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CV Opinión cintillo

Obstruccionismo climático

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Se ha señalado con insistencia desde distintos ámbitos científicos e instancias internacionales que la emergencia climática es la mayor crisis que afronta la humanidad. Sin embargo, a pesar de décadas de esfuerzo para solucionar el cambio climático, es patente el fracaso en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que lo provoca.  ¿Por qué se ha fracasado?

Se han señalado diversas teorías, pero recientemente un amplio grupo internacional de académicos ha tratado de contestar a esta pregunta fijándose en una razón apenas estudiada: los esfuerzos bien organizados para obstruir la acción climática. El estudio “Climate obstruction across Europe”, publicado por la universidad de Oxford, señala tres niveles de obstruccionismo: 1) negación de la evidencia científica y de las políticas climáticas; 2) aceptación de la ciencia, pero las acciones climáticas más relevantes son retrasadas por razones ideológicas, económicas o políticas; 3) impulso de guerras culturales y de valores que obstaculizan las políticas climáticas.

En el capítulo dedicado a España, se analizan las estrategias seguidas por los cinco agentes de obstruccionismo climático más destacados. El primero son los partidos políticos, especialmente la extrema derecha que destaca por su discurso negacionista y obstruccionista. En las elecciones de julo de 2023 Vox incluía en su programa abandonar el Acuerdo de Paris y derogar la Ley de Cambio Climático. Por su parte, el partido de la derecha clásica (PP) va aceptando paulatinamente este marco.

El segundo agente obstruccionista es la Industria más contaminante a través de sus organizaciones empresariales como la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, que agrupa a las principales empresas del sector (Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP), o las organizaciones de la ganadería industrial como Interporc y la asociación de industrias de la carne (ANICE).

España es el primer consumidor de carne en Europa y la industria cárnica supone el 70% de todas las emisiones del sector agrícolas.  Esta industria mantiene una actitud fuertemente beligerante para proteger y promover la cultura de la carne en España. Realizan esfuerzos considerables para contrarrestar las evidencias científicas que relacionan el consumo de carne con distintos problemas de salud y el cambio climático. El éxito de las acciones de lobby de estos grupos empresariales se demuestra por el hecho de que sus campañas y actividades continúan siendo subvencionados por el Estado y la Unión Europea, a pesar del impacto ambiental, ético y sobre la salud de este sector. Mantener las ayudas directas e indirectas de la Unión Europea a través de la PAC, es uno de sus principales objetivos.

Un tercer grupo de obstruccionistas climáticos son los think tanks. Aunque en España su relevancia es menor que en otros países, tienen influencia para desviar o enredar en el debate climático, con una vinculación directa con determinados partidos o industrias. La mayoría son neoliberales o libertarios, y se oponen férreamente al intervencionismo estatal. Destacan FAES, vinculada al PP, y el Instituto Juan de Mariana (IJM). 

El IJM es uno de los think thank españoles más prolíficos y beligerantes en la diseminación de mensajes obstruccionistas y negacionistas, desde una posición de ultra capitalismo libertario. En 2009, el IJM publicó un informe titulado “Estudio sobre los efectos en el empleo de la ayuda pública a las energías renovables”, financiado por un think thank americano que defiende los intereses de las petroleras, en el que se posicionaba contra las políticas de fomento del empleo verde de Zapatero señalando que eran un fiasco, y que sirvió como eje argumental contra las energías renovables en distintos países europeos y en USA. 

Aunque su actividad no es muy visible, desde 2005 ha publicado más de 180 artículos e informes, en los que se cuestiona las acciones climáticas desde distintas perspectivas (intervencionismo estatal, costes, impuestos, …), se critican las acciones de los gobiernos de izquierda en estas materias, así como a organizaciones como Greenpeace, o a figuras como Greta Thumberg y Al Gore. La difusión de sus informes a un público más general se realiza a través de medios como Libertad Digital, de marcado carácter ultraderechista.

Otros, como El Club Español de la Energía (Enerclub) que está directamente relacionado con las compañías energéticas más contaminantes, preparan informes y recomendaciones para defender las posiciones e intereses de estas empresas.

Los medios de comunicación y los ciudadanos serían los otros dos agentes relevantes. No son pocos los contenidos mediáticos que tratan de situar los debates climáticos en el ámbito de la polarización política o señalan como temas ideológicos, para legitimar la inacción, temas como el uso de coches privados, los carriles bici o el consumo de carne. Por otro lado, los ciudadanos españoles, que ven el cambio climático como un problema real y fundamental (81%), son incapaces de modificar sus hábitos en ámbitos como la reducción del consumo de carne, la movilidad sostenible, el turismo sostenible. Quieren mantener sus privilegios contaminadores y retrasan cualquier medida de cambio.

Las estrategias obstruccionistas son similares en toda la Unión Europea. Por ejemplo, las compañías energéticas impulsan campañas de desinformación que propician sesgos en los gobiernos hacia sus intereses, y así obtiene éxitos al retrasar las acciones climáticas. Tácticas como las del greenwashing se emplean continuamente. Un ejemplo claro ha sido la inclusión en el catálogo de energías verdes de la UE del gas o la energía nuclear, y su promoción como energías puente contra el cambio climático. 

El retraso de acciones basadas en informes de think thanks que auguran incrementos de precios, o la protección de industrias como la alimentaria en distintos países como Irlanda o España, es otra de las tácticas preferidas. También, y de gran impacto en España, la táctica de la guerra cultural, con temas como el consumo de carne o las políticas de movilidad en las ciudades. 

Si hasta hace poco tiempo parecía existir un consenso europeo que se reflejaba en las declaraciones de Ursula von der Leyen al afirmar que “el viejo modelo de crecimiento basado en los combustibles fósiles esta caducado”, la situación ha experimentado un cambio profundo, sobre todo a raíz de los resultados de ls elecciones europeas, con un significativo avance de los partidos negacionistas y obstruccionistas, que tendrán una fuerte incidencia en los objetivos y el ritmo de aplicación del Pacto Verde que  busca sentar las bases para establecer un modo distinto de relacionarse con la naturaleza y reducir las emisiones de efecto invernadero, y que apuesta por una transición a una sociedad y una economía más sostenible. Este pacto ya sufrió una primera devaluación tras las recientes movilizaciones agrarias, y ahora se ve amenazado por la inacción, lo que nos aboca al abismo del cambio climático y sus graves consecuencias para la humanidad y los ecosistemas.

  • Vicent Yusà es autor de “Ascenso a la Torre”.
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