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Euskadi, a contracorriente: prorroga el pasaporte COVID y lo amplía a más establecimientos

Una clienta, mostrando el pasaporte COVID en un local de Vitoria

Iker Rioja Andueza

27 de enero de 2022 16:00 h

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Después de porfiar con su retirada e incluso de haberla dado por amortizada extraoficialmente, Euskadi no solamente prorrogará hasta el 13 de febrero, al menos, la exigencia del pasaporte COVID para acceder a determinados locales sino que lo ampliará a hoteles, alojamientos turísticos y salones de juego. Las autoridades vascas nadan a contracorriente después de haber renegado en otoño de esta medida y, cuando ha empezado a retirarse en Cantabria o Catalunya y cuando se ha convertido en una evidencia que los incumplimientos son muy generalizados, plantea ahora reforzarla. La semana pasada, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, destacó su utilidad como incentivo para impulsar las vacunaciones. Ahora se apela a los consensos en el Consejo Interterritorial para defenderlo durante más tiempo.

El pasaporte COVID se instauró en el puente de la Constitución después de que fuera autorizado en el Tribunal Supremo tras el veto inicial del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. En un primer momento se pedía en el ocio nocturno a partir de las 22.00 horas y en restaurantes de más de 50 comensales de aforo. Después se amplió a toda la hostelería, a los eventos deportivos o culturales cerrados -la Justicia lo prohibió para los abiertos-, a gimnasios y centros deportivos y a las visitas a hospitales, cárceles o residencias. Este segundo bloque decaía el 31 de enero, mientras que el primero es indefinido siempre que la tasa de incidencia acumulada supere los 150 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días (ahora son más de 3.000). Las nuevas exigencias supondrán una tercera ampliación.

El Gobierno vasco ha de recabar autorización judicial del Superior para mantener el segundo bloque y para los nuevos establecimientos. Ya para ese segundo decreto la sala de lo contencioso-administrativo le dio el visto bueno dada la jurisprudencia del Supremo y es la confianza que se mantiene ahora para la tercera fase de esta medida. Fuentes del Ejecutivo indican que la remisión se hará este viernes por la mañana y se estima en 72 horas el plazo para que resuelva la Justicia, contando sábado y domingo. De no ser así, podría ocurrir que tras la medianoche del lunes hubiera algunas horas de limbo jurídico.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, abrió la puerta a su retirada este miércoles en unas declaraciones ante los periodistas, si bien es igualmente cierto que nunca ha habido una confirmación definitiva. Eso sí, es una posibilidad que internamente se había analizado en profundidad. Este jueves, además, había adelantado que se mantendrían en vigor más allá del fin de semana otras medidas relativas a reducción horaria o de aforos, sin detalles sobre cómo quedaría el pasaporte COVID.

En realidad, toda la gestión de esta herramienta ha estado rodeada de vaivenes. En un inicio, Euskadi se mantuvo firme contra ella, ya que consideraba que estaba concebida para viajar con seguridad entre países europeos y no para controlar el acceso al ocio. Además, remarcaba los problemas -que luego se han evidenciado- de poner el control de documentos sanitarios en manos de particulares. Sin embargo, en cuestión de horas, a mediados de noviembre la convirtió en la única medida con la entonces incipiente ola. Tras el veto del Superior, y de nuevo cambiando de criterio político, recurrió al Supremo, ganó y se puso en marcha en el puente de diciembre junto al anuncio de una ampliación. Sin embargo, la experiencia del día a día muestra que muchos de los locales obligados a pedirlo no lo hacen y que los mecanismos de revisión de los documentos no son enteramente fiables.

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