Del 'Llit del Túria és nostre' al 'No a l'ampliació del Port': la sociedad civil valenciana vuelve a salir a la calle
El movimiento vecinal 'El llit del Túria és nostre i el volem verd' surgió en la década de los 70 con el objetivo de frenar el proyecto del régimen franquista por el cual, tras la catastrófica riada de 1957 y el consiguiente desvío del cauce por el sur de València, se decidió construir una autovía por el viejo lecho del río que atraviesa la ciudad.
La fuerte respuesta de la sociedad civil valenciana, encabezada por la Coordinadora d' Associacions de Veïns, logró que se descartara finalmente la ejecución del vial coincidiendo con el inicio de la transición y que a principios de los años 80, con el socialista Ricard Pérez Casado como alcalde, se atendiera la reivindicación vecinal de crear el Jardín del Turia.
Fue sin duda uno de los grandes movimientos ciudadanos de la historia reciente de València, gracias al cual la ciudad ganó un pulmón verde que se ha convertido en referencia y que vienen disfrutando las sucesivas generaciones.
Medio siglo más tarde, se repite la historia con la ampliación del Puerto de València, un proyecto que ha generado una enorme respuesta por parte de la sociedad civil, entre otras cosas, por la nula transparencia, debate y participación que ha habido pese a sus enormes dimensiones y externalidades, que ya se han empezado a ver con el retroceso de las playas de El Saler en los últimos años. Un retroceso que, de ir a más, pondría en riesgo la Albufera, según afirman expertos como la geógrafa Eulèlia Sanjaume.
Además, existen dudas legales sobre aspectos del proyecto, como la vigencia de la declaración de impacto ambiantal del año 2007 concedida sobre un proyecto que nada tiene que ver con el actual y basada en una ley del año 1986 que ya no existe. Además, la Fiscalía Anticorrupción y el Tribunal de Cuentas investigan la operación trazada para posibilitar el traslado de la terminal de cruceros a los astilleros de Unión Naval, uno de los cambios introducidos en el proyecto de ampliación impulsado por el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), el socialista Aurelio Martínez.
Todos estos aspectos han propiciado que un total de 165 entidades vecinales, ecologistas y estudiantiles se hayan adherido a la manifestación convocada este viernes a las 18.30 horas con inicio la plaza de Zaragoza y final en la plaza del Ayuntamiento contra una ampliación portuaria que además rechazan el alcalde de València y medio Gobierno valenciano, en concreto Compromís y Unides Podem, al carecer de garantías ambientales.
Bajo el lema 'Pensem Global, actuem local: no a l'ampliació del Port de València', la Comissió Ciutat-Port y la Joventut pel Clima han convocado la movilización al considerar que se trata de un proyecto que choca contra la declaración de emergencia climática aprobada tanto por el Gobierno central como por la Generalitat Valenciana. Entidades como la Federación de Asociaciones de Vecinos de València, la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) o SEO Birdlife, apoyan la protesta.
La ampliación del Puerto de València (el primero del Mediterráneo y el cuarto de Europa en movimiento de contenedores) supondrá duplicar su superficie mediante una nueva terminal de 134 hectáreas y su capacidad para mover y almacenar contenedores (actualmente gestiona 5 millones al año) e incrementar exponencialmente su actividad en cuanto a tráfico de buques y vehículos pesados, sin que haya estudios sobre las consecuencias ambientales de estos aumentos, todo ello en un contexto de emergencia climática.
Uno de los redactores del Informe de Evaluación sobre Cambio Climático del Grupo Intergubernamental de Expertos (IPCC), el director ejecutivo de Carbon Project, Pep Canadell, afirmo recientemente en relación al aumento de capacidad de puertos como el de València, que no existen alternativas a corto plazo a los combustibles altamente densos de los barcos y que estos proyectos van en contra de la lucha climática.
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