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No mires a los ojos de Ms. Hill: 20 años de mala educación

La cantante estadounidense Lauryn Hill durante el concierto que ofreció en 2007 en el Live at Sunset Open Air Festival, en Zurich (Suiza)

Carmen López

Lauryn Hill sólo grabó un disco con éxito y fue hace 20 años. Otro artista habría entrado directamente en el saco de los músicos que triunfan con una canción o disco y después desaparecen del mapa. Pero The Miseducation Of Lauryn Hill no fue un álbum cualquiera, sino que fue la revolución musical de 1998. Vendió 20 millones de copias, su canción Doo Wop (That Thing) fue número uno de la clasificación U.S. Billboard Hot 100 y obtuvo diez nominaciones a los premios Grammy, de las que ganó cinco, coronándose como la primera mujer en conseguir tantos premios en una sola noche. Dejó de ser “la chica de los Fugees” para convertirse en Lauryn Hill, la estrella del momento.

Tal es la relevancia de su trabajo que la misma semana de su aniversario -se lanzó el 25 de agosto de 1998- aún sigue causando controversia. A mediados de mes, el músico y productor Robert Glasper acusó en el programa de radio The Madd Hatta Morning Show a Lauryn Hill de haber robado la autoría a los músicos que trabajaron con ella en la elaboración del disco y de pagar menos de lo acordado.

No es la primera vez que se habla del tema. Según la revista Rolling Stone, en 2001 la artista tuvo que pagar cinco millones de dólares a New Ark, la banda que grabó el disco con ella y que la inculpó de no incluirles en los créditos del disco y atribuirse todo el mérito de ejecución, producción y composición. Aunque en un principio no quiso dar su brazo a torcer finalmente el sello Columbia la convenció.

Hill ha contestado a las acusaciones de Glasper a través de la plataforma Medium, en un escrito muy largo en el que prácticamente responde a todas las preguntas que le podrían haber hecho durante los diez años que estuvo sin conceder entrevistas. Las acusaciones no son agradables, pero le han venido de perlas para complementar las celebraciones del aniversario (y, de paso, justificar muchos de sus comportamientos).

El martillo del éxito

La carrera musical de la artista se desarrolló en un espacio de tiempo muy corto. Actuó en público por primera vez con 13 años en el programa televisivo Showtime at the Apollo. El público no la acogió demasiado bien y se derrumbó. Su madre le dijo que, si no era capaz de soportar las críticas, entonces no estaba hecha para ese mundo. Pero si algo tenía claro Hill era a lo que se quería dedicar. Cuatro años más tarde consiguió un papel en la serie As the World Turns y en 1993 actuó en la famosísima película Sister Act 2: Back in the Habit. Su última aparición en el cine fue en el filme King of the Hill, de Steven Soderbergh, pero ya había empezado su camino con The Fugees.

Después del fallido Blunted on Reality, el grupo revolucionó la escena musical con The Score, disco que incluía una versión de la canción Killing Me Softly. Por supuesto, y como en toda buena historia acerca de grupos de música famosos, los problemas empezaron poco tiempo después. Además de la intensa lucha de egos, estaba la relación amorosa y secreta de Wyclef Jean y Lauryn, que terminó en 1996 cuando ella conoció a Rohan Marley, hermano de Ziggy, ambos hijos de Bob.

El nuevo amor llegó justo en el momento en el que el grupo estaba a punto de explotar y sirvió como vía de escape. Hill emprendió su camino laboral en solitario y poco después dio a luz al primero de los cinco hijos que tuvo con Rohan: Zion David (1997), Selah Louise (1998), Joshua Omaru (2001),  John Nesta (2002) y Sarah (2008). Tuvo otro con un padre del que no ha querido desvelar su identidad.

Su situación personal influyó mucho en las letras de las canciones del disco, cuyo título hace alusión al libro The Mis-Education of the Negro de Carter G. Woodson. Las palabras de To Zion no pueden ser más claras: “Pero todos me dijeron que fuera inteligente / 'Mira por tu carrera', dijeron / 'Lauryn, cariño, usa la cabeza”/“Pero prefiero usar mi corazón”. En aquel momento solo tenía 22 años y muchas personas de su alrededor le aconsejaron que abortase. Ella misma lo explica en su perorata en Medium: “La canción To Zion animó a muchas mujeres durante embarazos difíciles. Hay niños que tuvieron la oportunidad de vivir porque sus madres experimentaron apoyo moral y emocional a través de esta canción”.

El éxito le golpeó como un martillo y le obligó a cuestionarse cómo compaginar sus ideales con los entramados de la industria musical. Ahí empezó la construcción del personaje hostil, caprichoso y megalómano en el que se ha convertido para gran parte del público. Pese a sus intentos de no ser “una estrella” al uso, acabó entrando en la lista de famosos exigentes, cada uno con sus leyendas: Marilyn Manson pide ositos de gominola allá a donde va, Jennifer López habitaciones en la que todo sea blanco y Lauryn Hill que no se la mire a los ojos.

También empezó a cobrar por dar entrevistas. La revista Oneworld quiso sacarla en portada y ella les pidió 10.000 dólares. Respondía solo por correo electrónico con explicaciones como: “Las únicas entrevistas que consideraré son aquellas que me compensen ampliamente mi tiempo, energía e historia”. Lo de la década sin que la prensa le hiciese preguntas fue por algo.

Lauryn Simone

En el año 2002 sacó un disco con guitarra acústica titulado MTV Unplugged No. 2.0. Fue un desastre de críticas aunque para los fans se convirtió en un trabajo de culto. Hill se deshizo de cualquier artificio en las canciones. Sola en el escenario, hizo hincapié en las letras e incluso explicó, entre lágrimas, por qué había estado desaparecida tanto tiempo.

Con un pañuelo en la cabeza y unos pendientes de aro en la portada en blanco y negro del disco parece una nueva Nina Simone, con la que comparte voz desgarrada y personalidad arrebatada. De hecho, Hill versionó siete canciones del disco Nina Revisited: A Tribute to Nina Simone, que salió a la par que el famoso documental What Happened, Miss Simone?. Con su actitud en el escenario, la militancia política y la lucha por cambiar la imagen de las mujeres negras en la música ha continuado con el legado de la maestra (aunque, por el momento, Hill no ha disparado a nadie).

Sí que la siguió en su relación con el fisco, aunque Simone no acabó en la cárcel como Hill en 2013 (ella se fue de Estados Unidos: su evasión de impuestos fue en protesta contra la guerra de Vietnam). Estuvo tres meses tras las rejas y otros tres de arresto domiciliario y un año de libertad condicional. También le impusieron 60.000 dólares de fianza y el pago del millón de dólares que le debía a Hacienda.

Más material para el personaje en construcción, que también añadió la impuntualidad a sus caracteristicas. Hill aparece en los escenarios a la hora que le da la gana y sus conciertos duran lo que ella considera que deben durar. Sus explicaciones aluden a la sintonía de su espíritu con el momento, lo que no complace demasiado a un público que posiblemente hayan pagado una buena cantidad para verla y que no obtiene ni el dinero de vuelta ni una disculpa.

De hecho, este verano canceló todos los conciertos de la gira de celebración del vigésimo aniversario de su único disco y habrá que ver cómo sigue. Con Ms. Hill hay que arriesgarse: puede que se retrase, puede que no dé el concierto, puede que llore, puede que nunca más saque un disco de estudio. Pero, después de 20 años, o la tomas o la dejas. Como ella misma escribió. “Pocas personas saben cómo es este camino realmente, pero muchos de los que quieren juzgarme y comentar nunca lo han probado. Intenta hacer lo mismo que hice yo y a lo mejor te haces una idea y me respetas”.

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