Tres días seguidos de huelga acentúan la fuerte crisis institucional que sufre Bélgica

Bélgica se enfrenta a tres días de huelga que van a acrecentar aún más la crisis institucional que sufre el Gobierno de coalición presidido por el nacionalista independentista Bart de Wever, del partido Nieuw-Vlaamse Alliantie. Los sindicatos protestan por las medidas anunciadas por el Ejecutivo formado por cinco formaciones para conseguir recortes de 9.200 millones de euros en el gasto público en los próximos cinco años.

Los paros se van a suceder los días 24, 25 y 26 de noviembre en las que irán frenando la actividad los diferentes sectores económicos hasta el tercer día en la que está anunciada una huelga general. Las organizaciones sindicales denuncian que el proyecto político del Gobierno va a incrementar las desigualdades con nuevos recortes en las pensiones, el aumento del IVA y el desmantelamiento de la seguridad social y de las protecciones del mercado laboral.

La huelga va a tener lugar cuando el Gobierno belga ha conseguido este lunes de madrugada cerrar un acuerdo para los presupuestos de 2026, que supondrá recortes por 2.150 millones ya el año que viene, que amenazaba con tumbar al Ejecutivo y una convocatoria de elecciones. Según el periódico Le Soir, se ha encontrado una solución para realizar el esfuerzo presupuestario necesario de reducción de 9.200 millones de euros hasta 2030. Estos recortes se lograrán con un 60% de reducciones de gastos y un 40% mediante nuevos ingresos, según el Ejecutivo.

Entre las medidas acordadas están una indexación salarían para los salarios superiores a 4.000 euros brutos ola reincorporación al trabajo de los enfermos de larga duración. No hay cambios en los tipos de IVA del 6%, 12% y 21%, pero cambian en algunos productos como las pernoctaciones en hoteles que pasan o algunos alimentos que suben al 12%, entre otras modificaciones. Subirán los impuestos especiales sobre el diésel y se incrementa el impuesto sobre las cuentas de valores del 0,15% al 0,30%, además de un impuesto adicional a la banca. El gobierno también ha acordado la reforma de las pensiones con una serie de recortes aunque ha admitido que los períodos de enfermedad seguirán computando para la jubilación.

El Gobierno belga de coalición, conocida como la alianza “Arizona”, nacido de las elecciones del pasado febrero, cuenta además de los nacionalistas flamencos de Bart de Wever, con los demócratas cristianos flamencos (CD&V), los socialdemócratas flamencos de Vooruit y los partidos francófonos Mouvement réformateury, de corte liberal, y el centrista Les Engagés.

Los sindicatos exigían propuestas alternativas que iban desde una reforma fiscal que incluya un impuesto sobre las grandes fortunas y una tasa sobre las actividades digitales de los gigantes tecnológicos a una revisión de las subvenciones públicas concedidas a las empresas o que una normativa garantice que todos los ingresos contribuyan equitativamente a la financiación de la seguridad social.

Esta movilización sindical de tres días abre un nuevo pulso con el Gobierno. Solo hace un mes más de 120.000 personas se manifestaron en Bruselas contra los recortes previstos por el Ejecutivo de coalición. Ahora con los tres días de paros, el lunes se espera que apenas haya transporte público, el martes pararán los servicios públicos, desde escuelas al servicio de correos pasando por los tribunales o las administraciones públicas y el miércoles se unirá el sector privado en una huelga general donde se paralizarán las industrias, comercios y aeropuertos.

El aeropuerto internacional de Bruselas-Zaventem, el principal del país, ya ha informado de que se prevé que no despegue ningún vuelo el miércoles, aunque sí habrá vuelos de llegada, mientras que en el aeropuerto de Charleroi también advierten que se cancelarán todos los vuelos de salida y que no pueden garantizar los de llegada. La compañía nacional de trenes SNCB también ha avisado de que sus servicios se verán muy afectados durante las 72 horas de paros.

Hasta el sindicato de policía CGSP ha presentado un preaviso de huelga que cubre los tres días. El sindicato policial denuncia condiciones de trabajo que se deterioran y lamenta la falta de reconocimiento de la profesión, especialmente en lo que respecta a la jubilación. “La situación se ha vuelto insostenible dentro de los servicios de policía”, señala la organización sindical en un comunicado.