Los promotores del Buda de Cáceres condicionan el proyecto: “Si el budismo de Myanmar no está, ningún otro estará”
Este jueves ha sido el día elegido para que los representantes de la Fundación Lumbini Garden, promotora del proyecto Gran Buda de Cáceres, den explicaciones en la Comisión de Seguimiento de este proyecto en el ayuntamiento sobre su polémica reunión con la junta militar golpista de Myanmar, antigua Birmania, hace unas semanas, dentro de la campaña de búsqueda de apoyos para el que pretenden que sea el mayor centro budista de occidente.
Esta reunión con la junta militar birmana, gobierno que no cuenta con el reconocimiento de la comunidad internacional, y con el monje budista, Sitagu Sayadaw, el mayor líder religioso del país, sobre el que pesan acusaciones de haber amparado los crímenes de lesa humanidad que se le achacan al gobierno golpista, ha suscitado numerosas críticas, que han provocado la convocatoria urgente de esta comisión de seguimiento.
En ella están presentes los representantes de todos los grupos políticos en el Ayuntamiento de Cáceres, a los que la fundación, previamente, les ha hecho llegar un dossier, al que ha tenido acceso este diario, en el que ponen de manifiesto que Myanmar es el país de referencia del budismo Theravāda, que es “referencia de todos los demás porque es el más antiguo y está basado en las escrituras más antiguas que han llegado completa hasta nuestros días”.
La fundación también argumenta que “el sangha birmano es, por lo tanto, uno de los ejes fundamentales del proyecto Gran Buddha de Cáceres: si el budismo de Myanmar no está, ningún otro estará”.
Con este argumento la fundación pone sobre la mesa la continuidad del proyecto del Gran Buda de Cáceres, ya que, condiciona la presencia de los budistas birmanos a que estén presentes los budistas de otros países asiáticos.
Además, los responsables de la Fundación Lumbini señalan en el dossier que el motivo del viaje a Myanmar fue para reunirse con el líder religioso Sitagu Sayadaw, con el objeto de contar con su colaboración para el centro de estudios budistas que se quiere crear en el marco del proyecto, así como visitar las minas de jadeíta, de la ciudad de Mandalay, de donde saldrá la piedra blanca con la que se pretende recubrir una estatua de Buda, de 47 metros de altura, que coronaría el complejo cacereño.
También explican en el dossier que la colaboración con el gobierno birmano comenzó antes del golpe de Estado, y que el nuevo gobierno sigue manteniendo el acuerdo de cooperación. Además, insisten en que la reunión con la junta militar no estaba prevista, y que fueron convocados por ésta cuando ya estaban en el país.
Ahora, en la comisión, además de estos argumentos, tendrán que explicar a los grupos políticos cuestiones sobre cómo se gestionará el suelo que el ayuntamiento cedería para la construcción del complejo, de 110 hectáreas en el cerro Arropé, a 7 kilómetros de Cáceres. Ya el Partido Popular ha puesto de manifiesto que no permitirán que se especule con el suelo que se cedería gratuitamente.
Toda la polémica surgida en los últimos días también preocupa al Gobierno regional, ya que, en la comisión también está presente la persona de confianza del presidente de la Junta, su jefe de Gabinete, Carlos Javier Rodríguez.
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