Cinco propuestas para renombrar la plaza de Juan Pujol: del Rastrillo a La Movida
La plaza de Juan Pujol cambiará su nombre en poco tiempo. El Ayuntamiento lo aprobó este martes en una decisión por la que sustituirá la denominación de 30 calles franquistas de Madrid, en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica.
Fue el propio consistorio el que, en verano, cuando anunció los cambios en el callejero franquista de la ciudad, advirtió que escucharía las sugerencias de los vecinos, en un proceso participativo aún por determinar. El periódico Somos Malasaña no ha esperado y se ha puesto en contacto con comerciantes, vecinos, expertos en Malasaña y agentes sociales de la zona para recabar su opinión. Esta es la lista de posibles nombres que nos han sugerido:
Plaza del Rastrillo
La de Juan Pujol era una plaza que muy pocos madrileños conocen su nombre, por lo que tiene una larga lista de denominaciones populares no oficiales que se han ido utilizando durante décadas. Tal vez la más común fue la de Plaza del Rastrillo, por albergar durante siglos un mercado popular de todo tipo de alimentos y enseres.
Esta es la opción que defiende uno de los mayores conocedores del barrio, el guía y fundador de Carpetania Juan Carlos González, quien señala que la plaza era conocida así “desde el Siglo de Oro y hasta muy avanzado el siglo XX”, incluso cuando ya contaba con el actual apelativo franquista. La aparición en los años 60 del Mercado de Barceló hizo que sus puestos callejeros fueran desapareciendo y con ellos también el nombre popular.
Los comerciantes de la zona también son partidarios de esta denominación nacida desde abajo. Entre ellos Javier Palacios, responsable del único local con dirección postal en la plaza, El Balcón de Malasaña. También vota por el Rastrillo la farmacéutica que tiene al lado, e incluso Mario, el churrero de Espíritu Santo: “Toda la vida la gente del barrio la ha llamado Plaza del Rastrillo de Maravillas o Plaza de Maravillas. Con la modernizacion del barrio esta forma popular de identificarla se esta perdiendo y seria una bonita forma de llamarla”, afirma este último.
Moncho Alpuente
En cuanto a los nombres propios candidatos a renombrar Juan Pujol, hay uno que destaca por encima del resto: es el del escritor y periodista Moncho Alpuente, fallecido en marzo de este año. Hijo y vecino de Malasaña, fue un personaje clave en La Movida, durante la que fundó el fanzine Madrid Me Mata.
Isabel Rodríguez, presidenta de la asociación vecinal Acibu, defiende esta opción: “Me gustaría que la plaza llevara su nombre porque era un vecino implicado en el barrio. Gracias a su profesión de periodista difundía nuestra historia y nuestras problemáticas”. El nombre de Alpuente también es propuesto por el antes citado Juan Carlos González, quien destaca su papel de “cronista, agitador y voceador de Madrid y del barrio”.
Moncho Alpuente fue también uno de los nombres más votados -junto al de Javier Krahe y Enrique Urquijo- en la encuesta abierta por este periódico para elegir a los vecinos de Malasaña que debían contar con alguna calle o plaza en su barrio.
Del Madroño
Al igual que sucede con la denominación del Rastrillo, el lugar se conoció recientemente como Plaza del Madroño, no porque albergara un ejemplar de este árbol de frutos rojos, sino por un bar con ese nombre al que acudían cientos de madrileños todos los fines de semana, que estaba situado curiosamente no en la propia plaza sino en la calle Espíritu Santo.
Miembros del Patio Maravillas, grandes conocedores también de Malasaña, proponen este nombre y recuerdan que llamaban así a la plaza para quedar allí con sus amigos. Lucía Lois, patiera y en la actualidad también vocal vecina de Ahora Madrid en el distrito Centro, recuerda aún que ponían chupitos de licor de huevo, “creo recordar que a 100 pesetas”, explica.
El periodista Luis de la Cruz, redactor de Somos Malasaña y autor de los reportajes sobre la historia de todas las calles del barrio, también defiende la opción del Madroño, así como la del Rastrillo: “Sería bonito que el nuevo nombre coincidiera con la denominación popular”, dice.
Costus
En un barrio poblado de bares y de artistas, es normal que en esta lista aparezcan nombres de personajes que estuvieron relacionados con lo uno y con lo otro. El de las Costus, dúo artístico de gran influencia durante La Movida, ha sido propuesto por dos blogueros de Malasaña de muy diferentes perfiles. “Creo que se merecerían tener un lugar en el barrio no solo por el legado artístico que nos dejaron, sino también por lo que vivieron en Malasaña”, explica Adriana Alcol, autora de la bitácora Esto es Malasaña. “Me parece que no se les ha dado el lugar que se merecen en la historia, ponerles una plaza por la que seguro que caminaron cientos de veces sería un buen homenaje”, concluye.
Las Costus vivían como pareja en el número 14 de la calle Palma. Por su domicilio, en el que Almodóvar filmó Pepi, Luci y Bom, pasaron las principales figuras de La Movida. Jorge Medina, bloguero y agitador desde los platos de la noche malasañera, también defiende la opción Costus, a los que declara su absoluta admiración, a la vez que recuerda que decoraron las paredes de La Vía Láctea.
Propuestas rockeras
Después de estos cuatro nombres surgen varias propuestas entre los consultados, todas relacionadas con el perfil de barrio nocturno que siempre ha caracterizado a Malasaña. Pedro Bravo, de Espíritu 23, propone el nombre de Plaza de Josele Santiago para homenajear a Los Enemigos, “el grupo más malasañero, barrio del que hacían bandera con canciones como Velarde Street Boogie”. En la misma línea, Bravo también reivindica para el callejero la Plaza del Agapo, en recuerdo al bar que significó el germen de la Malasaña rockera: “De ahí nació el Revolver, el Festimad, miles de grupos...”.
Otro rockero que no podría faltar en esta lista de propuestas es el de Kike Túrmix, “leyenda del punk y del rock del barrio, catalizador furioso, paladín de lo bueno para cualquiera de los cinco sentidos...”. Así lo califica el propio Bravo y votaban por él varios vecinos en la encuesta antes reseñada. Y por último, el ya citado Jorge Medina también quiere proponer -lo hizo hace unos meses en su blog- el nombre de la banda Sex Museum, “por ser el grupo más añejo de cuantos salieron de Malasaña... y siguen en activo”.
Una opción para renombrar Juan Pujol en la que cabría el espíritu de esta última tanda podría ser el de Plaza de la Movida, el movimiento cultural que sacudió Madrid durante los ochenta y que está en el germen de la relación con la música de Malasaña, que tuvo otro repunte en los noventa y que acompaña al barrio hasta ahora.
Los hosteleros de Malasaña también tienen voz en este apartado. La presidenta de AHM, asociación que agrupa a locales míticos de la zona, apuesta por la denominación de Plaza de la Noche: “La noche catalizadora de los procesos creativos mas estimulantes, la noche como punto de encuentro, la noche como fuente de inspiración para a tantos artistas que han patrullado nuestras calles al caer el sol, la noche como forma de vida…” explica Blanca del Amo. Además, añade el nombre de Javier Krahe, uno de los más votados por los lectores de Somos Malasaña, “porque aportó a las noches malasañeras su música reivindicativa, en locales como el Elígeme, en sus partidas de ajedrez en el Estar Café o en sus comidas habituales en los míticos restaurantes El Bocho, Casa Fidel... representa perfectamente lo que es Malasaña”, puntualiza Del Amo.
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