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La sonometría, una prueba “inventada” por Blasco, convierte a las ITV valencianas en las más caras de España

Miguel Giménez

VALENCIA —

La Comunitat Valenciana cuenta con las ITV más caras de España. En este sentido, el coste de la inspección técnica para un vehículo diésel es de unos 63 euros, por los 51 que pagan los vecinos de Madrid, los 41 que abonan los catalanes o los menos de 40 que les cuestan a los andaluces.

El propio conseller de Industria, Máximo Buch, reconocía que el precio ponderado de las ITV en la Comunitat es ligeramente superior, 37 euros por los poco más de 33 de la media española. A estos precios más elevados que en el resto del Estado se les suma el hecho de que la Comunitat Valenciana sea la única, junto a Murcia, en la que se cobra por la segunda inspección, según denunciaba el diputado de Compromís Fran Ferri en el pleno de Les Corts celebrado este miércoles.

Esta circunstancia supone una “pérdida de competitividad” para las empresas valencianas y de poder adquisitivo para los ciudadanos, como explicó Ferri, quien se refirió a que los valencianos “estamos discriminados”.

Negociación de precios

En 2006 Les Corts instaban al Consell a reclamar la gratuidad de la segunda inspección y en 2009 se producía un compromiso del Parlament valencià y del PP en este sentido. En 2011, el entonces conseller de Industria, Enrique Verdeguer, explicó que se estaba reuniendo con las empresas concesionarias para ver esta posibilidad, aunque en 2011 se prorrogaron las tarifas, que actualmente están congeladas.

El conseller Buch también reconcía en Les Corts que se están produciendo contactos encaminados a, “si no conseguir la gratuidad”, al menos lograr rebajar el precio de la segunda inspección, “una reducción de precios depende de un contrato bilateral”, al tiempo que recordó que las concesionarias tienen recurrida judicialmente la congelación de las tarifas decretadas por el Consell.

“Amiguismo”

Ferri lamentaba la puesta en marcha de la prueba de sonometría, “que sólo se hace la Comunitat Valenciana”. La existencia de esta prueba provoca que los vehículos valencianos no puedan pasar esta prueba en estaciones de fuera de la CV (actualmente existen 36), ya que podrían ser multados al tener pasada esta prueba, “que es una prueba inútil que impide la liberalización del sector y que además sólo no ha pasado el 0,5% de los vehículos y estaría incluida en la revisión mecánica”.

El diputado de Compromís criticó que esta prueba es “un invento de Blasco”, al tiempo que calificaba el tema de las ITV de “gran negocio” en el que entre los nombres que se relacionan con este tema “encontramos a amigos personales de Blasco o empresas como Sedesa, en la que encontramos a la familia de Cotino”, por lo que se refería a las incompatibilidades y al oligopolio del sector.

“El negocio de las ITV (que mueve unos 500 millones de euros al año en España) huele mal, con muchas empresas relacionadas con el PP”, sentenció Ferri, quien pedía una auditoría.

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