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El desafío de Ceuta: acoger a más de 1.000 menores migrantes ante su improbable retorno a Marruecos

Aquellos menores no devueltos permanecen a la espera en los múltiples pabellones dispuestos por las autoridades para albergar a los más de 4.000 migrantes menores de edad que han cruzado la frontera durante estos días

Gabriela Sánchez / Gonzalo Testa

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El día que Samira (nombre ficticio) decidió llevar a Mohamed a las naves que alojan a los menores marroquíes llegados a Ceuta durante la crisis, el adolescente de 15 años empezó a temblar. En el interior del vehículo, rogaba a la mujer que lo acogía desde hacía días no ser entregado a las autoridades por el temor a la devolución. El niño, muy tímido y callado, le contó la situación familiar que le hace vivir con miedo ante una posible vuelta a casa.

“No me atrevo a entregarlo a las autoridades. Él sufre solo de pensar en ser devuelto. En Marruecos lo ha pasado muy mal”, explica la ceutí. El pequeño anda aún más inquieto desde el mensaje difundido esta semana por el rey Mohamed VI, en el que ha reiterado su disposición a aceptar el retorno de los menores identificados.

La negativa, el miedo y las circunstancias familiares manifestadas por el menor a volver a Marruecos, sin embargo, impedirían su devolución, en base a la actual normativa y al protocolo aplicado por el Gobierno de Ceuta para la reagrupación familiar de niños marroquíes, a pesar del comunicado emitido este miércoles por el Reino marroquí. La Consejería de Presidencia de la ciudad autónoma, de la que depende la tutela de estos niños, asegura a elDiario.es que las instrucciones del rey marroquí “hasta ahora no han cambiado nada la forma de trabajo del área de menores” del Ejecutivo local, que incluye todas las garantías incluidas en la legislación. El Ministerio de Derechos Sociales también ha confirmado que el proceso mantendrá las mismas salvaguardas.

El comunicado, tachado de “brindis al sol” entre los expertos en infancia, recalca las “altísimas instrucciones” enviadas por Mohamed VI a los ministros del Interior y de Asuntos Exteriores alauíes “para que resuelvan de una vez por todas la cuestión de los menores marroquíes no acompañados que se encuentran en situación irregular en algunos países europeos” y reitera su “compromiso a aceptar el retorno” de estos niños y adolescentes “debidamente identificados”, así como a cooperar con los países europeos en relación a esta situación. En todo momento, el Gobierno marroquí destaca que no es una decisión nueva, sino que esa siempre ha sido su voluntad, pero sostiene que, si la devolución de menores marroquíes llegados solos a España y Francia no suelen materializarse, se debe a “la complejidad de los procedimientos en algunos países europeos”.

Solo seis familias de 200 han pedido el retorno

Esa “complejidad”, según organizaciones especializadas en infancia, es necesaria para asegurar que el proceso de reagrupación familiar se realiza cumpliendo con todas las garantías establecidas en la legislación internacional y estatal. Para entregar a un niño migrante tutelado a su familia es necesario cumplir con una serie de trámites establecidos en la legislación: cotejar la documentación (con fotografía) a través de un procedimiento filioparental desarrollado en coordinación del Ministerio Fiscal, que incluye preguntar al niño y sus padres sobre su deseo de reagruparse, detallan fuentes de la ciudad autónoma. En la decisión debe primar el interés superior del menor, por lo que requiere un análisis individualizado y la devolución nunca puede ser forzosa.

Los primeros datos recabados por el Gobierno local y la ONG Save The Children apuntan a que el regreso de los menores migrantes detectados, de producirse, será mínimo. De las cerca de 200 familias contactadas por el servicio de protección de menores de la ciudad autónoma, los hogares que están reclamando el regreso de sus niños se sitúan en torno a la media docena, según informa la Consejería de Presidencia de Ceuta. Por su parte, solo 39 progenitores han enviado la documentación de sus pequeños con la finalidad de que el gobierno local tenga los datos básicos del niño, lo que no conlleva que soliciten el regreso del menor, según las mismas fuentes.

Durante los primeros días de la crisis migratoria, el teléfono activado por el Ejecutivo local para los familiares en busca de menores migrantes desaparecidos recibió alrededor de 4.400 llamadas. El objetivo de muchos era conocer su paradero pero, cuando han confirmado que sus niños se encuentran en buen estado, la mayoría de los progenitores localizados por el Área de Menores no ha pedido la devolución de sus hijos. Su decisión suele estar justificada por razones socioeconómicas, y la confianza en que su proyecto migratorio puede mejorar su futuro y el de sus niños.

Tras alcanzar un acuerdo con la ciudad de Ceuta, la ONG Save The Children forma parte del proceso de identificación de los menores marroquíes y de la detección de sus vulnerabilidades. Según la organización, desde el sábado han realizado entrevistas a 90 niños recién llegados a la ciudad. “Estamos detectando bastantes menores de perfil vulnerable, que necesitan un acompañamiento específico. De momento, el sistema de protección ha actuado en consecuencia de todo lo que hemos detectado”, explica Catalina Perazzo, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save The Children.

La mayoría de pequeños entrevistados por la ONG han mostrado su rechazo a volver a Marruecos. “No es como parecía la principio. Se dijo mucho que todos querían volver y por ahora no parece que sea así”, detalla Perazzo, quien matiza que aún es pronto para sacar conclusiones ya que se encuentran recogiendo la opinión de los menores, escuchándoles y asegurándose de que estén “debidamente informados”.

Fuentes próximas al sistema de protección de menores apuntan a que, en caso de concluir que lo mejor para algunos de estos muchachos sería el regreso a su país, la negativa de los progenitores a recibir de nuevo a sus hijos solo se podría ignorar si la voluntad anunciada por Marruecos de recuperar a sus menores migrantes es real, y llevase consigo “un servicio de protección a la infancia público que, sin embargo, no existe en el país vecino”. Otra posibilidad sería que “una organización no gubernamental con el suficiente prestigio y credibilidad internacional” garantizase que a todos los niños debidamente filiados se les vaya a dar la atención que precisan en el Reino alauita. “Lo que está claro es que los menores no se pueden entregar a las Fuerzas de Seguridad marroquíes sin más”, advierten fuentes judiciales.

El Área de Menores de Ceuta ha intentado entregar a sus padres en la frontera a tres de la docena de menores reclamados por sus progenitores. Todas fueron “infructuosas” porque los agentes marroquíes no facilitaron a los técnicos españoles estar presentes en el primer contacto entre los niños y los padres o alegando, en el caso de una adolescente, que no había cruzado la frontera durante la semana del 17 de mayo, cuando Marruecos permitió la entrada de alrededor de 10.000 personas a la ciudad autónoma, alrededor de 2.000 niños.

Save the Children recuerda que la Convención de los Derechos del Niño y la legislación española establece que el retorno es una solución viable para garantizar el bien superior del menor de los menores migrantes no acompañados, pero siempre que se cumplan una serie de garantías. “El interés superior del niño debe cruzarse con su derecho a ser escuchado. Tienes que garantizar que reciba toda la información sobre qué implican todas las opciones que se presentan y el retorno involuntario sería ilegal. Todo lo que se negocie con Marruecos debe estar de acuerdo a esos requisitos”.

El recuento de menores tutelados por Ceuta sube cada día, debido a la localización de adolescentes en sus calles que, como Mohamed, desconfían de las autoridades. Según sus últimos datos, 913 niños llegados a la ciudad durante la crisis migratoria se encuentran acogidos en el sistema de protección, distribuidos en tres naves del polígono del Tarajal, un polideportivo municipal y el albergue de Piniers. A esta cifra, hay que sumar los cientos de menores que aún pasan las noches a la intemperie y aquellos que han sido alojados en casas de allegados o vecinos solidarios. Además, Ceuta ya albergaba a 273 pequeños antes de las entradas registradas entre el 17 y 19 de mayo.

Aunque las comunidades autónomas, a través del a coordinación del Ministerio de Derechos Sociales, se han comprometido a recibir 200 menores que ya se encontraban en el enclave español antes de la crisis, los números de niños tutelados seguirán siendo elevados para una ciudad autónoma de escasas infraestructuras para protegerlos. El portavoz del Gobierno ceutí, Alberto Gaitán, ha pedido esta semana más apoyo estatal para acogerlos en condiciones dignas. “Entendemos que no debemos abordar esta situación en solitario, por la vulnerabilidad de los menores es necesaria la intervención del Estado. Las comunidades van a coger a 200 niños, pero es necesario que también se establezcan medios, recursos y un plan” para los 900 restantes.

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