Estos son los 10 trastornos más frecuentes que puedes pillar en un festival de verano
El apogeo de los festivales musicales masivos y al aire libre tiene lugar precisamente en julio y agosto, las fechas que más certámenes concentran en todo el año. Acabamos de pasar el Festival Internacional de Benicassim (FIB), donde la Conselleria de Sanitat valenciana tuvo que destinar, un año más, una dotación de personal extra para cubrir los trastornos de salud entre los asistentes.
Hace unas semanas, por otro lado, le tocó el turno al Mad Cool, el festival de Madrid donde, según el portal de seguros de salud Acierto.com, cada día que duró tuvieron que ser atendidas de enfermedades y trastornos hasta 200 personas. Acierto.com también ha realizado un listado de los trastornos más frecuentes, estudiando las casuísticas de los principales festivales del año y resumiéndolos en diez grandes apartados que a continuación de exponen.
Los diez trastornos festivaleros
1. Lipotimias: es sin duda el rey de los trastornos del verano festivalero. Los desmayos, es decir las lipotimias, pueden ser debidos a múltiples causas, lo que explica que sean tan frecuentes. La primera de ellas es el abuso de alcohol y demás drogas, pero no es la única. El excesivo sol y la falta de agua y comida también las provocan.
2. Golpes de calor: exponerse demasiado al calor son refrescarnos con agua o permanecer por periodos recurrentes a la sobra, puede propiciar el estrés por calor, que derivará en una lipotimia muchas veces, pero que si no se trata a tiempo puede llegar tener consecuencias más graves.
3. Quemaduras solares: del mismo modo, la exposición directa al sol sin protecciones por filtros solares o ropas que nos cubran la piel puede acabar con espaldas y cuellos enrojecidos y muy doloridos en las pieles más sensibles, que pueden acabar precisando de los servicios médicos pomadas contra las quemaduras.
4. Deshidrataciones: tanto por abusar del alcohol, que es un potente diurético, como por beber poca agua, los deshidrataciones, que pueden acabar en dolores de cabeza, náuseas y finalmente problemas más graves, son otra de los trastornos que más gente aportan a las zonas de atención médica.
5. Resfriados: puede parecer extraño en pleno verano, pero las noches en muchas zonas festivaleras las temperaturas se descuelgan significativamente respecto a las diurnas, lo cual podemos acabar notando en una bajada de las defensas sobre la que hagan mella los virus, que son frecuentes en las aglomeraciones de gente. Así las fiebres por trancazos no son ajenas a los festivales.
6. Gastroenteritis: la comida que pasa por muchas manos, las prisas, las aglomeraciones, el sol incidiendo sobre los perritos calientes y otros bocadillos, etc. No siempre se aplican los controles debidos y con las altas temperaturas una ensalada de pollo puede convertirse en un foco de intoxicaciones.
7. Enfermedades de transmisión sexual: el alcohol, las drogas, el calor, la música, la noche… Los festivales son propicios a las relaciones sexuales, pero muchas personas no toman ningún tipo de precaución y a posteriori se dan cuenta de que han cogido lo que tradicionalmente se conoce como purgaciones.
8. Intoxicaciones etílicas: otro clásico de los servicios de atención de salud de los festivales, motivado por el abuso inmoderado del alcohol.
9. Lesiones auditivas: aunque no son habituales y tampoco se suelen dar en sus niveles más graves, como sería una perforación de tímpano, tampoco son ajenas. Suelen ser pitidos constantes, taponamientos de las vías auditivas por inflamación y dolores de cabeza.
10. Ataques de ansiedad: en los festivales de varios días donde se duerme poco, se vive intensamente desde el punto de vista emocional y se abusa de todo tipo de sustancias, los ataques de ansiedad son muchas veces el colofón al ritmo frenético, sobre todo entre los más jóvenes.
Medidas de precaución
El portal de seguros también hace hincapié en que todos estos trastornos son evitables tomando diversas medidas de precaución, antes y durante el festival. Entre todas ellas destacan las siguientes.
Comer bien y con cuidado: debemos alimentarnos adecuadamente, no solo con bocadillos sino también con algo de verdura, especialmente frutas que contengan agua y azúcares para hidratarnos y darnos energía. Procuraremos de todos modos lavarla personalmente antes de comérnosla. Por otro, si adquirimos la comida in situ, vigilaremos que esté toda en condiciones: ni mayonesas ni salsas, la carne tirando a bien hecha y que no haya pasado por manos desnudas. Mejor si viene en paquetes plastificados.
Beber mucha agua: la ingesta abundante de agua, litros si es necesario, nos ayudará a mantenernos hidratados, frescos y sobrios, al contrarrestar el alcohol y algunos drogas con alto poder diurético.
Llevar encima siempre crema solar: es fundamental que nos embadurnemos en ella las partes del cuerpo que se expondrán al sol.
Llevar ropa larva, vaporosa y sobrero: para evitar los golpes de calor y las quemaduras qué mejor que vestir de largo, al menos la mitad superior del cuerpo, y usar un sobrero de ala ancha, siempre preferible a gorras de beisbol y parpusas.
Llevar alguna prenda de abrigo: por si refresca por la noche, no está de más llevar alguna prenda de abrigo, ya se aun jersey ya una cazadora. Leamos la previsión de temperaturas antes de salir de casa y actuemos en consecuencia.
Llevar tapones para los oídos: no es necesario que sean de gran tamaño, aunque quizás sean los más cómodos. Basta con unos tapones de silicona. Te servirán, además de para prevenir el exceso de ruido, para aislarte y recuperar el control cuando sientas demasiado agobio.
Mantener una mínima rutina: desayuna al levantarte, no te olvides de lavarte los dientes, come a las horas que toca, intenta dormir siesta, etc. Mantener unas rutinas que te vinculen con la vida cotidiana te ayudará a prevenir situaciones en las que el ritmo frenético de los festivales te puede hacer perder el control de tus emociones.
