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Los Franco negocian con la RAE donar la biblioteca de Pardo Bazán a cambio de no entregársela a ningún Gobierno

Biblioteca del Pazo de Meirás, con un fondo de cerca de 4.000 volúmenes

Paola Obelleiro

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La familia de Francisco Franco, en su batalla por conservar el Pazo de Meirás y todos los bienes con los que se hizo durante la dictadura, están empeñados en que los poderes públicos tampoco recuperen la parte del legado bibliográfico de Emilia Pardo Bazán que aún permanecen en la mansión de Sada (A Coruña). La Real Academia Española (RAE) tomó nota de la oferta de los siete nietos del dictador de entregarle en custodia los casi 3.000 volúmenes de la escritora. Pero aún no ha decidido su respuesta. “La RAE conoce esa intención y llegado el caso evaluará la posibilidad de aceptar o no la donación”, confirmaron fuentes de la institución a eldiario.es.

Mientras, la Xunta de Galicia, que continúa los trámites para terminar de declarar la biblioteca de Pardo Bazán en su totalidad Bien de Interés Cultural (BIC), sigue aguardando a que los Franco amplíen y detallen la solicitud formal para trasladar esos ejemplares fuera de Galicia, lo que requiere una autorización especial del Gobierno autonómico. Pero la petición que cursó la familia Franco para sacar del pazo tanto los libros de Pardo Bazán como las estatuas medievales de Abraham e Isaac, procedentes de una antigua puerta de la Catedral de Santiago y también protegidas como BIC, “resulta del todo incompleta”, indica la Consellería de Cultura. 

El plan de los Franco es que el legado de Pardo Bazán no se quede en ningún caso ni en manos del Estado, al que fue restituido el Pazo de Meirás por sentencia aún pendiente de recurso en el Tribunal Supremo, ni de ninguna de las administraciones públicas que participaron en la demanda judicial (Xunta, Diputación de A Coruña, ayuntamientos de A Coruña y Sada). La primera opción de los herederos del dictador es entregarlo a la RAE, pero si esta no acepta, buscará ofrecerlo a otra fundación de carácter privado.

La entidad elegida como depositaria del fondo bibliográfico de Pardo Bazán deberá firmar una cláusula de reversión que le obligará a devolver a los Franco esos libros si intenta posteriormente entregarlos a manos públicas. En todo caso, al ser BIC, el destino de ese fondo, considerado de gran valor cultural, deberá contar con la autorización de la Xunta. Y quienes obtengan su custodia deberán garantizar estrictas medidas de conservación así como permitir su consulta al público cuatro veces al mes. 

Aunque el juzgado número uno de A Coruña haya paralizado la mudanza de los bienes que se atesoran en Meirás y trate de resolver que pueden o no llevarse los herederos del dictador, los Franco aseguraron a la RAE que no hay problemas de titularidad sobre los libros de la escritora. Son de su propiedad como establece la escritura de 1938 de la compraventa del Pazo de Meirás para el caudillo a la nuera de Pardo Bazán, quien hizo constar en ese documento notarial su deseo expreso de regalarle la biblioteca completa. Se da la casualidad que esa escritura, encontrada por la Abogacía del Estado, fue clave en el juicio y posterior sentencia que obligó a los Franco a restituir el año pasado el pazo al Estado.  

El empeño de los Franco por evitar que el poder público sea depositario del legado bibliográfico de Pardo Bazán da al traste con la pretensión de la Xunta de garantizar “su integridad”, como expone en el decreto para su declaración BIC. Compuesta por un total de 10.855 volúmenes, entre los que destacan primeras ediciones y ejemplares dedicados por sus autores, permanecen en Meirás 2.972 libros. El resto está en manos de la Real Academia Galega (RAG), que lleva décadas intentando reconstituir la colección completa que hizo la ilustre escritora. Fue la esposa del dictador, Carmen Polo, quien tras el misterioso incendio que asoló parte del Pazo de Meirás en vísperas de la proclamación de la Constitución española, en 1978, decidió donar al Ministerio de Cultura casi 8.000 volúmenes. Un millar fueron rescatados de las llamas pero están muy deteriorados. El entonces responsable de Cultura de la Transición, Pío Cabanillas, los donó a su vez a la RAG. 

La institución gallega, de la que Pardo Bazán era presidenta honoraria, había sido elegida en 1956 por la hija de la escritora para “cuidar de su memoria y su legado” y a tal efectos le entregó la casa de la rúa Tabernas en A Coruña así como los libros que allí tenía. La RAG, que tiene su sede en la casa-museo de la literata, intenta desde entonces recuperar los volúmenes que aún están en Meirás y reconstituir como “una unidad” la totalidad de la biblioteca de Pardo Bazán. Cobra especial interés y relevancia en el centenario de su muerte que se celebra este año con una multitud de actos y exposiciones que recuperan la figura de la escritora. La RAG tiene previsto publicar en breve el inventario completo de ese fondo bibliográfico en el que hay obras de relevantes plumas de las literaturas española (Galdós, Pio Barroja, Concepción Arenal) y francesa (Dumas, Voltaire, Zola o Flaubert), entre otros. 

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