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La marea blanca vuelve a las calles en medio del choque total entre Ayuso y los médicos de familia en huelga

Cientos de miles de personas en la manifestación "Madrid se levanta por la sanidad publica"

Fátima Caballero

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26 días de huelga y protestas y un encierro de 36 horas en la Consejería de Sanidad. El choque entre el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y los médicos y pediatras de Atención Primaria es ya total. Sobre todo por parte de la Comunidad de Madrid, que ha decidido negarse a negociar con el comité de huelga y se ha embarcado en una estrategia de desgaste basada en no hacer concesiones y tachar a los médicos de “sindicalistas ideologizados”. Ante este punto muerto de las negociaciones, la Marea blanca vuelve este sábado a las calles diez años después para apoyar a los profesionales de familia y unos paros que amenazan con perpetuarse.

Las conversaciones se han enquistado por la cerrazón del Gobierno autonómico a ampliar el presupuesto de Atención Primaria. Las medidas que la administración regional puso sobre la mesa no convencen a los sanitarios porque son promesas incumplidas en el pasado y obligaciones impuestas desde Bruselas que llegan tarde y que no solucionan los problemas estructurales de la Atención Primaria que, advierten, está “en peligro de muerte”.

El comité de huelga formado por diez médicos decidía el jueves encerrarse en la sede de recursos humanos de la Consejería de Sanidad tras corroborar que el nuevo intento de negociación serviría de poco. Pedían un “interlocutor válido”, es decir, que la presidenta o los consejeros de Sanidad y Hacienda se sienten en la mesa, algo a lo que Ayuso no está dispuesta. El Gobierno regional acudía al encuentro sin nuevas medidas y los médicos respondían que ya habían rechazado la propuesta previamente hasta en tres ocasiones.

Este viernes, Ayuso despreciaba a los miembros del comité de huelga tachándolos de “ocupas” y asegurando que “no son médicos” sino “liberados sindicales”. La acusación más grave, a juicio de los sanitarios, tenía que ver con su afirmación de que lo que buscan los sanitarios es que “no haya turno de Atención Primaria por las tardes”, algo que, defienden, “es falso” y forma parte de la estrategia de desinformación del Gobierno regional. Finalmente, el comité ha puesto fin al encierro tras denunciar públicamente que el Gobierno de Ayuso impedía que pudiesen recibir comida caliente

“La presidenta se ha apuntado al carro de la posverdad del consejero de Sanidad. Dice que no queremos el turno de tarde y en ningún momento se ha hablado de eso en la negociación, lo que queremos es que se incentive el turno de tarde precisamente para que no haya tantas tardes sin médico asignado, para que no haya tanta población en Madrid a la que no la ve un mismo médico de familia o un mismo pediatra”, explicaba la portavoz del comité de huelga y secretaria general del sindicato médico Amyts, Ángela Hernández. “Tenemos un problema asistencial grave y siguen negándose a verlo”, concluía.

En medio del choque entre los huelguistas y la Comunidad de Madrid, se ha metido esta semana el Colegio de Médicos. El presidente del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM), Manuel Martínez Sellés, defendía este martes la necesidad de desconvocar la huelga de médicos y pediatras de Atención Primaria asegurando que se habían producido “avances”. Esta petición del presidente, muy próximo a Ayuso, generaba una reacción del comité de huelga, que recordaba las vinculaciones del colegio de médicos con el PP y tachaba el organismo de “sindicato vertical”.

Para confrontar esta intromisión del Colegio de Médicos, el jueves se producía la unión histórica de 15 organizaciones profesionales médicas, que firmaban de forma conjunta ese mismo día un documento para mostrar un apoyo “sin fisuras” a la huelga indefinida de la Atención Primaria. El tono del comunicado era contundente contra la Consejería de Sanidad: “Que deje atrás el juego político de carácter partidista y claramente electoralista que han decidido impulsar para confundir a la opinión pública”. Las organizaciones médicas también tildaban de “lamentable” el comunicado del colegio de médicos: “Lamentamos que defienda la explotación laboral de sus colegiados, dejando a miles de madrileños sin médico de familia o pediatra”.

Cada día de huelga le cuesta a los médicos una media de más de 200 euros, aseguran los sanitarios. “La huelga empieza a ser muy dura psicológica y económicamente, pero es ahora o nunca. Si no ganamos esta vez, se acaba la Atención Primaria”, decía este jueves Ángela Revilla desde uno de esos centros de salud en Aluche.

El sentimiento de agotamiento físico y emocional que arrestaran desde hace años y que la pandemia intensificó es compartido por una gran parte de los sanitarios. Y no solo de la Atención Primaria, las ganas de protesta amenazan con expandirse a otros estadios de la atención sanitaria. De hecho, varios centenares de médicos de los hospitales madrileños salían a protestar a las puertas de sus centros de trabajo para apoyar a los compañeros.

Con este caldo de cultivo, la marea blanca regresa este sábado a las calles diez años después de que lograran tumbar las ansias privatizadoras del Gobierno de, primero, Esperanza Aguirre, y después, Ignacio González, ambos del PP. Aquel intento que lideró el hoy consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, –entonces al frente de la cartera de Sanidad– provocó una reacción de los profesionales que, enfundados en sus batas, salieron a protestar en lo que acabó llamándose la 'marea blanca'. Tras 15 meses de movilizaciones, el plan decayó y su ideólogo –Lasquetty– dimitió como consejero de Sanidad.

Las promesas incumplidas por parte de la Comunidad de Madrid no han sido pocas a lo largo de los últimos años. La sobrecarga asistencial, las largas agendas, con “más de 50 o 60 pacientes en su jornada laboral”, y las malas condiciones de trabajo y laborales son denuncias que los profesionales de Atención Primaria llevan haciendo desde hace años, una realidad que se agravó tras la pandemia. En la anterior legislatura, ya con Isabel Díaz Ayuso en la Puerta del Sol, se atajó una huelga con un plan que contemplaba rebajar la carga de trabajo y mejorar los salarios de los profesionales que finalmente no se cumplió. Los sindicatos convocaron entonces una nueva huelga, que comenzó el mismo día que la presidenta anunció elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid, en 2021, con lo que se interrumpió la convocatoria.

Ahora piden más presupuesto. Aunque desde el Gobierno aseguran que el gasto en Atención Primaria ha alcanzado el 25% en las cuentas presentadas –y que ahora Vox ha tumbado– la realidad es muy diferente. El gasto real solo asciende al 10%, ya que el resto es gasto de farmacia que los profesionales piden que no cuente en el cómputo. Ese incremento del presupuesto, que los médicos piden que sea del 15% en 2023, y alcance el 25% en los sucesivos años, debe destinarse principalmente a contratar a médicos y mejorar las condiciones de los actuales para evitar que acaben abandonando la región.

La presidenta regional se ha negado en redondo a ampliar el presupuesto regional para destinar más recursos a la Atención Primaria. Madrid es la comunidad que menos presupuesto destina a la Sanidad por habitante y la intención es que siga siendo así. La huelga a la que están convocados más de 4.200 médicos de familia y 700 pediatras amenaza con perpetuarse si el Gobierno regional permanece en el “inmovilismo”. De momento, no parece que haya un plan B por parte de Ayuso.

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