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CRÓNICA | Thierry Lang dejó un concierto del mejor jazz europeo en San Javier

Thierry Lang regresaba por tercera ocasión al festival

Andrés Garrido

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El XXII Jazz San Javier presentó en la noche del pasado sábado uno de los conciertos por el que más se ha trabajado desde la organización a cargo del pianista suizo Thierry Lang que vino acompañado por el cantante belga David Linx. Un anhelo del director de esta cita veraniega, Alberto Nieto, que nos confesaba el trabajo que le ha costado poder reunir a ambos para que los aficionados “pata negra” del género pudiéramos disfrutar al máximo y a fe, que lo hicimos.

Para el segundo concierto, Jazz San Javier volvió a la carga con el funk que, en esta ocasión, nos trajo el neoyorkino Cory Henry y sus Funk Apostles.

Los que venimos escuchando jazz desde hace décadas nos alegra, y mucho, el poder contar con conciertos como el que protagonizaron el pasado sábado el pianista suizo Thierry Lang y el cantante belga David Linx, a los que acompañaban desde la sección rítmica Darryl Hall, en el contrabajo (estuvo la noche antes como espectador en las gradas del auditorio) y el baterista italiano Mario Gonzi, así como el saxofonista francés Sylvain Beuf. Tanto Lang como Linx están considerados como la “crème de la crème” del jazz europeo y dejaron constancia de ello, en este concierto diseñado por el festival de San Javier, que se iniciaba con una pieza instrumental del propio pianista titulada “Manhattan”, tras la que presentó al resto de músicos que formaban este proyecto musical que lideran él y el cantante belga, David Linx, que apareció en el escenario.

Todos juntos ya atacaron “Walk With Me”, composición de ambos, en una primera muestra de maestría vocal de Linx que, como se refleja en los programas de mano de esta edición del Jazz San Javier, deja recuerdos en parte en sus interpretaciones al desaparecido Al Jarreau, entre otros. Pero Linx posee su estilo propio y todo músico siempre tiene un icono que le ha servido para encauzar su trayectoria.

El público mantuvo, como de costumbre, un respetuoso silencio para poder apreciar en toda su extensión la valía de estos cuatro músicos de primer orden, que sólo interrumpían cuando finalizaban los solos que cada cual interpretaba. Las composiciones de Lang y Linx continuaban fluyendo como “A Time For Respite”, una introducción cantada en español “En La Orilla del Mundo”, para continuar con “Under A Thick Hyde”, que puso al respetable de pie reconociendo el Magisterio de este quinteto que supo en todo momento mantener la atención de un auditorio de primer orden.

Y en esa línea de atracción también hubo momentos para el sosiego que llegó con “Assim Taò Perto”, una balada de alta gama que encajaba como un guante en el repertorio preparado por ambos músicos para esta ocasión. Después del sosiego, “Cityscape Of You”, en el que hubo solos para Beuf, Hall y Gonzi (que inspiración la suya), que obtuvieron su reconocimiento del auditorio.

Otro momento sosegado de Thierry Lang al piano y la voz de David Linx con otra creación de ambos titulada “More Than Meets The Eye” y el final con todo el quinteto de nuevo a través de “All Is Not Lost”, dejando en el ambiente un “quiero más” que el público solicitó con sus aplausos incesantes, hasta que regresaron al escenario para interpretarnos una deliciosa balada jazzística: “I Fall In Love Too Easily”, en la que volvió a destacar el solo de saxofón de Sylvain Beuf. El público, de nuevo, se puso de pie para rendir su último tributo de la noche a un quinteto, un proyecto que lideraron Thierry Lang y David Linx para un concierto apto para todos los públicos, pero de manera especial, para los denominados aficionados “pata negra”. Gracias a la organización por este hermoso regalo.

Con ese regusto que nos dejaron el quinteto europeo, el panorama cambió como cuando le das la vuelta a un calcetín. Cory Henry & The Funk Apostles saludaron al personal y atacaron de inmediato un frenético “Testify”, que puso el reloj en hora a un auditorio que se lanzó de inmediato a llenar el ya famoso foso donde, desde esta primera canción, apenas quedaba espacio para unas 20 personas. La banda estaba conformada por Cory Henry en voz, órgano Hammond B3 y teclados; Nicholas Semrad, teclados; Adam Agati, guitarra; Sharay Reed, bajo; el baterista Taron Lockett; y las voces de dos deliciosas cantantes: Cassondra y Paula James.

La fiesta, tras esta primera muestra, ya estaba en marcha y sus anfitriones no estaban dispuestos a que bajara el ritmo en ningún momento. En consecuencia, un primer aldabonazo se desplegó no ya por el auditorio, que también, sino por todo San Javier creo yo ya que hasta en el Parque Almansa y sus aledaños los transeúntes bailaban al compás que marcaban Henry y sus Apóstoles del funk. Piezas como “I Feel Allright”, un éxito de los O’Jays del 73 titulado “Put Your Hands Together” y culminar con otro éxito de los Bee Gees del año 1977 titulado “Staying alive”, con el que se recrearon durante poco más de 11 minutos y en el que Sharay Reed, en el bajo, el baterista Taron Lockett y el guitarrista Adam Agati mantenían las estructura rítmica de la pieza, mientras que Henry ponía el ambiente con el Hammond B3 y un toque de modernismo con el sintetizador, acabando con el apoyo del teclista Nicholas Semrad y los deliciosos y muy efectivos coros de Cassondra y Paula James.

Este septeto que tiene su origen en el mismo Brooklyn de Nueva York de donde es natural su líder Cory Henry. Su paso como acompañante de nombres destacados de la música norteamericana le dio experiencia y estabilidad, hasta formar parte del grupo Snarky Puppy. Pero Cory quería tener su propia formación en la que pudiera desarrollar todo su potencial sonoro y ahí nacieron sus Apóstoles del Funk; su estilo se mueve por los terrenos tradicionales de la música que siempre han desarrollado los músicos negros: El góspel, soul, funk y, como no, el jazz. Con esa amalgama de fusiones, el resultado en directo es el de una música que te engancha de inmediato, te enerva y eleva a una fiesta ininterrumpida de la que no deseas salir.

Con un foso hirviendo y el resto del público bailando desde sus asientos, estos Apóstoles del Funk que dirige el cantante y organista Cory Henry atacaron de nuevo con otro puñado de temas como “Life’s Going No Where”, más Bee Gees con otra cadencia, “Swicht” o uno de los éxitos que Lionel Richie obtuvo en 1983: “Love Will Find Away”, pero siempre en unas versiones que casi hacen una nueva canción del original como demostraron con los 12 minutos y medio en que convirtieron esta canción.

El caso es que era sábado noche, concierto con música de baile a tope y el personal que no mostraba el más mínimo atisbo de querer que aquella fiesta finalizara. Y bueno, la verdad es que tanto músicos como público se encontraban a gusto por lo que Cory Henry y sus chicos continuaron suministrando ritmo a ese auditorio enloquecido con piezas como “Something In The Water”, uno de los éxitos del grupo titulado “Trade It All” y la que cerraba su concierto en San Javier, “Sen Me A Sign”, un góspel que se transforma en una pieza soul para regresar, hacia el final, a su senda primitiva. La gente no quería que se marcharan todavía y como la costumbre es pedir más, un poco más, Cory Henry & The Funk Apostles regresaron al escenario para atacar “Controversy”, una versión de uno de los éxitos del recordado Prince, que terminó haciendo papilla a un público que, desde el comienzo de este concierto, se había volcado con estos músicos neoyorkinos de Cory Henry & The Funk Apostles.

En definitiva, una noche de sábado en Jazz San Javier para disfrutar plenamente. Primero, con la exquisitez del mejor jazz europeo a cargo del proyecto diseñado por el festival para esta edición que unía, por primera vez en el auditorio Parque Almansa, al pianista suizo Thierry Lang y al vocalista belga David Linx en una actuación impecable que fue un regalo para los sentidos. Tras ellos, la revolución rítmica hizo acto de presencia con Cory Henry & The Funk Apostles; un concierto para bailar, cantar, divertirse y poder apreciar versiones de otros éxitos pasados que suenan absolutamente nuevas con este grupo procedente de Nueva York y que está considerado como los Family Stone del siglo XXI. No sé si llegarán a esos niveles de popularidad, pero en calidad ya están muy cerca de ellos. Una noche redonda.

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