Baleària rechaza la ubicación solicitada por MSC para sus cruceros en València y mantiene paralizada la terminal de pasajeros

“El Puerto está reestructurando los territorios, está contando con lo que queda vacío, toda la zona donde estaba el astillero del Puerto de València (Unión Naval), ahí se van a construir unas infraestructuras que van a permitir albergar a todo lo que significa las necesidades de escala del grupo Baleària, junto a una terminal de cruceros pública, y a la vez nosotros hemos solicitado atraque para nuestra filial de ferris Grandi Navi Veloci (GNV) y para ver si somos capaces de construir una terminal dedicada a atender en exclusiva los cruceros de MSC en el Puerto”.

Así se pronunció este lunes el presidente de MSC España, Francisco Lorente, en relación a la terminal de cruceros que pretende habilitar en el muelle Turia del Puerto de Valencia, justo donde opera actualmente Baleària sus ferris mediante unas instalaciones provisionales.

Sin embargo, la naviera valenciana no está dispuesta a aceptar esta situación. Como informó elDiario.es, el 10 de noviembre del año pasado, el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de València (APV) aprobó el traslado de la terminal de cruceros de su ubicación actual, en el dique norte, alejada por tanto del casco urbano, a los antiguos astilleros de Boluda, junto a los Poblados Marítimos.

La construcción y explotación de la nueva infraestructura pública se adjudicó mediante una concesión de 35 años ampliable a 50 a Baleària, asociada con Global Ports Holding (GPH) para la gestión de cruceros, con una inversión prevista de 38 millones de euros por parte de la naviera valenciana. MSC no concurrió al concurso.

Sin embargo, a raíz de la petición de la compañía italosuiza de una concesión para una segunda terminal de cruceros, Baleària presentó a la APV un escrito formal por medio del cual se advertía de que este nuevo proyecto cambiaba las condiciones por las cuales concurrió al concurso, por lo que se han paralizado los plazos administrativos por los que debía presentar el proyecto constructivo para iniciar las obras de la terminal pública.

Baleària entiende que la actividad crucerística de MSC entorpecerá el normal flujo de sus ferris y que además perderá cuota de mercado con la competencia de una nueva terminal de cruceros de la naviera más importante del mundo, algo que no estaba previsto antes del concurso público al que se presentó. De hecho, la idea inicial de Baleària era construir una terminal exclusiva para sus ferris en su actual ubicación, pero la APV frenó este plan con el argumento de que la terminal debía de ser pública, dedicada también a cruceros, y se debía ubicar en los antiguos astilleros, motivo por el cual se licitó el concurso al que MSC no se presentó. Ahora, la APV se plantea autorizarle a la multinacional lo que le negó a Baleària.

A esto se añade también que la APV habría tumbado el proyecto de accesibilidad a las instalaciones públicas propuesto por la naviera valenciana, más amable y sostenible, por otro más duro con vistas a posibilitar un mayor volumen de trenes que conecten la terminal sur con la futura terminal norte de contenedores adjudicada a una filial de la multinacional suiza, si es que llega a ejecutarse.

Ante esta coyuntura, la empresa valenciana se plantea pedir al Puerto mantenerse en su actual ubicación construyendo una terminal para sus ferris y que sea MSC la que se haga cargo de la terminal pública en los antiguos astilleros de Unión Naval.

En este contexto, la nueva presidenta de la APV, Mar Chao, deberá decidir en las próximas semanas como solventa esta complicada situación. De momento, el próximo 27 de noviembre está prevista una reunión con el director de MSC cruceros para analizar las opciones que hay en cuanto a espacios.

Demanda en el juzgado

Acció Ecologista-Agró en nombre de la Comissió Ciutat-Port, recurrió ante la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Comunitat Valenciana (TSJCV) la adjudicación de la infraestructura a Baleària al haberse aprobado sin los pertinentes informes ambientales y solicitó la suspensión cautelar del proyecto, algo que rechazó el juzgado.

En su demanda, la organización pone de relieve que la propia Baleària como adjudicataria reconoce “impactos significativos” por la emisión de gases de los buques. Para demostrarlo, solicitó “un dictamen pericial del Instituto de Evaluación Ambiental e Investigación del Agua (Idaea) perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con el objetivo de que emita informe estimando el impacto en la calidad del aire del barrio de Natzaret y el entorno sur de la ciudad en contacto con el puerto.

Sin embargo, la sección 5 de la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ha denegado la petición al no considerar “que pueda esclarecer los hechos controvertidos, estimándose, además, su innecesariedad, siguiendo criterios de eficacia procesal, a la vista del resto de los medios probatorios propuestos y admitidos”.