Los pensionistas mantienen su revuelta cuando se va a cumplir un año de movilizaciones
Cuando está a punto de cumplirse un año desde el inicio de las movilizaciones de los pensionistas en Euskadi, especialmente en Bilbao, la revuelta sigue muy viva. Las tres capitales vascas y Pamplona vivirán el sábado una nueva jornada de manifestaciones que complementan las tradicionales concentraciones de los lunes, una iniciativa que comenzó el pasado 15 de enero. Se trata de movilizaciones intergeneracionales, transversales, en las que sus participantes comparten motivaciones comunes.
Como asegura Luis Alejos, sociólogo y pensionista, los partidos políticos, los que gobiernan y el resto, habían olvidado que dentro del núcleo de población menos politizado, el de mayor edad, se encuentra el más combativo e ideologizado, el que lleva toda la vida defendiendo causas propias y ajenas. “Se equivocaron quienes impusieron las reformas contando con el miedo y la sumisión de los pensionistas. Tampoco aciertan los partidos que renuncian a la experiencia política y la capacidad organizativa de tanta gente, centrando su actividad en la juventud”.
Tal vez por eso, las frustradas negociaciones entre el Gobierno vasco y EH Bildu para aprobar los presupuestos de 2019 se han centrado (al menos mediáticamente) en la manera de mejorar las pensiones. Al final, EH Bildu nunca contestó a la última propuesta del Ejecutivo, que hubiese supuesto subir hasta 858 euros la pensión garantizada vía Renta de Garantía de Ingresos (RGI) en varias fases hasta 2021 y estudiar la posible “individualización” de esta ayuda, que ahora se cobra por familias, para que un matrimonio con dos pensionistas, por ejemplo, pudiese tener dos prestaciones.
En cualquier caso, las plataformas que agrupan a las asociaciones de mayores que promueven las movilizaciones han considerado “un paso”, aunque “insuficiente” la última propuesta del Gobierno vasco.
Los pensionistas han exigido que se destine un mayor porcentaje del PIB a las pensiones, ya que España está cuatro puntos por debajo de los países de su entorno en esta materia y solicitan también la derogación del factor de sostenibilidad, “ya que su aplicación condenaría a los futuros pensionistas a una reducción brutal de sus pensiones”. Han insistido en que “hay dinero de sobra” para atender a sus reivindicaciones y más cuando la recaudación de las haciendas forales está creciendo en torno al 8 % respecto al año pasado, pero el problema reside en “cómo se distribuye la riqueza de la sociedad”.
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