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Ciudadanos no despunta en Euskadi

Rivera con una representación de Ciudadanos en Euskadi.

Aitor Guenaga

Una descarga eléctrica sacude las espaldas de los partidos que han gobernado España desde la aprobación de la Constitución en 1978. El terremoto Ciudadanos, de la mano de su líder Albert Rivera, ha obligado a las dos grandes formaciones del bipartidismo -PP y PSOE- a articular un discurso creíble para taponar la incesante fuga de voto joven y urbano que revelan, encuesta tras encuesta, todos los sondeos realizados hasta la fecha.

¿Y qué pasa en Euskadi con el fenómeno Ciudadanos? ¿Inquieta a los partidos -básicamente PNV y PP-, a los que podría arrebatar apoyo electoral? ¿Se llevará parte del voto que quiere un cambio tranquilo, aseado y liberal?

El único sondeo territorial conocido hasta la fecha deja al partido naranja, que en Euskadi lidera Nicolás de Miguel, fuera del reparto del pastel de los 18 escaños años que están en juego el próximo 20 de diciembre en Euskadi. El Sociómetro vasco, basado en 2.520 encuestas realizadas en los tres territorios entre el 13 y el 19 de octubre. Unas fechas en las que había reventado ya la polémica en relación al Concierto vasco, en la que el líder de Ciudadanos -junto a varios barones del PSOE- Albert Rivera, ha sido un elemento activo en contra de lo que considera un “privilegio” vasco.

El sondeo del Gobierno autonómico le sitúa como sexta fuerza en los tres territorios, con una estimación de voto que va del 7,5% en Álava (4,6% en voto directo) al 4,5% en Bizkaia (2,3% en voto directo), pasando por el 3,0% en Gipuzkoa (2,1%), territorio donde peores resultados cosecha. En todos ellos por delante de Ezker Anitza-IU y de UPyD.

Esa evolución y los “ataques recibidos por populares y por el PNV” evidencian, según De Miguel, que existe “inquietud en ambos partidos, aunque ellos digan lo contrario”.

Nicolás de Miguel charla con este diario en uno de los pocos momentos que tiene libre en los últimos días. Los preparativos de la precampaña ocupan buena parte de su tiempo, además de la jornada laboral de funcionario en Lakua. “Vamos a desmontar ese discurso distorsionado que se ha trasladado en relación a nuestra postura con el Concierto. Eso requiere de tiempos, nuevos consensos, reforma de la Constitución y del Estatuto. Estamos hablando de un fin y creemos que en el horizonte europeo la convergencia en materia de política fiscal llegará”, augura. “Ni somos jacobinos, ni recentralizadores”, apunta De Miguel, que quita valor a la foto fija que muestra la encuesta del Ejecutivo vasco, rebautizada por el líder de Ciudadanos en Euskadi como el “PNVSociómetro”.

“Querer acabar con el Concierto económico no es la mejor carta de presentación electoral para un partido nuevo aquí”, afirma el politólogo Alfredo Retortillo y uno de los profesores encargados del Euskobarómetro de la UPV. A juicio de Retortillo, en el País Vasco existe una “especie de cordón sanitario en torno al Concierto, y ese planteamiento que lo pone en cuestión tiene la entrada vedada”, reflexiona. “El discurso de Ciudadanos encaja mal aquí”, un lugar donde “todo el mundo se hace egoísta cuando piensa en las pelas”, añade gráficamente.

Pero, ¿qué es lo que dicen los datos reales que han arrojado las urnas en las últimas contiendas electorales? Ciudadanos se presentó por primera vez en el País Vasco en las elecciones europeas de 2014, comicios en los que la sorpresa a nivel español fueron los cinco eurodiputados logrados por Pablo Iglesias y la formación emergente Podemos. El partido de Rivera logró entonces aquí 6.262 sufragios (0,84%). La marca de Rivera en Euskadi quedó séptima en votos en las elecciones forales de mayo pasado con 22.256 papeletas (el 2,09%) por delante de UPyD y a menos de 7.000 votos de la coalición Irabazi (29.148 sufragios). En España, las últimas encuestas dejan en un pañuelo al PP, PSOE y C,s y revelan un voto muy volátil. Y C`s espera que la polarización también les beneficie en Euskadi.

Frente a la idea de que Ciudadanos no es una amenaza electoral para los partidos tradicionales –compartida por varios de los observadores políticos cuestionados para este reportaje-, sus impulsores dicen que van “a por todas en estas elecciones, y a lograr representación en los tres territorios”. Pero se enfrentan también a los problemas que toda organización joven tiene: la falta de musculatura de partido, pese a que cada vez “más simpatizantes se acercan al partido”, según sus dirigentes.

Primera renuncia, en la lista de Gipuzkoa

El comité electoral de la formación naranja de la zona norte –en el que participan representantes de la comunidades limítrofes como La Rioja, Navarra o Cantabria- se reunió por primera vez el pasado 1 de noviembre. Y allí la delegación vasca informó de la primera baja en sus listas: la cabeza de cartel por Gipuzkoa, elegida por primarias en julio pasado junto al resto de candidatos de la formación. Rosana Macieira, tiraba la toalla antes de empezar. “Le venció la responsabilidad: madre de dos hijos, como casi el 99% de nosotros lleva su militancia política en Ciudadanos como un trabajo de voluntariado, después de su jornada laboral en una operadora de telecomunicaciones. Pensó que podía compatibilizar su día a día con ser candidato, pero…”, explican desde Ciudadanos.

La noticia de la baja apenas ha sido un breve en la prensa local. En otro partido, una renuncia de ese tipo -a 50 días de las elecciones- podría haber dado que hablar durante una semana. “El relato en Euskadi de Ciudadanos es básicamente que no existe”, explica un observador político.

Santiago, hijo de un padre jubilado que “siempre ha votado a la derecha” en el País Vasco puede servir para entender por qué la mancha naranja se queda hasta ahora casi a las puertas de las instituciones (solo tiene un juntero en Álava y un concejal en Getxo). “Mi padre les ve como unos arribistas, así de sencillo. Por eso volverá a votar el PP”, explica Santiago.

“Algunos no se dan cuenta pero en el caso del PP, y también del PSE, hay un factor de resistencia del electorado que es más grande por todo lo vivido aquí. Un electorado más fidelizado, pese a los vaivenes. Y eso es algo que el partido nuevo, emergente, no tiene”, explica Retortillo. “Hay un terremoto electoral, sin duda, pero no creo que el electorado se haya vuelto majareto, y que hace un año Podemos disputase al PNV la primera posición con un par de escaños de diferencia y, ahora, en toda España, Ciudadanos sea la segunda fuerza en votos aunque no en escaños”, sostiene.

La respuesta no estará en todas las encuestas que se publicarán en lo que resta de precamapaña y campaña electoral. Toca esperar hasta el 20-D

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