resoluciones del Banco de España a favor de los clientes. En la banca pública hay una limitación de salarios. No tiene ni pies ni cabeza que los banqueros tengan los salarios que tienen. Nunca han sido justificados pero ahora aún menos.

¿Qué pasaría si sólo hubiera banca pública?

No comparto los maximalismos. Bankia ya es pública. Puede ser un modelo y conseguir que los clientes estén más contentos que con otros bancos. No hay que mirar sólo la cuenta de resultados de los bancos sino mirar también la cuenta de resultados de los clientes, de los ciudadanos.

Racionalizar los sueldos. No tienen ninguna justificación los salarios que se pagan. Es que no los ganan. La banca nos ha costado 95.000 millones de euros de capital en ayudas públicas. Se han perdido por completo más de 40.000 millones. Si se devuelven las ayudas públicas, con los intereses, no es un problema.

La banca ética ¿es una buena alternativa?

Estoy a favor de la banca alternativa. Coop57 es fantástica, ejemplar, modélica. La banca alternativa no llega ni al 1% del sector. Las cajas rurales son el 5% y muy localizadas. Tenemos que trabajar en todos los frentes. No perder la banca pública y ayudar a la banca alternativa. Los gobiernos podrían suministrarles locales. Dentro de veinte años, la banca alternativa no habrá llegado al 10% o el 20% del sector. Se tiene que conseguir que los bancos privados no abusen. Debemos tener soluciones para hoy. Y eso significa no permitir más abusos.

La política financiera, el control de los bancos pasa ahora por la Unión Europea.

Todo el sistema se sostiene con el argumento de que si caen los bancos es el fin del mundo. Este argumento les permite continuar tolerando todos estos abusos. A Europa le pasa como al gobierno de aquí. Reacciona ante la presión ciudadana. Lo que ha ocurrido en España no ha pasado en ningún país de Europa. En Europa había preferentes pero no se habían malvendido.

¿Nos podemos fiar de una Unión Europea que ha demostrado reiteradamente su dependencia y su miedo al poder de los grandes grupos financieros?

No nos queda más remedio que fiarnos. Por primera vez, la Comisión se ha plantado ante Apple, que representa a las nuevas empresas que son los grandes poderes mundiales de la economía. La comisaria de Competencia no es Juana de Arco. Ha actuado así porque tiene luz verde del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Recordemos que Juncker fue el jefe del paraíso fiscal que es Luxemburgo y no debería haber sido presidente de la Comisión, pero este escándalo era demasiado grande y no podía obviarlo.

¿Por qué pasa todo esto? Si no hubiera habido paraísos fiscales nunca habría habido preferentes en España. Muchos informes de la OCDE, del G-20 diciendo que acabarían con los paraísos fiscales pero no hacían nada. Llega un momento en que la gente protesta porque si estas empresas no pagan impuestos, los estados no tienen dinero y recortan servicios.

Etiquetas
stats