Ocho presos de ETA realizan una huelga de hambre para que uno de ellos logre una celda propia

Ocho presos de ETA -siete de ellos de Nanclares y uno de Navarra- que se encontraban en huelga de hambre para que a uno de ellos, Garikoitz Etxeberria, se le concediera una celda propia, han abandonado la huelga anunciado que la dirección de la cárcel de Zaballa ha accedido a sus pretensiones, según ha informado 'Tinko', organización que tiene como objetivo “la amnistía total”. La versión del Gobierno vasco es radicalmente diferente. Fuentes del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, aseguran que “en el reconocimiento médico diario Garikoitz Etxeberria ha dado primeras muestras de deterioro físico y cansancio”. Al parecer este martes tenía una comunicación con su mujer y “después de conocer el leve deterioro de su salud ha comunicado que abandonaba la huelga de hambre”. También rechazan desde el Gobierno que haya habido ningún tipo de concesión, ni garantía de nada para que abandone la huelga, sino que “ha sido una decisión unilateral del interno sin ninguna contraprestación” a la que después se han sumado los que le acompañaban en solidaridad. Es más, aseguran que será trasladado al módulo residencial, “cuando se libre una celda individual” y no antes.

Los hechos se remontan al pasado día 14, cuando Etxeberria fue trasladado desde la prisión palentina de Dueñas a la cárcel alavesa de Zaballa, en la que se le asignó una celda compartida con otro recluso. Ante ello, el preso de ETA pidió una celda individual, que se le denegó, por lo que el pasado día 19, comenzó una huelga de hambre, a la que posteriormente se sumaron otros siete.

Este mismo martes, Tinko ha dado a conocer que los reclusos de ETA “han ganado la lucha” al lograr “el compromiso de la cárcel”, que, tal como ha subrayado esta organización proamnistía, le ha asegurado “que esta semana o la siguiente estará en un módulo normal y que no debe compartir celda con nadie más”, algo que ha sido radicalmente desmentido desde el Ejecutivo.

Según han recordado desde el departamento, en el Centro Penitenciario de Álava “hay en estos momentos 105 celdas ocupadas cada una por dos presos. Las celdas se doblan y desdoblan en función de la disponibilidad y en función del número de internos e internas en cada momento; variando cada día la foto fija de internos que comparten celda. Para que Garikoitz Etxebarria no hubiera compartido celda en sus primeros días de llegada, otro recluso actualmente en celda individual debiera haber pasado a una celda doble”. “Y los internos condenados por delitos cometidos por su vinculación a ETA disfrutan de los mismos derechos y mismas obligaciones que el resto de presos y presas, Ni más ni menos”, ratifican.

Además, recuerdan que estos momentos en las tres cárceles vascas hay otros 31 internos e internas de ETA que comparten celda con otro interno, “sin que se haya producido ningún problema especial de convivencia”.

Los reclusos que se habían sumado a la protesta de Garikoitz Etxeberria eran Jon Kepa Preciado, Orkatz Gallastegi, Mikel San Sebastián, Aitor Cotano, Dani Pastor y Jesús Mari Etxebarria, todos ellos en Zaballa, así como Patxi Ruiz, que cumple pena en Pamplona. Aunque desde el departamento han señalado que algunos de ellos “renunciaron a las comidas dispensadas por el centro penitenciario, siguiendo adquiriendo alimentos en el economato”.

Garikoitz Etxeberria Goikoetxea fue uno de los últimos presos de ETA acercados al País Vasco por el Ministerio del Interior, que ha puesto fin a la política de dispersión en vigor como estrategia contra la lucha antiterrorista. Fue condenado en 2009 a 27 años y nueve meses de prisión por pertenencia a organización terrorista y por los delitos de transporte y depósito de sustancias explosivas, fabricación de aparato explosivo, falsificación de placas de matrícula y de documentos oficiales, así como por tenencia ilícita de armas.

El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha explicado este martes, tras el Consejo de Gobierno en relación con este conflicto que las normativas existentes “son para todos los presos, hayan pertenecido o no a ETA”, por lo que todos los reclusos “recibirán el mismo trato”.

En todo caso, ha recordado que las decisiones que el Departamento de Justicia ha adoptado “están enmarcadas en el reglamento penitenciario en vigor”, por lo que el Ejecutivo tiene “la obligación de hacer cumplir esa normativa penitenciaria”.

Además, ha recordado que “es responsabilidad del Gobierno garantizar la vida, la salud y la seguridad de todas las personas que se encuentran presas en los centros penitenciarios vascos”, y que esto es, precisamente, “lo que está haciendo” el Ejecutivo.

A su vez, ha explicado que en el caso de la persona que inició la huelga, se le han venido realizando “los controles diarios de salud correspondientes”, y que “de momento no muestra ningún síntoma que requiera de una atención especial”.

Zupiria ha reiterado que “las normativas existentes en vigor son para todos los presos, hayan pertenecido o no a ETA”, por lo que “todo el mundo tendrá y recibirá el mismo trato”.