Quién visita mi Facebook: la pregunta sin respuesta que enriquece a los estafadores
Quién ha visitado mi perfil de Facebook. Cómo saber quién mira tu Instagram. Sí, en pleno 2018, la curiosidad humana sigue llevando a no pocos usuarios a plantearle esas cuestiones a Google: seguimos queriendo saber quién cotillea nuestro Facebook y quién pasa las horas muertas analizando nuestras fotos de Instagram. Y lo cierto es que encuentran respuestas a sus preguntas. De hecho, hay hasta tutoriales en formato vídeo para que todo el mundo pueda comprobar cómo funcionan estos supuestos trucos:
Google devuelve 21 millones de enlaces a los que buscan “quién ha visitado mi Facebook” y casi 8 millones a aquellos que le preguntan “cómo saber quién mira tu Instagram”. Por desgracia, no todos esos resultados (ni siquiera la mayoría) son páginas que advierten de la falsedad de aquellas herramientas que prometen desvelar estos datos. De hecho, muchos son artículos sobre estas aplicaciones que explican qué hay que hacer para saber quién ha visitado tu Facebook o quién ha visto tus fotos de Instagramquién ha visitado tu Facebook.
No dejes que te engañen. Si descargas una app o accedes a una web que dice darte información sobre quién ha visitado tus redes sociales, lo más probable es que se trate de un timo o de la estratagema de algún ciberdelincuente. A día de hoy, no hay una manera de averiguar quién accede a nuestros perfiles en Facebook, Twitter o Instagram, ni tan siquiera de saber quién ha visto nuestra foto de WhatsApp, otra de las preguntas que muchos internautas se formulan (para encontrar la respuesta errónea en artículos que recomiendan sospechosas apps).
En el mejor de los casos, los usuarios que no puedan contener su curiosidad descargarán una aplicación o una extensión para navegador que, en realidad, les conducirá a la inútil web de su creador, ansioso por incrementar sus visitas y obtener ingresos con algo de molesta e invasiva publicidad. En el peor, la presunta herramienta será un troyano que infectará su dispositivo.
Una larga historia
Ya en los albores de las redes sociales había quien se aprovechaba de la curiosidad ajena para llenarse el bolsillo. Los primeros en sacar partido no fueron ciberdelincuentes, sino los propios responsables de una plataforma social. Corría el año 1995 cuando nació classmates.com, antecesora de las actuales redes sociales. La web servía (y aún lo hace) para poner en contacto a antiguos estudiantes de colegios, institutos y facultades en países como Estados Unidos, Alemania o Francia.
En el año 2002, aquellos usuarios registrados en la plataforma con una cuenta gratuita comenzaron a recibir correos de la propia empresa en los que se notificaba que alguien había visitado su perfil. ¿Qué había que hacer para descubrir quién era el misterioso visitante? Pasar por caja. Por 15 dólares (unos 18 euros por entonces), los usuarios accedían a tres meses de Gold Membership, que daba acceso, entre otras cosas, a un historial de visitas.
Un año más tarde nacería otra red social que aún hoy utiliza las visitas al perfil como anzuelo para pescar algún dinero: LinkedIn nos muestra algunos de los usuarios que han visto nuestro currículum, pero no nos da la lista completa. Para acceder a ella hay que hacerse miembro Premium por 26 euros mensuales.
Pero fue otra plataforma lanzada en 2003 la que desató el auge de las falsas herramientas para descubrir quién se estaba interesando por nuestra vida digital. MySpace, la histórica plataforma aún en pie, tuvo que crear en 2009 —para entonces, Facebook ya le había adelantado en número de usuarios— una opción oficial que mostraba quién había visitado tu perfil.
Lo hizo para frenar la avalancha de páginas que prometían un sinfín de métricas sobre la audiencia: nombre, ubicación, número de visitantes en tiempo real y hasta gráficas con la evolución de las visitas. Todo ello, hasta entonces, alojado en webs poco fiables cuyos enlaces circulaban sin cortapisas por sitios como Yahoo! RespuestasYahoo! Respuestas o cualquier blog que se hubiera posicionado bien en Google gracias a ofrecer lo que la gente buscaba: una supuesta solución para saber quién les estaba cotilleando.
Con Fotolog sucedió exactamente lo mismo: mientras la popularidad de esta plataforma subía como la espuma, la Red se llenaba de usuarios ansiosos por saber quién contemplaba sus imágenes. Y no, por mucho que en foros como el anteriormente citado hubiera algún enlace que otro, esa información no se podía conocer.
Al igual que en Classmates o LinkedIn, aquellos que pagaran por una suscripción Gold Camera podían encontrar algo de información estadística, como el número de visitantes. Nada, eso sí, de conocer su identidad: cualquier herramienta que prometiera algo similar no era sino la creación de alguien con dudosas intenciones.
¿Y hoy?
Parece que las nefastas experiencias pasadas no han servido para mucho. En lugar de aprender la lección y desechar de inmediato cualquier falsa promesa, el malware sigue campando a sus anchas camuflado como un identificador de visitantesmalware. Sin ir más lejos, recientemente ha sido destapada una herramienta que aseguraba informar sobre quiénes visitan nuestro perfil de Twitter.
En realidad, lo que hacía la desaparecida web checkvisitss.tk (una de tantas) era obtener del usuario un buen número de permisos con los que el ciberdelincuente podría publicar tuits (utilizados para extender aún más la herramienta haciendo spam), hacerse con la dirección de correo electrónico e incluso con la contraseña de la víctima.
Más allá de las webs, hay multitud de aplicaciones similares que cuentan con millones de descargas y, sorprendentemente, con puntuaciones altas, que habitualmente superan el 4 sobre 5. Probablemente obra de un ejército de bots que publican valoraciones fraudulentas para enterrar aquellas otras, también frecuentes, que tratan de advertir de la estafa o, cuando menos, de la inutilidad de la herramienta.
No importa qué red social nos preocupe. ¿Facebook? ¿Instagram? ¿Twitter? ¿El perfil de WhatsApp? Siempre hay una aplicación que asegura desvelarnos todos los misterios sobre nuestros visitantes para colarnos publicidad o robar nuestros datos. Por suerte, para evitar la estafa solo hay que recordar dos cosas: que no es posible saber quién ve tu perfil en una red social y que la curiosidad mató al gato.
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