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Ana Barceló: “Recurriremos a la justicia si algún contacto estrecho de un positivo de COVID-19 se niega a hacerse la PCR o si alguien se salta el confinamiento”

La consellera de Sanidad, Ana Barceló, momentos antes de la entrevista.

Carlos Navarro Castelló

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Cuando Ana Barceló fue nombrada consellera de Sanidad Universal y Salud Pública hace poco más de dos años en sustitución de Carmen Montón, quien acudió a la llamada de Pedro Sánchez para ejercer el cargo de ministra del ramo, jamás se hubiera imaginado que iba a tener que hacer frente a una pandemia, la de la COVID-19, que solo en la Comunitat Valenciana ha dejado 13.987 contagiados confirmados con PCR y 1.480 fallecidos.

Teniendo en cuenta la evolución de la pandemia en China o en Italia, ¿no se tardó demasiado en hacer acopio de material de protección para los sanitarios y en prohibir eventos multitudinarios con las 'mascletades' de Fallas?

Nosotros hemos seguido siempre las directrices que se marcaban desde el Ministerio de Sanidad que era el que tenía en aquel momento toda la información. Yo recuerdo que en las primeras reuniones que se mantuvieron por los ministros de sanidad en Bruselas en aquel momento, que fue el 14 de febrero, había dos o tres casos en el norte de Italia. Creo que toda la rapidez con la que se produjeron los contagios no era previsible por parte de ningún gobierno. En enero nuestros departamentos ya contaban con medios de protección porque cada departamento en aquel momento tenía centralizadas las compras, y luego, cuando la Conselleria de Sanidad asumió la central de compras, antes de pasar al comisionado, se había producido ya una situación compleja por el cierre de fronteras en China y posteriormente por el cierre de fronteras en Alemania. Creo que fue el peor momento, encontrarnos con un mercado muy salvaje donde el mayor proveedor del mundo había cerrado fronteras.Eso fue al principio, cuando empezamos a hacer acopio de ese material.

¿Fue ese el momento más complicado de toda la pandemia?

Hemos pasado momentos muy complicados, unos han sido mucho más duros y otros difíciles de gestionar. Entre los difíciles de gestionar estaba el poder obtener ese material por la ruptura de los mercados y porque estábamos en una situación compleja en la que todos íbamos al mismo proveedor, es decir, a China. Pero luego ha habido otras situaciones complicadas como el fallecimiento de las personas mayores, porque son personas que no están cerca de sus familiares, porque en ese momento de la despedida no pueden tener cerca a la personas queridas. Yambién ocurría para las familias que han perdido a un ser querido, no solo personas mayores. Ha sido muy dolorosa para mí la pérdida de los seis trabajadores de la Conselleria de Sanidad, son momentos muy duros en todos los aspectos.

¿Es cierto como se ha llegado a decir que no se ha trasladado a personas mayores de residencias a hospitales para no colapsarlos y que ha habido triaje en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en función de las posibilidades de los pacientes de salir adelante?

No son ciertas ninguna de las dos cuestiones. La primera porque la decisión de trasladar a una persona mayor de una residencia al hospital no tenía ninguna relación con la situación de los centros hospitalarios, sino que era una situación clínica determinada por los profesionales que atendían a estas personas, por la residencia y, por supuesto consultada y hablada por los familiares. La situación en cada comunidad ha sido distinta, yo puedo hablar de la Comunitat Valenciana, done en ningún momento se usó ese criterio. Y menos aún se usó el criterio de no ingresar en la UCI porque no tuvimos nunca ningún problema de saturación o de llegar al límite de las camas de críticos ni tuvimos problemas en cuanto al número de respiradores para atender a aquellas personas que lo necesitaran. De hecho, el 43% de las personas mayores que estaban en residencias fallecieron en nuestros hospitales, por tanto esos dos mensajes que se pretendieron trasladar en la Comunitat Valenciana no se dieron.

Otra de las polémicas que ha habido ha girado en torno a la contabilidad de los fallecidos. ¿Faltó coordinación por parte del Gobierno a la hora de trasladar a las autonomías los criterios para contabilizarlos?

En la Comunitat Valenciana la cifra real la sabemos y la de aquellos que han fallecido en casa y en su certificado de defunción no se especifica causa o pone “posible COVID” es la que nos falta por confirmar porque aún no tenemos esos datos, pero aquí la transparencia y la información ha sido en todo momento la que registraba nuestro sistema y en todo momento la hemos trasladado a la opinión pública.

¿Y esos datos que faltan y que se solicitaron al Ministerio de Justicia cuándo saldrán a la luz?

Lo solicitamos pero nos dijeron que no se podían remitir. No sé cuándo se llevará a cabo, pero sí tenemos los datos comparativos que sacó el Instituto Carlos III y también el INE. Las diferencias en cuanto a la Comunitat Valenciana eran muy reducidas, estábamos entre las cuatro o cinco comunidades que menos diferencia tenían entre lo que habíamos comunicado respecto a los fallecimientos que en ese mismo periodo se habían producido el año anterior.

¿Cómo valoraría su gestión desde el inicio de la pandemia?

Yo creo que eso lo tienen que valorar los ciudadanos, aquí se ha hecho un esfuerzo por parte del sistema público valenciano y también se ha hecho un esfuerzo desde el espacio sociosanitario, la sanidad privada también ha colaborado en esta situación, creo que todo el sistema sanitario en su conjunto ha hecho un gran esfuerzo. Por parte de los profesionales ha sido ímproba la cantidad de tiempo, de asumir una situación complicada, compleja, con un desconocimiento total sobre el virus, y que a lo largo de estos meses ha ido evolucionando en los tratamientos para poder salvar más vidas.

¿Y cómo valora la gestión del Gobierno central?

Yo creo que el papel del ministerio ha sido importante. La labor de coordinación ha sido fundamental justo antes de la pandemia y después del estado de alarma ha ejercido un liderazgo y ha habido una cogobernanza que creo que es necesario que perdure en el tiempo. Tal vez es el momento de ir un poco más allá y pedir que ese consejo interterritorial tenga un papel más relevante en esa gestión para afrontar todos los retos que tenemos por delante.

¿Estamos ante los prolegómenos de una segunda ola de contagios tan fuerte como la de marzo o abril y estamos preparados para afrontarla teniendo en cuenta que se juntará con la incidencia de la gripe común?

El sistema sanitario está preparado, hemos adquirido una experiencia extraordinaria. Tenemos un plan de contingencia en el caso de que se produjera una situación complicada. Estamos en el momento de contención, de detección precoz del virus para poderlo encapsular y frenar su expansión. Estamos más preparados, mejor preparados, no quiere decir que no lo sigamos estando de cara a otoño sabiendo que puede haber una coincidencia del virus de la gripe con la COVID-19. Por eso seguimos estando en alerta y por eso seguimos buscando la mejor estrategia para ese escenario que se va a producir en el mes de octubre o noviembre. Nos vamos a preparar con las vacunas de la gripe, queremos llegar al 75% de la población de riesgo, es decir, a todas las personas mayores de 65 años, las que viven en residencias, las personas que trabajan cuidando a personas mayores ya sea en residencias o en sus casas, embarazadas o aquellas personas que el médico entienda que deban vacunarse. Debemos estar preparados para ese escenario de confluencia de ambos virus y para ello hemos creado un comité científico para estudiar los escenarios con los que nos podemos encontrar y cómo podemos abordar esta situación.

Los rastreadores se están encontrando con gente que no está dispuesta a confinarse pese a haber estado en contacto con positivos. ¿Cómo piensan atajar ese problema?

Hay que diferenciar dos situaciones. Cuando las personas que deberían hacerse la prueba no acuden a hacérsela y cuando las personas no cumplen el confinamiento que les marca Salud Pública. Si ese confinamiento no se cumple y es advertido por fuerzas y cuerpos de seguridad, sabemos todos que conlleva una sanción y por supuesto debe instarse a la persona a que se confine. Creo que la mayoría de personas respeta el confinamiento cuando lo ha determinado Salud Pública y están cumpliendo el periodo. Excepcionalmente puede haber alguna persona que se salte ese confinamiento y desde luego con estas personas vamos a tener mano dura. No podemos permitirnos irresponsabilidades de este tipo.

¿Cuando habla de mano dura a qué tipo de medidas se refiere en concreto?

Si hay un contacto estrecho de un positivo al que es necesario hacerle la prueba podríamos solicitarlo judicialmente si consideramos que se está poniendo en peligro la salud de otras personas con las que pueden entrar en contacto. Además, si alguna persona se salta el confinamiento podemos dictar una resolución de la cual se da cuenta al juzgado para que quede constancia de que esa persona debe estar confinada en su domicilio. En estas situaciones sí que se ha usado ya este mecanismo.

Viendo el aumento de contagios que se está dando y lo que sucedió en los inicios de la pandemia, ¿no cree que se está tardando demasiado en tomar medidas restrictivas a nivel de movilidad, reuniones u ocio?

Lo único que ha detenido la pandemia es el confinamiento. El problema está en que se cumplan las medidas y que no se bajen los brazos. Se puede producir un contagio entre seis personas que no son convivientes y que se han encontrado sin ser un número excesivo de personas y lo mismo puede pasar con una reunión de 20 ó 30 personas. No está solo en el hecho de reunirse, sino que bajemos la guardia en cuanto a las medidas de seguridad, ese es el problema.

¿En qué escenario de contagios y de ocupación hospitalaria se plantearían limitar determinadas actividades o incluso confinamientos?

Estamos muy vigilantes y hacemos un seguimiento muy exhaustivo de cómo va el número de positivos creciendo, pero también cuáles son los espacios en los que se producen. Ahora mismo tenemos espacios laborales, sociales sobre todo y familiares, y hay que determinar muy bien conforme a esa evolución y en qué espacios se están dando para que las medidas que se aprueben sean realmente efectivas y eficaces. Por ello apelamos a la necesidad de que, aunque podamos tomar algunas medidas de restricción, la eficacia también dependerá de cada uno. Nosotros no descartamos en ningún momento que se puedan adoptar, ya dijimos que no nos iba a temblar la mano a la hora de dictar resoluciones que no fueran bien recibidas de la ciudadanía, pero viendo cuál es el universo en el que se están produciendo esos contagios creo que debemos insistir mucho en la concienciación de cumplir con las normas de seguridad.

¿Pero entonces están estudiando ya medidas restrictivas para su aplicación a corto plazo?

Aún no, nosotros cada día que tenemos datos los analizamos y vemos si es necesario adoptar medidas, vamos a ver cómo finalizamos la semana y a partir de ahí estudiaremos qué medidas podemos adoptar que sean eficaces, pero son tantos ámbitos que es complicado.

Hacen mucho hincapié en la incidencia de los contagios en la franja de edad que va desde los 15 hasta los 34 años. ¿Está faltando responsabilidad entre los jóvenes?

Bueno, es porque existe mayor movilidad y contacto social en esas edades. La gente joven se mueve más, no solo por temas laborales, sino también sociales, también viaja más.

El presidente del Gobierno valenciano, Ximo Puig, advirtió de que se tomarían medidas restrictivas en el ocio nocturno, pero no de forma generalizada, sino puntual o por zonas. ¿En qué momento se tomarán esas medidas y en qué consistirán?

Tal y como sucedió en el caso de Gandia, donde una vez se analizó la trazabilidad vimos que el foco podía proceder de distintos puntos y se adoptó esa medida. Si hay reiteración de determinadas conductas o surge un brote por el que consideramos que es preciso cerrar ese establecimiento pues lo cerraremos. Son medidas que tienen que adoptarse en circunstancias o situaciones concretas, no todo se puede generalizar porque cuando vamos a la generalización es porque no hay otro modo de cortar el contagio.

¿Han recibido presiones de algún sector económico por la posibilidad de plantear cierres de determinadas actividades?

No, porque además al inicio de la pandemia tomamos decisiones muy complicadas como fue el que se celebraran a puerta cerrada partidos oficiales de fútbol y de baloncesto, y esas situaciones en aquel momento no fueron comprendidas. Fueron decisiones complicadas, pero teníamos claro que había que tomarlas porque la salud está por encima de las cuestiones económicas. Lo que tenemos que intentar en estos momentos, en los que vamos a convivir con el virus hasta que haya una vacuna, es seguir con esa deteccíón y ese control, pero yo no he recibido nunca ninguna presión desde el punto de vista económico para que no adoptara alguna medida.

¿Cree que en esta segunda ola de contagios el Gobierno ha delegado más protagonismo en las autonomías para evitarse más desgaste?

El Ministerio de Sanidad, con el estado de alarma, reúne y concentra toda la coordinación y las directrices que se marcan y ahora en cada territorio se está dando una situación distinta por la geografía o el tipo de actividades. Al principio el Gobierno tenía la obligación de coordinar para que hubiera una homogeneidad en todo el territorio. Ahora cada comunidad sabe perfectamente dónde tiene fijarse más, qué situaciones tiene que contemplar como riesgos para determinar las medidas y ya tenemos esa experiencia compartida.

¿Se ve con ganas de seguir al frente de la conselleria y afrontar una nueva ola pese al desgaste de estos meses?

Yo creo que en estos momentos me levanto todos los días con ganas de llegar a esta conselleria para poder afrontar este segundo reto que es controlar la pandemia. Ese es un reto que no deja espacio a ninguna otra reflexión, nada más que poner toda nuestra capacidad al servicio de la sanidad para adoptar las medidas que sigan protegiendo la salud de todos los valencianos y las valencianas.

El colectivo de los médicos internos residentes (MIR) que está en huelga, asegura que no existe diálogo. ¿No ve viable una mesa de negociación?

Siempre desde la conselleria hemos ofrecido ese espacio de diálogo y ahora les seguimos ofreciendo un espacio de diálogo dentro del foro autonómico, que e debe constituir para dar seguridad a esas reflexiones que debemos hacer en torno a los MIR. Aquí hay un marco estatal que es el que regula las relaciones laborales de los MIR y hay un pequeño margen para las comunidades autónomas. La Comunitat Valenciana tiene una situación por encima de la media del resto de comunidades respecto de la situación de los MIR. El espacio de diálogo es el que debe presidir los encuentros y así se lo hemos trasladado a quienes se han sentado a hablar con la conselleria.

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