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Martes negro en Cercanías Madrid: “No tenemos claro que este tren vaya a salir”

Aglomeraciones en un andén de la estación de Chamartín en la mañana de este martes.

Guillermo Hormigo / Nerea Díaz Ochando

Estación de Chamartín (Madrid) —
28 de octubre de 2025 12:43 h

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Al observar los paneles digitales de información en la estación de Chamartín, parecería que el servicio funciona a la perfección. En el interior del intercambiador, las pantallas reflejan que a varios trenes de distintas líneas les queda un minuto. Según los indicadores de los andenes, convoyes de todas las líneas llegan inmediatamente, en cero minutos. Algo parecido ocurre al consultar la aplicación de Cercanías Madrid: la C-4 llegará en cinco y la C-10 en nueve. Pero ninguno de esos tiempos se cumplen.

Los reflejados en la pantalla del intercambiador o en la aplicación se acaban dilatando casi infinitamente, mientras que los paneles de los andenes operan a trompicones debido a un error informático. Sí exponen adecuadamente los andenes de llegada de cada línea, pero recogen esos cero minutos por defecto. Así, estas señales se acaban convirtiendo en otra muestra del deficiente funcionamiento de Cercanías Madrid en la mañana de este martes. Un cúmulo de incidencias ha provocado retrasos en prácticamente todas las líneas, así como algunas aglomeraciones y mucha confusión en Chamartín.

En uno de los andenes, un tren de la línea C-3 con destino a Aranjuez y parada en Nuevos Ministerios, Atocha o Sol parece emprender el rumbo pronto. Según la pantalla del intercambiador, en apenas un minuto. Los viajeros corren y suben, pero al llegar no se pone en marcha durante un buen rato. Ante el desconcierto, un grupo de personas se arremolina en torno a un hombre y una mujer con el uniforme de Renfe, empleados en los servicios de Larga Distancia: “Va a Sol, sí”, exponen. “Pero no tenemos claro que este tren vaya a salir”, apostilla el hombre cuando los pasajeros insisten pidiendo alguna información concreta.

En medio de la incertidumbre, algunos viajeros bajan del tren y se dirigen a otro andén, donde ha llegado un tren de la C-4 dirección Parla, que completa parte del mismo recorrido. A muchos de ellos no les da tiempo a tomarlo, y para cuando quieren regresar al de la C-3 este también se ha marchado. Por desgracia para ellos y por suerte para otros usuarios desbordados, finalmente el tren sí que salía.

“Odisea” generada por un cúmulo de incidencias

En él viaja Raquel, que vive en Alcalá de Henares y está viviendo una “pedazo de odisea” para llegar a su trabajo en Recoletos. Debido al descarrilamiento de un tren de Cercanías en San Fernando de Henares el lunes, varias líneas han dejado de cubrir el trayecto completo hasta el municipio complutense. “Me he pasado dos horas en Chamartín. No he conseguido pillar ninguna línea que pase por Recoletos, así que iré en la C-3 hasta Sol y desde ahí andaré”.

La semana ya había comenzado cuesta arriba para los viajeros de Cercanías Madrid. El lunes se convirtió en una sucesión de incidencias que colapsaron la red ferroviaria y dejaron miles de afectados desde primera hora de la mañana. Lo que parecía un día complicado terminó con un descarrilamiento en San Fernando de Henares, y el martes, lejos de mejorar, ha arrancado con una tragedia: un trabajador ha muerto esta madrugada arrollado por un tren en Getafe.

La sucesión de incidentes ha vuelto a poner a prueba la paciencia de los usuarios y la capacidad de respuesta del sistema ferroviario madrileño. “Hoy es un día especialmente complicado”, admitía el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia en la red social X, mientras ofrecía información sobre las alternativas.

El lunes había sido también un día complicado: después de una mañana intensa con problemas en la C-5, la tarde se complicó todavía más. Poco después de las 15.30 horas un tren que cubría el trayecto entre Guadalajara y Chamartín descarriló entre las estaciones de Coslada y San Fernando de Henares, provocando la interrupción total del servicio entre Vicálvaro y Alcalá de Henares. El siniestro, cuyas causas se investigan, dejó seis heridos leves y obligó a cortar la tensión eléctrica en la zona para facilitar el trabajo de los servicios de emergencia.

Bomberos de la Comunidad de Madrid, SUMMA 112, Guardia Civil y Policía Local participaron en el operativo. Dos mujeres, de 53 y 40 años, fueron trasladadas al Hospital del Henares, mientras que el resto de los heridos fueron atendidos en el lugar.

Aunque el servicio se restableció más tarde, los trabajos de reparación continúan este martes y han obligado a los viajeros a tomar rutas alternativas, como el itinerario de Cercanías que transcurre entre Chamartín, Fuente de la Mora y San Fernando, que ha registrado desde primera hora de la mañana retrasos de hasta 15 minutos.

Una pantalla de la estación de Chamartín sin información sobre los horarios de salida de los trenes de Cercanías.

El descarrilamiento fue el punto culminante de un lunes plagado de incidencias. A primera hora, un accionamiento indebido de un aparato de alarma en la estación de Entrevías provocó retrasos en las líneas C-2, C-7 y C-8. Poco después, una avería en los sistemas de señalización en Embajadores paralizó parcialmente la línea C-5 y generó demoras de hasta media hora en ambos sentidos. La situación afectó de lleno a la hora punta, complicando los desplazamientos hacia el centro de Madrid.

Por la noche, Adif informó de una nueva avería, esta vez entre Pozuelo y Príncipe Pío, que ralentizó la circulación en las líneas C-7 y C-10, dando la puntilla final a una jornada caótica. Superado el caos de inicio de semana, el martes ha amanecido con un accidente mortal. Un trabajador de 57 años ha fallecido de madrugada al ser arrollado por un tren en una vía próxima a un polígono industrial de Getafe. El siniestro se ha producido cerca de la M-50, en la zona donde la vía se aproxima a la avenida del Guadalquivir.

Los servicios de emergencia intentaron reanimarlo sin éxito, confirmando su fallecimiento en el lugar. A causa del arrollamiento, la circulación en la línea C-3 ha quedado interrumpida entre Getafe Industrial y Pinto hasta las 8.30 horas, tiempo durante el cual Renfe ha habilitado un servicio alternativo de autobuses.

En otros casos, no parece haber una explicación tan directa, lo cual incrementa todavía más la indignación. En la línea C-10, donde las frecuencias de 20 minutos se han vuelto la norma a diario (también en hora punta), no circula ningún tren por Chamartín durante hora y media. No es uno de los tramos afectados de los que informa Cercanías en sus redes sociales, más allá del percance entre Pozuelo y Príncipe Pío solventado en la noche del lunes. “Esto es una basura”, dice un viajero que trata de buscar alternativas a su itinerario desplazándose a Atocha y tomando ahí otra línea.

La línea C-10 es la prueba de que, más allá de incidencias puntuales, el servicio de Cercanías sufre una degradación estructural en sus trenes y sus infraestructuras que explica, además, muchos de esos incidentes que llevan al desasosiego de jornadas como la de este martes.

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