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Los ministros de Economía del euro naufragan a la hora de acordar una respuesta conjunta a la crisis del coronavirus

Mario Centeno y Nadia Calviño, en una imagen de archivo.

Andrés Gil

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Es la tercera reunión consecutiva de los ministros de Finanzas de la zona euro. En las dos anteriores, se diagnosticó que el golpe del coronavirus sería demoledor para la economía de la Unión Europea. Pero en ninguno se adoptaron respuestas conjuntas ambiciosas. Esta vez, ni siquiera se ha pactado un comunicado de mínimos y vaguedades tras la reunión. 

Mientras, la crisis del coronavirus hace caer en picado las economías de los Estados, las empresas y las familias. 

Nada de nada. Todo queda en manos de los jefes, los presidentes de Gobierno de la Unión Europea, que se reunirán por videconferencia este jueves. En Bruselas se suele decir que las reuniones de los políticos sirven para que los políticos den el visto bueno al trabajo técnico previo. Es decir, que el Eurogrupo debe ratificar lo que le llega del Euroworking Group, y que las cumbres de líderes, lo que les llega del Eurogrupo. Pero, en este caso, ni lo uno ni lo otro. Todo llega abierto al jueves.

Este martes la reunión del Eurogrupo llegaba 48 horas antes de una cumbre de líderes de la UE destinada a tomar decisiones –al menos es lo previsto–, y 24 horas después de que los 27 aprobaran la propuesta de la Comisión Europea de activar la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad durante 2020 para dar barra libre al gasto público.

Sobre la mesa hay multitud de opciones: coronabonos para la crisis; plan Marshal para después de la crisis, movilizar el Banco Europeo de Inversiones, los 400.000 millones del Mecanismo de Estabilidad... Pero, de momento, no hay acuerdo sobre nada.

Ni para un mero comunicado conjunto.

No obstante, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha afirmado tras la reunión: “Discusión constructiva para movilizar todos los instrumentos de la zona euro frente a la crisis del coronavirus. Una convergencia de opiniones sobre el uso del mecanismo europeo de estabilidad. Buena base de trabajo para el Consejo Europeo del jueves”

Le Maire se encomienda a que los líderes de la UE logren lo que sus ministros no han logrado en tres reuniones del Eurogrupo consecutivas, y una más del Ecofin.

El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha intentado explicar lo que decía Le Maire: que hay posibilidad de un acuerdo, si bien “las conversaciones acaban de empezar”, en torno al papel del MEDE.

Eso sí, nada que ver con los coronabonos.

A lo que apunta Centeno es a un “apoyo amplio” a que el MEDE utilice una línea de crédito de hasta el 2% del PIB del país que la reclamara.

“En lo que ha estado trabajando el MEDE”, había explicado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, antes de la reunión, “es en una línea de financiación especial vinculada al coronavirus, que tenga condicionalidad de coronavirus; una red de seguridad para garantizar la liquidez; un seguro, no de acceso inmediato. Se ha planteado que hubiera una solicitud conjunta. No se ha decidido nada, pero se discutirá”.

“Nuestras discusiones están más avanzadas en lo relativo al MEDE, porque podemos construir sobre un marco ya existente. Existe un amplio apoyo para considerar una salvaguardia de apoyo a la crisis pandémica basada en un instrumento de precaución del MEDE, como la línea de crédito para condiciones mejoradas (ECCL). Esto proporcionaría una línea de defensa adicional para el euro y funcionaría como un seguro para protegernos contra esta crisis en desarrollo”, ha dicho Centeno tras la reunión del Eurogrupo.

“Las características de este instrumento tendrían que ir en relación con la naturaleza externa y simétrica del schock del COVID-19”, ha dicho el presidente del Eurogrupo: “Este instrumento estaría disponible para que todos los países lo apliquen, individualmente. El tamaño del instrumento disponible podría estar en el rango del 2% del PIB de los Estados miembros, como punto de referencia. Si bien existe un amplio apoyo entre los miembros en torno a estas características, se necesita más trabajo en los detalles”.

Y, ahí, los ministros dan una patada hacia arriba: “Esta discusión corresponde a los líderes, que deben explorar opciones entre las instituciones para una respuesta coordinada de la UE. Esperamos su guía y estamos listos para aplicar su decisión a continuación”.

Calviño: “Hay que dar liquidez ya”

“España defiende una respuesta europea”, había dicho la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, antes de la videoconferencia del Eurogrupo, “con todos los instrumentos disponibles. Una respuesta contundente a la altura de las circunstancias: es el momento de Europa, la crisis es simétrica y, por tanto, la respuesta no puede ser de un país, sino conjunta”.

En este sentido, Calviño cree que deben “articularse respuestas a través de todas las instituciones: el presupuesto de la UE, el BCE, el Banco Europeo de Inversiones, el Mecanismo de Estabilidad (MEDE)... Nosotros apoyamos las soluciones más ambiciosas, con los instrumentos que tenemos para afrontar juntos esta situación excepcional”.

Según Calviño, “el BEI debe jugar un papel como fondo de garantía reforzada y apoyo a las acciones nacionales para liquidez de las empresas”. En todo caso, “hace falta una respuesta fiscal coordinada”. 

Además, la vicepresidenta ha afirmado que hay “que trabajar en un plan Marshall, un plan para que Europa disponga de un programa de acción para que la economía se recupere. Cuanto antes recuperemos la actividad económica, evitemos daños estructurales”.

“La acción del BCE ha sido adecuada y oportuna”, ha dicho Calviño, “hará todo lo necesario para dar estabilidad a los mercados de deuda y al euro. Pero es necesario buscar otros instrumentos fiscales sin cerrar ninguna opción”.

Entre esas opciones, también está el marco financiero plurianual –MFF–, el presupuesto de la UE para 2021-2027, “que nos pueda dar una base de financiación para las reformas e inversiones para que la zona euro se recupere”.

En cuanto a las perspectivas económicas españolas, la vicepresidenta ha afirmado: “Es pronto para hacer estimaciones, estas medidas de contención se están siguiendo por la población española. Están teniendo un impacto económico muy significativo. todos los indicadores y la evolución del mercado de trabajo apuntan a un impacto muy significativo en el mes de marzo, por eso es tan importante que se de una respuesta económica y social, para que haya una base económica que nos permita recuperar la senda de crecimiento y que no haya un impacto estructural como social”.

Ante la posibilidad de que el MEDE, el mecanismo de rescate europeo preste dinero de manera condicionada a reformas, Calviño ha sostenido: “Ningún país tiene necesidad de eso, todos los países tienen acceso a los mercados financieros, los mercados de deuda están muy estables. Me sorprende que se inste a la condicionalidad”. 

“España no tiene pensado activar ningún mecanismo extraordinario”, ha dicho Calviño. ¿Y qué expectativas tiene? “Que se tomen las medidas en el momento adecuado y dada la gravedad de la situación sanitaria, no hay tiempo que perder. Lo cual no obsta para que se pueda actuar en varias fases”.

“Los coronabonos son una ilustración de esa respuesta conjunta para financiar la respuesta económica y social”, ha dicho Calviño: “No es necesario que se llame así, sino que se garantice esa respuesta conjunta. Nosotros los hemos defendido, que se emita un título para financiar de forma conjunta las acciones, para que la respuesta sea conjunta y tengamos instrumentos para apoyar las acciones de los Estados, apoyar la liquidez, las empresas de la Unión y los estabilizadores automáticos de los países para que salgamos lo antes posible y lo más fuerte posible”. 

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