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De editorial para la impresión de biblias a cocina clandestina en un bajo de València

La cocina clandestina.

Carlos Navarro Castelló

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Los vecinos del número 5 de la calle de Sagunto de València viven con el susto en el cuerpo de saber que bajo sus casas, en el local comercial del edificio, se ubica una cocina clandestina con diversas bombonas de butano que se almacenan y se utilizan para guisar de madrugada los fines de semana.

Según han denunciado los residentes, hasta hace un año aproximadamente el bajo albergaba una editorial que se dedicaba a la impresión de biblias. Sin embargo, la actividad cesó y el local se alquiló a otros inquilinos para utilizarlo supuestamente para guardar material de obra.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los residentes pronto empezaron a notar un fuerte olor a comida: “Sin ningún tipo de licencia, habilitaron varias bombonas de butano y fogones para cocinar los fines de semana todo tipo de guisos, para su posterior venta en el Jardín del Turia, tal y como se ha documentado en las diferentes denuncias que se han presentado en el Ayuntamiento, el juzgado, la Policía Local y la Nacional”, explican fuentes vecinales.

De hecho, como conseciencia de estas denuncias, la Policía Local de València ha realizado hasta 23 actuaciones de inspecciones. En una de ellas, el pasado 6 de marzo, agentes de la sexta unidad y UCOS intervinieron 500 kilos de productos perecederos en condiciones de salubridad deficientes, tal y como reflejó el cuerpo policial en su cuenta oficial de Twitter.

Posteriormente, según han informado fuentes municipales, se precintó el local por orden de la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de València, con imposición de dos denuncias de 50.000 euros cada una, por realizar una actividad clandestina de elaboración de alimentos sin permiso y sin cumplir las condiciones sanitarias.

Los vecinos pensaban que por fin se había solucionado el problema, pero cuál fue su sorpresa cuando hace aproximadamente un mes vieron cómo el bajo volvía a recuperar la actividad las noches de los fines de semana.

Desde Sanidad han explicado que el pasado 1 de octubre se les levantó el cierre tras hacer una declaración jurada de que no seguirían con la actividad clandestina, por lo que han asegurado que de confirmar el incumplimiento de la declaración tal y como denuncian los vecinos, se volverá a sancionar y a precintar: “Ya está notificado para que se vuelva a inspeccionar”, han asegurado, mientras fuentes policiales aseguran que se reunirán en los próximos días con los vecinos para analizar la situación.

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