Almeida aprueba su Plan Reside para los pisos turísticos, entre alarmas de que se vuelva “Plan Especula” o “Plan Expulsa”
La administración tiende a poner nombres muy burocráticos a sus normativas. Por eso el equipo de Almeida empezó hace unos meses a cambiar el modo en el que llamaba a su plan para ordenar los pisos turísticos en Madrid. Técnicamente se denomina modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 para la protección y mejora del uso residencial, pero el Ayuntamiento se refiere a esta herramienta, a la que el Pleno acaba de dar luz verde, como Plan Reside.
El apelativo lo usa el alcalde para dejar claras las intenciones que dice perseguir con los cambios en la normativa: ganar espacio residencial para viviendas a largo plazo y que los turistas abandonen los Airbnb mezclados en las comunidades de vecinos. Pero como el marketing es algo de ida y vuelta, la oposición también está utilizando denominaciones alternativas para señalar sus principales peligros.
Más Madrid lo llama Plan Expulsa, porque critica que edificios enteros del centro de la capital hasta ahora residenciales puedan convertirse en pisos turísticos amparados por la normativa. Las expulsiones recientes de bloques enteros de inquilinos en distintos puntos (Mesón de Paredes 88, General Lacy 22, Tirso de Molina 20 o Trafalgar 22 están entre los más destacados) muestran el peligro de que fondos de inversión adquieran bloques de viviendas llenas de arrendatarios para destinarlas al turismo, algo que favoreceran los planes de Almeida.
Para el PSOE es una Plan Especula, debido a que favorece la entrada de grandes capitales en la adquisición de estos fondos frente al modelo Airbnb seguido hasta ahora por parte de la industria turística, compuesto por particulares que compraban un piso y lo ponían en alquiler para turistas, atraidos por la alta rentabilidad pese a navegar en la ilegalidad, ya que más del 95% de estos alojamientos no cuentan con la licencia municipal obligatoria.
Claves del nuevo plan: turistas separados de vecinos en el centro
Como el Ayuntamiento considera la oferta de pisos turísticos “imprescindible” para la llegada de visitantes a la capital (actualmente uno de cada tres se aloja en un Airbnb), la filosofía del Plan Reside es la de separarlos de los bloques residenciales en toda la almendra central, en el área de coincide con la APE 00.01 de Madrid (el centro histórico) y que abarca los distritos Centro, Chamberí, Salamanca, Retiro y parte de Arganzuela y Moncloa. Ningún edificio donde vivan vecinos podrá albergar pisos turísticos, sin excepción (hasta ahora, se permitía en los bajos comerciales).
La cosa cambia fuera de esta zona, donde se permitirán pisos turísticos dispersos con acceso independiente, pese a las quejas de residentes en distritos como Tetuán o Vallecas, donde este tipo de normativa puede hacer desaparecer los comercios de las calles no principales, que sí que se protegen. El único cambio admitido durante el último periodo de tramitación ha sido que los pisos turísticos se puedan situar en las plantas sótano, baja y primera, si bien el propio área admite que abrirlos por encima de esta altura es muy difícil sin pasillo de entrada aparte al de la comunidad de vecinos, algo que ya estaba en la norma.
Las críticas de la oposición se han centrado en la posibilidad de abrir edificios de pisos turísticos completos en toda la ciudad. El Plan Reside permite “el uso alternativo en edificios de uso existente no residencial”, pero también en “edificios de uso residencial en niveles C y D”, es decir, los situados en los principales ejes comerciales. El plan aprobado por Carmena, actualmente vigente, dejaba abrir VUT en estos lugares, aunque siempre con acceso independiente. Esa condición desaparece ahora.
Además, hay cambios en edificios de uso residencial en niveles A y B, es decir, los situados en el interior de los barrios. Hasta ahora, el plan de Carmena dejaba hacerlo en planta inferior a la baja, baja y primera, siempre con acceso independiente, lo que en la práctica reducía a los locales las propiedades que podían convertirse en pisos Airbnb. El nuevo Plan Reside permite el turístico como uso autorizable en los edificios con niveles 1 y 2 de protección. Y para los de nivel 3 permite uso alternativo. La condición para esto último es que se rehabilite el edificio y que vuelva a su uso residencial después de 15 años, es decir a partir del año 2040.
Por otro lado, el Plan Reside blinda los locales del centro para que no puedan ser transformados en pisos turísticos. En concreto “se prohíbe la transformación a locales de uso terciario hospedaje de los locales de planta baja” y además “en los niveles C y D se prohíbe la transformación de locales de planta baja en vivienda”, lo que significa que en los principales ejes comerciales no podrán destinarse tampoco a pisos residenciales.
Aprobación solo con los votos del PP
“Es la oportunidad que tiene Madrid para acertar y ordenar de forma definitiva esta actividad”, defendía este miércoles en el pleno el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, quien cree que su norma establece un “equilibrio razonable” entre los turistas y los madrileños, frenando la “fuerza centrífuga” que el turismo ha ejercido en otras ciudades, expulsando a los vecinos. También recordó que entre los cambios previstos se permitirá transformar edificios terciarios en residenciales y también intentará proteger el comercio en los grandes ejes terciarios de la ciudad.
“El 67% de los edificios se va a poder transformar en pisos turísticos”, ha alertado el concejal socialista Antonio Giraldo, mostrando un mapa del centro de Madrid. Y añadía después que todos los situados fuera de esta zona histórica. “Es un llamamiento a los grandes propietarios, a los que estrangulan la vivienda en esta ciudad”. Atropello a los derechos de la vivienda en la ciudad de Madrid.
Rita Maestre recordó el enorme aumento del precio de la vivienda desde que Almeida es alcalde y que no hay oferta de alquiler en distritos como Carabanchel o Usera por debajo de los 1.200 euros al mes.
“Hasta 315.000 viviendas pueden convertirse en pisos turísticos legales en Madrid”, aseguró la portavoz de Más Madrid ahondando en el argumento del PSOE. Y añadió: “1.200 tienen un único propietario”, preguntándose qué iba a pasar con los residentes de esos lugares. “Los fondos de inversión para los que usted trabaja les van a poner de patitas en la calle el día uno”, aseguró.
Otro de los caballos de batalla es el control sobre los pisos ilegales. Carabante sacó pecho por el endurecimiento de las sanciones contra las Viviendas de Uso Turístico sin licencia municipal, de hasta 190.000 euros. Sin embargo, las cifras del propio Ayuntamiento indican que en solo seis meses desde su aplicación habían abierto 2.259 pisos Airbnb más. “En Madrid se abren 10 pisos turísticos ilegales por cada uno que se cierra”, recordó Maestre.
La votación del Plan Reside se saldó con la aprobación con los votos del PP en solitario. Vox, que aseguró que compartía algunos de los cambios, pero se abstuvo porque en la modificación del planeamiento no se había negociado con ellos. Más Madrid y PSOE votaron en contra en medio de una trifulca y acusaciones de insultos homófobos por parte de Andrea Levy. Ahora queda un último paso legal porque el Ayuntamiento enviará la norma a la Comunidad de Madrid, que ha de dar su visto bueno, en cuyo caso entraría en vigor a lo largo del verano, o devolverlo con objeciones para una nueva aprobación.
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