El Consell extrema el control de la caja fija para evitar los “abusos” de la etapa del PP

La Conselleria de Economía y sus organismos asociados cargaron 553.000 euros en comidas de lujo a la administración entre 2007 y 2011, cuando la economía española entró en barrena (el paro aumentó del 8 al 22%) y la Generalitat rozó la quiebra. Una colaboradora de Alberto Fabra pagó con dinero público arreglo de cocido, chocolate, entrecots o papas y un exalto cargo de Medio Ambiente, huevos kinder.

Todos esos pagos se hicieron, con el PP gobernando la Generalitat, con cargo a la caja fija,  la partida que sirve para afrontar gastos periódicos, inesperados o puntuales como taxis, dietas o materiales de oficina sin control presupuestario previo. Esa práctica se ha acabado. El Consell ha aprobado un decreto “que endurece y limita” el acceso a esos fondos.

El límite a la disposición de esos fondos baja: del 12% al 7% del capítulo destinado a compra de bienes y gastos de funcionamento. Además, el tope de gasto será de 5.000 euros, frente a los 12.000 anteriores. En contra de lo que sucedía, esos pagos no se podrán fraccionar. La norma prohibe pagar por esa vía publicidad, propaganda, estudios o trabajos técnicos, una práctica antes habitual.

La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha justificado el decreto por “los abusos” del PP con la caja fija, que servía para pagar “comidas con la familia o en días festivos”. “Hay que restringir y regular el uso de la caja fija para evitar que los valencianos paguen lujos personales a los cargos públicos”. 

Según Oltra, el gobierno del Botànic (la alianza entre PSPV-PSOE y Compromís) ha rebajado un 15% el gasto de la caja fija. De 78 millones de euros en 2014 -último ejercicio completo del PP en la Generalitat- a 67 en 2016, primer año completo del actual gobierno.

Para evitar, como dice Oltra, que la caja fija se use como “tarjetas black”, solo se podrán pagar “dietas, gastos de locomoción, material no inventariable” y otros de similares características.