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Los sindicatos se unen para salir a la calle en toda Europa contra la “crisis salarial”

Una de las manifestaciones de los trabajadores del metal en Cantabria este año, en huelga durante 20 días a inicios de junio. EFE/ Pablo Ayerbe

Laura Olías / Raúl Sánchez

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Sacar a la calle a trabajadores y trabajadoras a lo largo y ancho de Europa con un mismo mensaje: los salarios tienen que subir. Es lo que pretende la Confederación Europea de Sindicatos (CES o ETUC, por sus siglas en inglés), que está coordinando con las centrales sindicales de los distintos países acciones para principios de octubre contra la “crisis salarial” y de “coste de vida” ante la elevada inflación, según ha podido confirmar elDiario.es. En España, CCOO y UGT ya estudian cómo sumarse a esta llamada europea, que coincide con su amenaza de más protestas dada la negativa de la patronal de sentarse a negociar un acuerdo salarial.

Ante los tambores de recesión en varios países y la subida histórica de tipos acordada por el Banco Central Europeo, el movimiento sindical europeo avisa: los trabajadores están siendo “las víctimas de esta crisis” y “la inacción o la adopción de una respuesta equivocada”, que pase por las devaluaciones salariales, subidas de tipos y una nueva agenda de austeridad, pueden ser “catastróficas”.

La CES se está dirigiendo a los sindicatos de los diferentes estados con la intención de coordinar movilizaciones en defensa del aumento de salarios y de apoyo a la población con menos recursos durante dos semanas, entre “el 5 y el 19 de octubre”, antes de la reunión del Consejo Europeo del 20 a 21 del próximo mes.

El empobrecimiento de los trabajadores y las batallas salariales ya están dando lugar a movilizaciones en varios países. El pasado viernes, los controladores aéreos franceses provocaban con su huelga la cancelación de alrededor de mil vuelos en el país vecino. En Reino Unido, las protestas y huelgas en los últimos meses han sido calificadas como el verano del descontento. En Bélgica, los principales sindicatos salieron a la calle verano con el lema “la vida está cara, hace falta mejores salarios” y el 21 de septiembre hay convocada una nueva movilización. En España, se ha registrado un aumento de huelgas del 20% y los sindicatos mayoritarios han avisado de un “otoño caliente”.

Pero ahora la CES quiere dar un paso más y coordinar acciones de los distintos países para aumentar el foco sobre las reclamaciones de los movimientos de trabajadores. De fondo, en esta espiral de precios destaca que, frente a otras crisis pasadas, hay menos vinculación de los salarios a los precios y los empresarios han ganado poder en el mercado laboral, apunta la OCDE en su informe de empleo de 2022. También ha mermado la densidad sindical entre los trabajadores, recordaba Moody's en un reciente análisis.

Así, desde ese marco común de protestas, la CES quiere marcar posición ante las instituciones y gobiernos europeos de cara a las soluciones y medidas que acuerden para paliar los efectos de esta “crisis del coste de la vida”, como la califica la organización internacional.

El conglomerado sindical internacional ya ha elaborado una lista de seis puntos con propuestas, como “subidas salariales” y “promover la negociación colectiva” para conseguir acuerdos de remuneraciones justas. También ayudas a las personas con menos recursos para atender a sus gastos básicos, como las facturas de energía, la cesta de la compra o el alquiler, así como la implantación de límites de precios y de impuestos a los beneficios extraordinarios de empresas en este contexto.

Problema compartido, de más gravedad en España

Aun con diferencias entre países, hay un telón de fondo compartido en gran parte del continente europeo: los trabajadores están cargando gran parte del peso de la inflación, mermando el poder de compra de sus bolsillos con unos salarios que suben mucho menos que los precios. España se sitúa como uno de los países con menor aumento de las remuneraciones, según los datos recién publicados por Eurostat.



Y no solo eso. En las previsiones de conjunto de año, España destaca como uno de los países del mundo donde los salarios perderán más poder de compra, según las estimaciones de la OCDE. “Y hay que recordar que España es un país de propietarios, donde tiene más incidencia la subida de tipos del BCE y el aumento del coste de las hipotecas que en otros países donde viven más de alquiler”, apunta una fuente sindical. Además, España también destaca frente a otros países de su entorno europeo por sus altas tasas de pobreza, y de población a un paso de ella, muy vulnerables ante nuevas dificultades económicas.



La CES subraya en un reciente comunicado una de las premisas de las movilizaciones: “Los salarios no están causando la inflación”. Las patronales y otras voces del mundo económico están advirtiendo contra las subidas salariales para evitar empeorar el aumento de precios a través de nuevos bucles inflacionistas. Sin embargo, las centrales de trabajadores señalan que los datos no avalan estos escenarios, con incrementos salariales a mucha distancia de los precios, que sí están dejando un importante deterioro en las economías de los hogares. Sobre todo, de los más vulnerables.



“Los salarios ya están creciendo a tasas comparativamente altas con respecto a la media de los últimos años, lo que es una respuesta normal a la subida de precios, pero siguen muy por debajo de la inflación”, sostiene Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics.

El especialista considera que “es probable que los salarios puedan e incluso deban subir algo más teniendo en cuenta la brecha que aún existe respecto a la inflación, pero no existe una cifra concreta que podamos declarar como la óptima”. “Dependerá entre otras cosas del estado financiero de la empresas y de su estructura de costes, de cara a encontrar un punto intermedio donde trabajadores y empresas comparten el coste de la crisis (el consabido pacto de rentas)”, añade Talavera.

En España, el “pacto de rentas” es la principal reclamación del Gobierno de coalición a empresarios y sindicatos para enfrentar esta crisis de precios. Consiste en un acuerdo para repartir los costes de la inflación en estos momentos, moderar salarios y beneficios empresariales para no generar más inflación y que empeore la situación económica. CCOO y UGT reiteran que las empresas están repercutiendo la inflación a sus precios, y como consecuencia aumentan los ingresos de las compañías, mientras los salarios suben mucho menos. Cuatro veces menos de media, según los datos de los convenios colectivos en vigor.

La movilización que está impulsando la CES comparte el discurso de los últimos meses de CCOO y UGT. En concreto, que hay muchos dedos señalando los posibles riesgos de espirales inflacionistas y menos que se detengan sobre un problema ya efectivo en muchos casos: el empobrecimiento de los hogares. Para ilustrar una de sus derivadas, la confederación europea ha publicado un estudio sobre el aumento del coste de las facturas energéticas para los trabajadores que perciben el salario mínimo en cada país.



“A nivel macroeconómico, el consumo de los hogares es el componente más grande de la economía y depende en gran medida de la renta disponible, por lo que una caída de los salarios reales de la magnitud que estamos viendo probablemente se verá reflejada en un frenazo en el consumo y en el PIB”, valora el economista jefe para Europa de Oxford Economics. “A nivel social, hay un riesgo claro de aumento de la pobreza y de la desigualdad por el impacto desproporcionado que el shock de inflación tiene en las rentas más bajas”, añade Ángel Talavera.

CCOO y UGT diseñan el calendario de movilizaciones

Los sindicatos mayoritarios españoles se reunirán “este lunes”, 19 de septiembre, para trabajar en el calendario de movilizaciones en favor de las subidas salariales, confirman desde CCOO y UGT a este medio. Sobre la mesa ya no solo figuran las protestas internas previstas contra la postura de la patronal CEOE, sino también la respuesta a la llamada de la CES para formar parte de acciones de trabajadores más amplia a las puertas del Consejo Europeo.

Más allá de las empresas, la confederación europea está poniendo mucho énfasis en el alza de los salarios mínimos, responsabilidad de los gobiernos y que se dirigen a uno de los sectores más afectados por los incrementos de precios, las personas que menos ganan.



En España, los sindicatos también han anunciado que pelearán un incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) mayor del previsto por el Gobierno, que quiere situarlo en el 60% del salario medio. UGT y CCOO han avisado de que la meta se queda corta ante la gran subida de precios y exigen un alza más abultada. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha reclamado que esta cubra por completo el aumento de los precios. El líder de UGT, Pepe Álvarez, le ha puesto cifras concretas a la petición del sindicato: un aumento del 10% hasta los 1.100 euros.

Los sindicatos europeos optan por darse la mano y tomar impulso ante las “curvas” en la economía que se intuyen en un contexto de gran incertidumbre por la guerra en Ucrania. En la memoria aún está muy fresca la crisis de 2008 y sus efectos, que en algunos casos siguen sintiéndose. “No puede ser que una vez más se pretenda hacer pagar una crisis, en este caso de precios, a la mayoría social y a la clase trabajadora. La clase trabajadora ya pagó con creces la crisis del año 2008”, enfatizó este viernes el líder de CCOO, Unai Sordo.

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