Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Cuidar de la salud auditiva para mantenernos conectados con el mundo

Revisión audiológica

Mercè Palau

La audición es la percepción de los sonidos mediante el sentido del oído. En España, se calcula que más de un millón de personas sufren una discapacidad por problemas auditivos, y aproximadamente un 8% de la población tiene algún problema de audición de distinto grado que puede afectar a una comunicación socialmente aceptable. Esto explicaría la gran importancia que tiene la salud auditiva para conectar con los demás y con el mundo. 

A menudo subestimamos el impacto de la pérdida auditiva y pensamos que se trata solo de un problema sensorial. Pero en realidad es vital para la salud en general y, por tanto, es clave concienciar a la población de la importancia que tiene cuidar de nuestros oídos.

“Una buena audición conecta con el mundo, permite disfrutar, informarse, comunicarse y mejora la autoestima, la estabilidad emocional y la independencia”, afirma Sandra Salinas, fonoaudióloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Cómo podemos cuidar de nuestra salud auditiva

Los oídos son órganos complejos y delicados que debemos proteger. Aunque algunos factores genéticos o el proceso natural de envejecimiento no se pueden prevenir, hay otros que sí podemos controlar.

Una de las principales recomendaciones que hacen los otorrinolaringólogos, que es además uno de los errores más comunes que solemos cometer, es el de introducir algún objeto en los oídos, como bastoncillos, horquillas o algodones. Debemos tener mucho cuidado con hacerlo porque, además de que puede dañar el conducto auditivo, no es necesario eliminar la cera ya que deja el oído desprotegido y lo hace más propenso a la acumulación de bacterias. Basta con mojarse los oídos en la ducha y secar bien el pabellón con una toalla fina.

Es importante también no abusar de los auriculares, una práctica muy usada sobre todo entre la población joven, lo que explicaría que la pérdida auditiva esté apareciendo cada vez a edades más tempranas, adelantando la aparición de déficit de audición asociado a la edad unos 20 años. Por tanto, es recomendable limitar el tiempo de uso a 60 minutos y a volumen bajo, no superior al 60% del máximo posible

Evitar el ruido superior a 70 decibelios es también clave, sobre todo si se tiene en cuenta que una tercera parte de la población mundial y tres de cada cuatro habitantes de ciudades industrializadas tienen algún grado de pérdida auditiva como consecuencia de la exposición a sonidos de alta intensidad, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC). La moderación es la clave.

En algunos casos puede ser necesario proteger los oídos del ruido con tapones o auriculares, que nos ayudarán a amortiguar el ruido ambiental del tráfico u otras fuentes ruidosas como discotecas o conciertos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nivel de ruido recomendado para garantizar una buena salud y bienestar es de 65 dB; con sonidos superiores a 85 dB ya hay riesgo de pérdida auditiva crónica.

La importancia de las revisiones audiológicas

Como hemos visto, la edad, las infecciones, la exposición a volúmenes altos o una higiene incorrecta del oído pueden afectar la salud auditiva y provocar patologías y pérdida de audición. El primer paso para prevenir estas enfermedades es la revisión audiológica. No siempre es necesario esperar a tener algún síntoma para acudir a un otorrinolaringólogo o un especialista de la audición ya que la prevención es clave para evitar enfermedades en el oído. 

Pero, si no lo hacemos de manera preventiva, sí es fundamental hacerlo en determinadas circunstancias. Salinas aconseja realizar revisiones con el experto en los casos en los que “se tenga sensación de taponamiento” y evitar intentar limpiar el oído en casa con remedios caseros. También recomienda acudir al especialista siempre que aparezca “dolor de oído y supuración, con o sin fiebre, y si se tiene sensación de presión persistente por cambio de presiones”. 

Además de estos síntomas, debe prestarse atención a otros como la sensación constante de picor en el conducto auditivo, si tenemos la impresión de pérdida de la audición, acompañada de zumbidos, o por la presencia de vértigos o mareos.

Consecuencias de no tratar los problemas auditivos

¿Qué ocurre si no prestamos atención a nuestros oídos? “No tratar los problemas auditivos puede tener consecuencias en términos de aislamiento”, asegura Salinas. Hay estudios que demuestran que una pérdida auditiva no tratada puede relacionarse con esta consecuencia, además de con el estrés, la depresión y otros problemas de salud. Como esta concluyen algunas investigaciones, que resuelven que la dificultad auditiva no solo afecta la comunicación, sino que también se asocia con una variedad de factores psicosociales, incluidos sentimientos de soledad, depresión y de calidad de vida.

Otra consecuencia de no tratar los problemas auditivos radica en la calidad. “Cuando existe una dificultad auditiva, también la hay para escuchar ciertos sonidos, por lo que el cerebro tiene que realizar un trabajo extra rellenando por deducción, lo que es frustrante y agotador”, matiza Salinas.

Otros problemas derivados de una mala salud auditiva se refieren a la falta de información o al hecho de que el cerebro tiene que gastar más energía, reduciendo la memoria y aumentando el deterioro cognitivo.

Etiquetas
stats