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La banca eleva a más de 9.300 millones el pago a sus accionistas pese a la petición de cautela del BCE

Edificio de la sede de Banco Santander, en la Ciudad Financiera del Santander.

Diego Larrouy

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Los seis grandes bancos españoles tuvieron en 2022 un beneficio histórico. Y eso va a redundar en los próximos meses en sus inversores. De los 20.800 millones de euros de ganancias que obtuvieron las entidades en el pasado ejercicio, destinarán más de 9.300 millones a retribuir a los accionistas, tanto a través de dividendos como por recompras de acciones. Algunos grupos han ampliado el porcentaje de ganancias que van a reenviar a sus partícipes.

Este aumento llega incluso después de meses de avisos y peticiones por parte de los supervisores, como el Banco Central Europeo y el Banco de España, que solicitaban a los bancos precaución y cautela a la hora de repartir dividendos. “Aunque la rentabilidad del sector bancario ha aumentado en el último año, se observan señales de deterioro de la calidad de los activos, cuya magnitud dependerá de la materialización de los riesgos para el crecimiento económico”, aseguraba el gobernador del organismo, Pablo Hernández de Cos, en un acto público hace unas semanas. “Se hace necesario que las entidades utilicen el incremento de los beneficios que se están produciendo en el corto plazo para aumentar su capacidad de resistencia”, añadía. “Deben mantener una estrategia prudente en sus políticas de provisiones, y una vigilancia estrecha de la evolución macroeconómica que les permita reaccionar con rapidez si finalmente se materializan los riesgos considerados”, advertía.

Como este mensaje, el más reciente, se han producido numerosos avisos por parte de distintos estamentos del organismo. No solo el Banco de España ha pedido prudencia en estos meses, también el Banco Central Europeo. El supervisor comunitario expresó en otoño que los bancos debían afrontar el reparto de dividendos con cargo a 2022 sin olvidar que existe un riesgo de recesión por la inflación. El BCE llegó a expresar sus dudas sobre las previsiones “excesivamente optimistas” de algunas entidades. Andrea Enria, responsable de supervisión del BCE, advirtió antes de cerrar el año a los bancos asegurando que “es un momento delicado y hay que evitar los errores del pasado”. “Si bien no se puede negar que la salida de la política de tipos de interés negativos y la normalización del entorno de tipos de interés son buenas noticias para la rentabilidad bancaria, es importante que los bancos presten la debida atención a la medición, seguimiento y gestión activa del riesgo”, añadió.

Pese a ello, los resultados presentados estas últimas semanas por los grandes bancos españoles han constatado el optimismo con el que afrontan este año. Reconocen que puede aumentar la morosidad por los efectos de la inflación y la subida de tipos, pero estiman que la subida será contenida y no precisará de aumentar provisiones. La mayor parte de los bancos mantienen holgados colchones aglutinados durante el arranque de la pandemia, sin que se haya constatado por el momento un crecimiento en los impagos.

Con este discurso, los bancos han abierto la mano en el reparto de dividendos durante este año con cargo a sus beneficios del pasado ejercicio. Son 9.380 millones de euros los que los seis grandes grupos bancarios van a distribuir en los próximos meses. La mayor cifra es la que le corresponde al Banco Santander, que destinará 3.800 millones de euros entre sus accionistas. Esta cantidad se reparte a partes iguales entre el pago en efectivo y las recompras de acciones. La primera mitad de este reparto a cuenta del beneficio de 2022 ya se abonó a finales del año pasado y la segunda mitad se hará en los próximos meses. Sin embargo, es el banco con el 'pay-out' —porcentaje de beneficio que va a dividendos— de entre los grandes grupos, con el 40%.

BBVA anunció por su parte el mayor dividendo en 14 años tras cosechar el beneficio más alto de su historia. Distribuirá a sus inversores 3.000 millones de euros, el 47% de sus ganancias. De ellos, 442 millones se realizará mediante una recompra de acciones. Pese a aumentar el porcentaje de ganancias que destina a los dividendos, el banco todavía se guarda una bala en la recámara, ya que su compromiso con el mercado marca que puede llegar a repartir hasta el 50% del dividendo.

Santander y BBVA han sido las entidades que más activamente han apostado por la vía de la recompra de acciones. Se trata de una práctica habitual en empresas cotizadas pero que ha ganado mucho protagonismo en la banca en los últimos años. Supone que la empresa en cuestión recompra a sus accionistas un número determinado de acciones. A esa operación acuden quienes están interesados. Al adquirir estos títulos están retribuyendo a esos accionista. Además, cuando termina el proceso, se suelen amortizar esas acciones, por lo que quedan menos en circulación. Así, las que se mantienen aumentan su valor —al dividirse entre menos títulos— y tendrán un mayor dividendo, en caso de que los resultados se mantengan o mejoren.

CaixaBank es el tercer mayor banco de España y su dividendo anunciado para este año supera los 1.700 millones de euros. El banco ha elevado el porcentaje de sus beneficios que van a los accionistas, situándolo en el 55%, frente al 50% de un año antes. Para los beneficios que obtenga este año ya avanza que repartirá entre el 50% y el 60%. En su caso, tras la recompra de acciones del año pasado, esta vez repartirá su dividendo totalmente en efectivo. Los principales beneficiarios de ello son la Fundación La Caixa y el FROB, el fondo a través del cual el Estado participa en el accionariado.

250 millones para el Estado

Esta participación pública generará 250 millones de euros en dividendo. Será el tercer dividendo que obtenga el Estado de CaixaBank y el más elevado tras el testimonial con cargo a 2020, limitado por el BCE y justo después de la absorción de Bankia, y los 190 millones que percibió por los resultados del 2021. Además, el Estado decidió no participar en la recompra de acciones que el banco realizó el pasado año por lo que acabará incrementando su participación en la entidad financiera, pasando del 16% que obtuvo tras la fusión a quedar por encima del 17%.

Sabadell se ha sumado a sus competidores y realizará este año una recompra de acciones de 204 millones de euros. A ello se suman otros 225 millones de euros en efectivo. En total, 430 millones de euros, el 50% del beneficio y casi tres veces más que en el año anterior. Bankinter repartirá 280 millones en sus efectivo a los accionistas y Unicaja, 130 millones de euros.

De este modo, prácticamente todos los bancos han aumentado no solo el dividendo sino el porcentaje del beneficio que destinan a retribuir a los accionistas. Es decir, muestran una grifo más abierto tras haberlo tenido que cerrar prácticamente del todo durante la pandemia. Y eso, pese a que según la argumentación de muchos banqueros, la llegada del nuevo impuesto temporal a la banca afectaría a los inversores. Los algo más de 1.000 millones que han pagado estos seis bancos no se han traducido en un recorte de los dividendos ni en un problema para la cotización. Sabadell sube en el año el 29%; Santander, un 25%; BBVA, un 20%; Unicaja, un 9,8%; CaixaBank, más de un 8%; y Bankinter más del 5%.

Uno de los actores financieros más beneficiados de esta manga ancha de los bancos es el gigante de inversión Blackrock. Sus fondos están presentes en cinco de los seis bancos que cotizan en el Ibex 35. Todos salvo Unicaja. De decidir participar en las políticas de recompra de acciones y teniendo en cuenta su participación actual en las entidades, el mayor inversor del mundo podría percibir hasta 500 millones de euros.

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